Luna llevaba más de un mes en que los virus no le daban tregua. Primero comenzó con un pequeño malestar que parecía una simple gripa. La presentadora de deportes Andrea Guerrero decidió llevarla al pediatra. Pero no hubo mayor alarma. Entonces salió un viaje de trabajo y Guerrero se fue a cubrir la final del fútbol colombiano. Luna, ya mejor, se quedó en casa.
Mientras estaba trabajando en ese certamen, comenzó a recibir reportes. Luna no estaba bien. La saturación de la pequeña comenzó a caer. La situación estaba controlada con un inhalador. Andrea comenzó a preocuparse, pues su hija sufre de asma y la enfermedad no cedía. Pero llegó un día en que la saturación bajó y registraba 82. De inmediato se fue a urgencias a la Clínica del Country. Era viernes. “A Luna la atendieron muy rápido y trataron de mejorarle la reacción de los pulmones. Intentaron de todas las maneras: con inhaladores, con medicamentos… La primera noche la pasamos toda en urgencias”, recuerda la presentadora.
El sábado llegó un momento aterrador para cualquier mamá. Los médicos del Country le dijeron a Guerrero que Luna necesitaba una cama en una unidad de cuidado intensivo (uci). Y lo más angustiante de todo: que no había.
“Entré en pánico, en angustia de no saber qué podía pasar. A pesar de que entendía que estábamos en un pico respiratorio”, recuerda la presentadora. El dolor y el miedo llegaron juntos y Andrea colapsó de pensar en que algo podía pasarle a Luna. “Yo en urgencias estaba desconsolada. Me acurruqué a llorar en el piso, sin saber qué hacer”, cuenta. Todo se sumaba para esa angustia.
Por cuenta del pico respiratorio, los servicios de urgencias y las unidades de cuidados intensivos pediátricos están a tope. Al poco tiempo les comunicaron que había una cama disponible en la Clínica La Colina. Y otro problema apareció: no había ambulancia pediátrica. El temor a perder esa cama, en medio de tanta escasez, hizo de la búsqueda del vehículo una carrera con mucha presión.
Al final, en la historia de Andrea apareció un ángel. Un familiar de un compañero de trabajo prestaba este servicio. Cuando llegaron a La Colina, la paz comenzó a volver poco a poco al alma de Guerrero. Estuvieron ocho días en los que Luna siempre mejoró. La pequeña tuvo cánula de alto flujo y luego oxígeno tradicional. El enemigo que la llevó al hospital tiene un nombre desconocido para los colombianos, pero muy conocido para las mamás: virus sincitial. “Es el coco de los niños”, explica Guerrero.
Antes de que llegara el covid-19, el sincitial era el más temido en las unidades pediátricas, pues, al causar la bronquiolitis, es el que mayores muertes por temas respiratorios provoca en los niños y niñas. Uno de los principales proyectos de la Fundación Bill y Melinda Gates era lograr una vacuna para ponerles a las mujeres en el embarazo. Como esa vacuna no existe, la mayor protección la da hoy una inyección de anticuerpos monoclonales llamada palivizumab.
En Colombia, las EPS solo la aplican a niños de alto riesgo. Cada ampolla cuesta alrededor de 3 millones de pesos y algunos necesitan hasta cinco dosis. Quienes tienen hoy un niño en uci por cuenta del pico respiratorio viven la más grande de las angustias. “Para uno es aterrador”, cuenta Guerrero. El día que le dijeron que Luna debía ir a uci, ella escribió en el chat de compañeros de trabajo de RCN y de Win Sports.
La empresa la dejó acompañar a Luna en todo momento y sus amigos la llenaron de buenos deseos y oraciones. Por eso, ella sostiene que muchas personas evitan escribirles a los papás que atraviesan por un momento así, pero que es lo mejor que alguien puede recibir en medio de esa dificultad. ¿Por qué está dando tan duro el pico? Los pediatras le explicaron a Andrea que tiene mucho que ver con lo que vivieron los niños durante la pandemia.
“Duraron tanto tiempo encerrados que ya no tienen las defensas necesarias para combatir los virus. Además, el clima no ayuda. Las lluvias se han prolongado y se anticipa que vendrá otro pico en agosto y otro en noviembre”. Andrea decidió publicar su historia en su cuenta de Instagram. “Les voy a contar la historia de mi niña valiente. Fue una larga semana para Luna, en la que aprendimos que muchas veces damos por sentado el estar sanos”, decía el post.
Le dijo a SEMANA que decidió hacerlo público, entre otras cosas, para darles aliento a los centenares de familias que por el pico respiratorio hoy viven lo mismo. La presentadora relató allí las lecciones que le dejó a su familia el paso por la clínica. “En medio de una situación tan angustiante, es recibir el cuidado de médicos, enfermeras y fisioterapeutas respiratorios, todo un equipo luchando para sacar un paciente adelante”, agregó.Para Guerrero, las mamás salen adelante de un momento así porque “el amor por los hijos todo lo puede” y porque por este amor resurge “la paciencia que aparentemente no existe en medio de la angustia”.
La presentadora recuerda que en la clínica se encontró con unos amigos que también tenían a su bebé recién nacida en uci. “Nos miramos y nos encontramos en esa misma preocupación”. Al final, como cuenta ella, “ser mamá es como este reto permanente a la cobardía”. Para Luna y para ella todo salió bien. Ya se encuentran en casa. En este momento, lo que más hay en el corazón de ambas es agradecimiento.
Pico respiratorio: ¿Qué está pasando?
Parece un déjà vu de los momentos más angustiantes del covid-19. Centenares de familias buscan hoy con desespero quien atienda a sus niños pequeños por cuenta del temible pico respiratorio que se vive en el país. “Este pico respiratorio ha sido el más importante de los últimos diez años”, explica Gilberto Mejía, director de la Clínica Shaio.
El médico cuenta que se sumaron el crecimiento del covid y las enfermedades crónicas no respiratorias, que hoy están saturando los servicios de urgencias. Y que la principal característica es que aparecen varios virus respiratorios en un mismo paciente, lo que aumenta la gravedad. La razón, para él, es que por cuenta del confinamiento no se presentaron los picos estacionales en los últimos dos años. La situación es grave en varios departamentos que han llegado al ciento por ciento de ocupación.
Por ejemplo, esta semana, José Betancur, presidente de la Sociedad Antioqueña de Pediatría, alertó que Medellín se había quedado ya sin camas uci disponibles y que faltarían al menos 40. El Instituto Nacional de Salud ha registrado cómo todos los servicios de atención para niños están al alza. El último boletín epidemiológico advierte que, en la última semana, 18 niños han muerto por enfermedades respiratorias y se han presentado 3.167 hospitalizaciones en uci por la misma causa.
Para el mismo periodo del año pasado, esta última cifra era de 1.838. Para enfrentar el pico, el país ha tomado medidas en la dirección correcta. Por ejemplo, incluyó la vacuna del neumococo al PAI, que antes era opcional. Y mejoró la calidad de esa vacuna, que hoy cubre 13 serologías, cuando antes eran diez. Lo principal, sin embargo, sigue siendo el autocuidado: usar tapabocas, lavarse las manos y acudir a tiempo al servicio médico ante los signos de alarma.