Un detalle que a veces pasa desapercibido es que la piel es el órgano más grande del ser humano, al extenderse para cubrir todo el cuerpo, por lo que prevenir cualquier afección que pueda dañarla debe ser una prioridad.
La Sociedad Americana contra en Cáncer indica que la aparición de melanomas está aumentando a nivel mundial, convirtiéndose en uno de los tipos de cáncer de piel más comunes y mortales. Esta enfermedad se produce por el crecimiento anormal de las células de la piel, especialmente en aquellas que han sido expuestas a los rayos del sol.
El melanoma es uno de los tres tipos principales de cáncer de piel y que se forma en las células que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel, y que es el que causa la gran mayoría de muertes por metástasis o sea, cuando el tumor invade diferentes partes del cuerpo.
La importancia de consultar a tiempo
Aunque es un cáncer agresivo, el 90 % de los casos pueden ser tratados si se detectan a tiempo, sin embargo, alrededor de 1.5 millones de personas en todo el mundo retrasa la búsqueda de ayuda médica después de detectar signos sospechosos en su piel.
Según Camila Pérez, médica dermatóloga de la Universidad CES de Medellín, mínimo una vez al año se debe consultar con el especialista para revisar los lunares y, sobre todo, si se comienza a notar algún tipo de lesión, por más mínima que sea, para poder controlar el melanoma. “Si presentas en tus lunares picor, enrojecimiento, sangrado, costra, aparición de más lunares o que cambien de tamaño, siempre es bueno que consultes con el dermatólogo”.
Prestar atención a los síntomas de alerta
De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Nacional de Cancerología, nuestro país se ubica en la cuarta posición de mayor incidencia de la enfermedad en América, después de Estados Unidos, Canadá y Uruguay.
El diagnóstico temprano de esta condición puede ser determinante en su tratamiento, por lo que los profesionales en el tema instan a que se ponga la lupa sobre algunos síntomas que pueden advertir de que algo no está bien con la piel, uno de los más frecuentes tiene que ver con los lunares.
El método para evaluar si un lunar es sospechoso es sencillo y consiste en detectar señales de alarma a través de un autoexamen:
- Asimetría: si el lunar no es redondo u ovalado y tiene diferentes formas en cada uno de sus lados, es considerado sospechoso.
- Bordes: si los bordes son irregulares, es un signo de alerta.
- Color: si tiene varios colores, es decir si no es de color homogéneo.
- Diámetro: los lunares no deben tener un diámetro mayor a 6mm.
- Evolución: si cambia de tamaño, forma, color o grosor rápidamente es fundamental consultar con un dermatólogo.
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Es indispensable el uso del bloqueador solar
Es muy importante tener en cuenta que no todos los bloqueadores protegen de manera adecuada, por eso, en el momento de comprar uno de estos productos hay que tener en cuenta que sea dermatológico, que tengan protección UVB y UVA contra los rayos solares y ojalá con un factor de protección de 30 a 50.
Es clave utilizar la cantidad adecuada de bloqueador, la mayoría de pacientes utiliza muy poca cantidad, y aplicarlo en cara y cuello, para así porque al usar la cantidad exacta aseguramos una protección eficaz.
La dermatóloga Camila Pérez aconseja que “cuando vayas a estar en el sol hay que evitar el bronceo intencional, sobre todo entre las 9 de la mañana y las 3 de la tarde, porque los rayos UVB y UVA van a causar envejecimiento, cáncer de piel, pigmentaciones. Siempre busca medidas físicas como sombreros, gorros, gafas de protección y siempre utiliza protector solar, no solo en cara, sino el el resto de tu cuerpo y ojalá que sean protectores resistentes al agua”.
Los rayos solares UVA son los que atraviesan completamente la capa de ozono y, aunque se esté en un lugar cerrado, atraviesan ventanas y son lo que en un momento dado causan cáncer de piel, envejecimiento, manchas y arrugas. Por eso, los especialistas aconsejan que se elija un producto que diga que protege contra los rayos UVB y UVA
Hay que tener en cuenta que no existe ningún bronceado saludable porque siempre que hay cambio de color hay un daño en el ADN, “es una defensa del ADN para protegerse de esos rayos ultravioleta. Cuando sufrimos quemaduras o insolaciones antes de los 18 años tenemos un alto riesgo de sufrir de melanoma, y cuando usamos una cámara bronceadora también estamos aumentando el riesgo del cáncer de piel”.