Las arrugas son líneas de expresión que inevitablemente aparecen como consecuencia del paso de los años. Además, pueden producirse por un mal cuidado de la piel como exceso de sol, falta de hidratación, una alimentación inadecuada, entre otras cosas.
Si bien, algunas arrugas se pueden volver grietas o surcos profundos y pueden ser particularmente notorias alrededor de los ojos, la boca y en el cuello, según la Clinica Mayo.
Esas molestas marcas que se forman en el rostro y, con mayor incidencia, en el contorno de los ojos, se perciben como algo antiestético, logrando convertirse en un motivo de preocupación para muchas personas.
Por esta razón, para evitarlas y combatirlas, lo primero que se debe hacer es aumentar la producción de colágeno y elastina. Esto se hace principalmente a través de los alimentos que se consumen, suplementos vitamínicos e, incluso, aplicando sobre la piel algunas mascarillas nutritivas, según el portal Mejor con Salud.
Mascarillas con clara de huevo
La clara de huevo se utiliza para atenuar y disminuir los signos del envejecimiento y la piel deteriorada. Además, funciona como astringente y exfoliante, a la vez que combate la flacidez y los poros irritados, según afirma un estudio realizado por la Universidad de Duke (Estados Unidos).
Por lo tanto, esta mascarilla será bastante útil para zonas como el contorno de los ojos, la frente y las partes del rostro con líneas de expresión.
Ingredientes
- 1 huevo (63 g).
- 1 cucharada de miel (21 g).
Preparación
- Antes de nada, lavar el rostro con abundante agua y jabón.
- Proceder a separar la yema del huevo y mezclar la clara en un recipiente junto con la miel.
- En primer lugar, aplicar uniformemente la mezcla en el rostro, haciendo énfasis en el contorno de los ojos y las zonas más afectadas.
- A continuación, dejar actuar durante 20 minutos y retirar con agua tibia.
- Aplicar esta mascarilla 2 veces al día para obtener mejores resultados.
Mascarilla de leche y avena
Sin importar que tipo de piel, ya sea grasa, reseca, o mixta, esta mascarilla es idónea para limpiar a fondo las impurezas y retirar las células muertas.
Por una parte, la avena contiene sustancias que combaten los radicales libres, según afirma un estudio realizado por el Pacific Agri-Food Research Centre (Canadá). Por su parte, la leche hidrata, exfolia y limpia a la vez que estimula la producción de colágeno, según afirma un estudio realizado por la Universidad Santo Tomás (Chile).
Ingredientes
- 2 cucharadas de avena en polvo (20 g).
- ½ taza de leche (100 mL).
Preparación
- Primero colocar en el fogón la leche y dejar que hierva.
- Cuando alcance su punto de ebullición agregar la avena.
- Finalmente, darle vuelta y dejar reposar hasta que esté a temperatura ambiente.
- Lavar el rostro con agua fría.
- Colocar la mascarilla en el escote, cuello y rostro.
- Con las manos limpias realizar masajes circulares para facilitar la exfoliación.
- Dejar actuar por 20 minutos y retirar con agua tibia.
- Aplicar esta mascarilla 3 veces por semana para un mejor resultado.
Mascarilla de plátano y aguacate
El plátano es muy bueno para el cuidado de la piel gracias a sus niveles de vitamina C, según un estudio realizado por los Centros de Investigación en Nutrición y Salud de España.
Un estudio realizado por la Universidad Federal de Pernambuco (Brasil), señala que el aguacate es rico en ácidos grasos omega-3.
Además, al contener vitaminas A, C y E es utilizado en la industria cosmética para: atenuar las arrugas, las cicatrices y las manchas, disminuir las escamas y, en general, mantener la piel radiante.
Ingredientes
- 1 aguacate pequeño (200 g).
- 1 plátano (100 g).
Preparación
- Retirar la semilla del aguacate y, en un recipiente, hacer puré su pulpa con la ayuda de un tenedor.
- Triturar el plátano y agregar al puré de aguacate, después revolver hasta obtener una mezcla homogénea.
- Lavar bien el rostro para eliminar las impurezas.
- Esparcir la mascarilla por el rostro cuello y escote y dejar actuar por 30 minutos.
- Enjuagar con agua tibia.
- Repetir este procedimiento 2 o 3 veces por semana para prevenir (o atenuar) las arrugas.