La memoria puede ser definida como la capacidad que tiene el cerebro para retener información y recuperarla de manera voluntaria, tales como hechos, ideas, relaciones entre conceptos, sensaciones, entre otros eventos que ocurrieron en el pasado, reseña CogniFit, empresa líder en el entrenamiento cognitivo de precisión a través de dispositivos digitales.

“Aunque el hipocampo es la estructura cerebral más relacionada con la memoria, no podemos localizar los recuerdos en un punto concreto del cerebro, sino que está implicada una gran cantidad de áreas cerebrales. Además, esta capacidad es una de las funciones cognitivas más comúnmente afectadas con la edad”, agrega.

Es de mencionar que existen varios tipos de memoria y cada una presenta una función particular. La memoria semántica, por ejemplo, es la que permite darle sentido al mundo que rodea a cada individuo. Además, cuando se junta con la memoria episódica, conforman la memoria declarativa, reseña el portal especializado en bienestar y salud, MejorConSalud.

Partiendo del hecho de que la memoria semántica es la encargada de darle significado al entorno de cada persona, es preciso mencionar que se trata de una especie de pirámide de conceptos que están a disposición de cada uno. Un ejemplo de ello es que cuando una persona va a responder a una pregunta, lo hace mediante el uso de los conceptos que conoce.

Como bien es sabido, los nuevos conocimientos se aprenden conforme las personas van avanzando en edad y ese cúmulo de información adquirida es la que va conformando la pirámide de conceptos semánticos. Así las cosas, la memoria semántica evoca los nombres de objetos que se usan con frecuencia.

MejorConSalud deja en claro que este tipo de memoria “no se encarga de almacenar conocimientos profundos respecto a los conceptos”, sino que ”ayuda a identificar y a diferenciar unas cosas de otras”. De hecho, cita un ejemplo bastante claro: cuando una persona está en un examen y sabe que una de las respuestas es la correcta, pero no sabe por qué lo es y no tiene un argumento de fondo para sustentarla, lo sabe mediante la memoria semántica.

Se trata de una memoria que está dedicada a los conceptos, sin seguir un orden estructurado y los recuerdos llegan mediante las asociaciones. Caso muy diferente al que ocurre con la memoria episódica, que opera siguiendo el hilo narrativo de la vida de cada individuo.

Hay una serie de recomendaciones que hace el portal especializado en bienestar y salud para potenciar la memoria semántica de cada individuo. La constancia es un factor clave para obtener buenos resultados.

Clasificar los conceptos

Es de recordar que la memoria semántica es un tipo de memoria piramidal, la cual puede ser potenciada mediante la clasificación de la información. “Dicho de otro modo, le asignamos diferentes categorías a los conceptos que aprendemos. Al implementar este método será más sencillo evocar los conceptos cuando los necesitemos”, reseña MejorConSalud.

Nombrar las categorías

Una vez se haya cumplido con el paso anterior, es decir, cuando ya se hayan clasificado los conceptos que se quieren recordar, luego se debe establecer cuál es la categoría a la que pertenecen, especificando cada una de las categorías. De este modo, se va a ir reduciendo el espectro de cada concepto. Por ejemplo: la categoría de manejo abarca los carros automáticos y sincrónicos.

Se trata de una memoria que está dedicada a los conceptos, sin seguir un orden estructurado y los recuerdos llegan mediante las asociaciones. | Foto: Getty Images

Hacer un listado de conceptos

La categorización puede resultar un proceso no tan sencillo para todas las personas, por lo que se recomienda realizar listados con los conceptos que se van incorporando. “Escribir ayuda a ordenar la pirámide de información. Los listados también son útiles para establecer las maneras de aplicar el conocimiento”, reseña el portal.

Practicar ajedrez

Un deporte que también es considerado como una ciencia, eso es el ajedrez. Quizás no sea el juego más fácil de aprender a jugar, valga la redundancia, pero ha demostrado ser muy benéfico para estimular todos los procesos cognitivos. La memoria semántica se ve beneficiada cuando las personas aprenden y practican ajedrez.

Aprender un nuevo idioma

Aprender un nuevo idioma está en la lista de proyectos o de cosas por hacer de millones de personas en el mundo y, además de abrir un sinnúmero de puertas en el campo profesional, también es muy bueno para la memoria semántica. Para aprender una nueva lengua es necesario tener el dominio de diferentes conceptos de forma estructurada, por lo que con cada significado o cada regla nueva que se aprende, la memoria semántica se ejercita.