La célebre actriz Hilary Swank sorprendió al mundo recientemente con la noticia de que se estrenará como madre de gemelos a los 48 años, en tiempos en los que las mujeres parecen retrasar cada vez, casi siempre por motivos profesionales, la maternidad.
Casada con el emprendedor Philip Schneider, la protagonista de Million Dollar Baby y dos veces ganadora del premio Óscar reveló en el programa Good Morning America que su embarazo fue largamente buscado junto a su pareja.
La actriz se encuentra en el segundo trimestre de su embarazo. “Es una bendición. Es un milagro total. Es increíble”, dijo Swank. Como ella, otras famosas han llegado a la maternidad de manera tardía.
De la lista forman parte Britney Spears, quien con 40 años se convirtió en mamá de su tercer hijo, el primero en común con su actual pareja, Sam Asghari. La actriz Halle Berry tuvo a su segundo hijo a los 46 y fue madre por primera vez con 41 años.
Eva Longoria también prefirió la década de los 40 para convertirse en mamá. En su caso, recurrió a la vitrificación de óvulos para preservar su fertilidad y con 42 años decidió que era su momento para quedar embarazada. Así nació su hijo, Santiago. Otras, incluso, han esperado hasta los 50, entre ellas Naomi Campbell y Janet Jackson.
Riesgos y beneficios
Pero, ¿qué implica la maternidad después de los 40? A esa edad, “es más difícil quedar embarazada y la gestación implica riesgos. Por suerte, algunos se pueden prevenir gracias a los avances de la ciencia”, afirma la médica obstetra Paola Torres.
Para la especialista, las probabilidades de lograr un embarazo a los 40 de forma natural son de solo un 5 por ciento. “A partir de los 45, la cifra se reduce a 1 por ciento. Y, en caso de un embarazo natural, el riesgo de aborto aumenta en 50 por ciento”.
Destaca que en esta etapa la maternidad podría incrementar el riesgo de varias patologías, como la diabetes gestacional, y existe mayor probabilidad de que el bebé sufra anomalías cromosómicas, como síndrome de Down. También puede presentarse preeclampsia (hipertensión arterial), que dificulta el parto vaginal.
Además, a partir de los 40 las contracciones pueden no ser tan eficaces, lo que aumenta la probabilidad de una cesárea y un mayor riesgo de parto prematuro.
Otro inconveniente es la recuperación tras el parto. Suele ser más lenta, así durante su vida la nueva mamá haya cultivado estilos de vida y alimentación saludables.
Más allá de las condiciones médicas, para Mara Aguirre, psicóloga infantil, cuando la maternidad llega en una etapa de madurez, se ve reflejada en pautas de crianza que resultan más favorables para los niños.
“Por los pacientes que veo a diario, es claro que los niños criados por mujeres muy jóvenes tienen unas pautas distintas a los de madres mayores de 35 o 40 años, que a esa edad suelen estar más centradas, con un mejor manejo de sus emociones y frustraciones, y, por lo general, están en relaciones más estables”, asegura la experta.
Otro factor importante que destaca Aguirre es que la mujer que asume su maternidad tardíamente se encuentra en una posición económica más estable: “Ha dejado atrás los años en los que su mayor preocupación estaba centrada en ascender profesionalmente, construir una carrera sólida. Son mujeres que ya han alcanzado buena parte de sus metas, un patrimonio, estudios, viajes. Así que ese nuevo integrante de sus vidas llega en un momento en el que ya han alcanzado otras realizaciones y la maternidad no va a frustrarlas”.
Y, si bien ratifica la creencia de que una mujer después de los 40 ha perdido fuerza física, destaca que en la vida moderna llevan estilos de vida más saludables que los de sus madres y abuelas. “Tienen más conciencia de su cuerpo, de su salud, de lo que comen. Y eso es favorable para gozarse con toda plenitud su maternidad”.