En 2018, durante un debate presidencial a Sergio Fajardo le preguntaron por el páramo más grande del mundo. Él respondió: “En este momento sinceramente no me acuerdo, pero estamos en la época digital, coja el celular, pregunte cuál es el páramo más grande del mundo y se lo dice Google. Así yo no tengo que ocupar espacio en mi memoria con ese dato porque yo no voy para un concurso sino a liderar el país”. Ese hábito de tercerizar la memoria y consultar los datos en Google se ha generalizado. Cuando hay una discusión sobre una fecha, el buscador resuelve el problema; si no recuerda una cita, el celular lo salva de la confusión y si no sabe cómo llegar a un lugar, está Waze para trazar la mejor ruta. Para la gran mayoría tener ese flujo de información 24/7 en un aparato tan pequeño es una bendición. Pero algunos científicos empieza a preocuparse al respecto.

Un de ellos, Robert Bjork, profesor de investigación del departamento de psicología de la Universidad UCLA, cree que la tecnología está debilitando esta capacidad en algunas categorías como recordar números de teléfono. “Somos mucho peores que en el pasado. Les pedí a mis alumnos escribir en una hoja todos los números que pudieran, y recordaron pocos . Una fracción muy pequeña de lo que una persona como yo podría recordar a su edad”, dijo al diario The Telegraph. Muchos dicen que el mundo estaba ante una generación distraída y en consecuencia con menos memoria. El problema no es tan grave para aquellos que conocieron tarde la tecnología sino para los más jóvenes, los nativos digitales, que nacieron con el celular debajo del brazo. Según algunos expertos estos podrían tener mayor riesgo de declive en sus capacidades de memoria en el futuro. Por eso ya los denominan la generación Goldfish. La razón es sencilla: la ciencia ha establecido que el pez dorado (goldfish, en inglés) tiene una capacidad de atención de apenas nueve segundos. En 2015 Microsoft realizó un estudio que descubrió que los seres humanos, en promedio, solo podían concentrarse por ocho segundos. Entonces muchos dijeron que el mundo estaba ante una generación distraída y en consecuencia con menos memoria.

Todos los días hay ejemplos, como cuando un joven es incapaz de recordar el teléfono de su papá, el nombre de la persona que le acabaron de presentar o algo tan simple como qué comió al mediodía. Incluso esta dependencia de la tecnología podría explicar la falta de memoria de Gwyneth Paltrow, quien en un programa reciente de cocina no recordó haber actuado en la película Spiderman. Para Nancy Franklin, psicóloga de la Universidad de Stoney Brook de Nueva York, no resultaría raro que estos jóvenes “crezcan con déficits de desarrollo en la corteza prefrontal”. La experta aclara que la memoria no es ciento por ciento perfecta. “Todos tenemos lapsus”, dice. Pero ciertamente la gente usa menos partes de su cerebro para actividades relacionadas con buscar información. Una investigación realizada en 2019 por científicos estadounidenses, australianos y europeos y publicada en la revista World Psychiatry, mostró que las generaciones nativas digitales podrían enfrentar más daños cognitivos en el futuro, ya que internet ocupa un lugar más crucial en sus vidas.

Lo reafirma un trabajo publicado en 2016 en la revista Memory, que estudió la probabilidad de los jóvenes de recurrir a su celular cuando les hacían preguntas sobre conocimientos generales. Para el experimento, los participantes se dividieron en dos grupos. Cada uno recibió una serie de interrogantes, pero solo uno de los equipos podía usar Google como ayuda, mientras que el otro dependía de la memoria. En una segunda fase ambos podían usar sus teléfonos si lo deseaban. Entonces descubrieron que aquellos que pudieron responder con Google en un inicio tenían más probabilidades de depender del motor de búsqueda para responder preguntas posteriores, incluso si eran más fáciles. “El aumento de la tecnología ha hecho que ahora todos guardemos la información externamente y no como otras generaciones que las almacenaban en su cabeza". Con este simple juego los expertos comprobaron lo que muchos llaman el “efecto Google”. Acuñado en 2011 por Betsy Sparrow, psicóloga de la Universidad de Columbia, este efecto plantea que la gente puede recordar la información si no sabe dónde encontrarla. Pero ahora con los buscadores de información “cada vez somos más adeptos a recordar dónde buscar las cosas que a cómo recordarlas”, dice Sparrow. A eso se suma otra investigación realizada por académicos de las universidades de Oxford, King’s College,Harvard y Western Sydney, que tras analizar los efectos que producía jugar en línea durante seis semanas seguidas, encontró una reducción significativa en la materia gris dentro de la corteza orbitofrontal, la región del cerebro implicada en el control de los impulsos y la toma de decisiones.

Uno de los autores del trabajo, Joseph Firth, psicólogo de la Universidad Western Sydney, cree que la internet está perjudicando memoria pues “el aumento de la tecnología ha hecho que ahora todos guardemos la información externamente” y no como otras generaciones que las almacenaban en su cabeza. Una consecuencia de esto podría ser el aumento en las nuevas generaciones de fenómenos como la Amnesia de la Puerta, que sucede cuando la mente se pone en blanco con solo cambiar de ambiente, y la persona ya no sabe para qué iba a ese lugar. Esto preocupa a los expertos, pues no es normal que un joven de 20 años, en la cúspide cognitiva, presente estas dificultades. También les preocupa la falta de atención, pues la tecnología según las cifras recientes interrumpe cada vez más la concentración. Un empleado revisa su correo electrónico 30 veces en una hora y el tiempo que dura en una página de internet hace una consulta que no supera los 20 segundos. Dentro de esa marea de contenidos, la persona no lee más del 28 por ciento de un texto completo. “No es suficiente para comprometerse con algo y memorizarlo”, señala Firth. “Una mente distraída no puede recoger información profunda y mucho menos memorizar”.

Pero no solo la tecnología contribuye a esta crisis de memoria. También otros factores, como el aumento del estrés, el sueño deficiente y los estilos de vida más sedentarios. Un estudio de 2018 publicado en el diario de la Academia Estadounidense de Neurología encontró que los adultos de 40 y 50 años con altos niveles de cortisol (la hormona del estrés) obtuvieron peores resultados en las tareas de memoria que aquellos con niveles promedio. Mientras tanto, un estudio publicado en la revista Science en septiembre de este año demostró la importancia del sueño para ayudar a olvidar información innecesaria, desintoxicar el cerebro y mejorar la memoria. En Colombia, según un estudio de 2018, los niños y jóvenes gastan en promedio más de tres horas diarias en internet. Pero no se trata de crear una cruzada contra la tecnología, porque tiene muchos beneficios. Por ejemplo, es un alivio para los más viejos porque les ayuda a estar comprometidos cognitivamente. En ese sentido, el mensaje de los expertos va dirigido especialmente a los jóvenes, cuyo cerebro está en pleno desarrollo. No se trata de un tema menor, teniendo en cuenta que en Estados Unidos, el 95 por ciento de los adolescentes están conectados por teléfonos inteligentes y en Colombia, según un estudio de 2018 de la universidad Eafit y Tigo-Une, los niños y jóvenes gastan en promedio más de tres horas diarias en internet.

Es poco probable que los adolescentes estén dispuestos a abandonar el estilo de vida con el que nacieron, Franklin señala que si identifican algún síntoma, tomen medidas como, por ejemplo, dejar por algunas horas el celular y procurar siempre poner atención y tratar de recordar la información. La memoria es como un músculo que hay que ejercitar pues como todos, al no usarlase atrofia. Cuando la persona hace el esfuerzo de recordar le resultará más fácil hacerlo en el futuro. Pero si deja ese hábito y asigna esa función a aparatos externos, podría perder esa capacidad para siempre. Cómo ejercitar la memoria Cinco pasos para no dejar que la tecnología arruine su capacidad de recordar. Escuche con atención Muchas veces el cerebro no registra un dato porque no esta totalmente concentrado.

Sea activo frente a la tecnología No sea un actor pasivo frente a los aparatos electrónicos. Úselos para leer, aprender y sacar conclusiones. Trate de recordar por su cuenta No recurra a Google de una vez. Trate de recordar la fecha por su cuenta. Use la mnemotecnia Es más fácil recordar algo si forma una imagen de ello. También es bueno memorizar al asociar fechas y cosas con experiencias personales.

Descanse bien Dormir por lo menos siete horas es importante para consolidar los recuerdos que construyó en el día, así como para abrir espacio en la memoria a nueva información.