En junio de 2012, Miguel Varoni se enfrentó a uno de los retos más grandes de su vida. Y no estaba relacionado con la actuación. En ese momento, después de más de 30 años como fumador compulsivo, había hecho un pacto consigo mismo y se propuso dejar el cigarrillo.
No la tenía fácil. Para entonces contaba con 47 años y había comenzado a fumar siendo apenas un adolescente, a los 14. Por ello, intentaba ser fuerte ante la tentación. “Cuando dejé de fumar, le pedía mucho a mi Dios que me ayudara y me diera la fortaleza necesaria para no volver a hacerlo, pero no es fácil. Fumé durante mucho tiempo y la adicción a la nicotina es muy fuerte”, confiesa Varoni en SEMANA.
El punto de inflexión, el momento en que su vida tuvo un antes y un después, ocurrió durante un viaje a México mientras grababa una telenovela. “No me estaba sintiendo bien luego de finalizar una rutina de ejercicios”, recuerda. Eso bastó. Tomó la decisión de dejar ese vicio de un día para otro. Rompió en frío, sin tratamientos ni pastillas. Estaba confiado en que podría lograrlo sin más armas que su fuerza de voluntad.
Y este drástico cambio de vida ha resurgido por estos días, justo en noviembre, el mes de la concientización sobre el cáncer de pulmón.
Varoni preocupó a sus seguidores al revelar que, aun cuando ha pasado más de una década desde que dejó el cigarrillo, en su caso todavía el riesgo de cáncer de pulmón es latente por su larga historia, cerca de 34 años, con el tabaquismo.
Pocos días después de que se conociera que Pedro, el escamoso –la novela que lo hiciera famoso en Latinoamérica– tendrá una segunda temporada en 2024, Miguel Varoni, de 58 años, se sinceró en sus redes sociales y explicó que, a pesar de no fumar desde hace unos 12 años, aún debe estar pendiente de no contraer este mortal tipo de cáncer.
Por ello, debido a la predisposición como exfumador, asegura que se volvió una persona más consciente de su salud. En ese camino se unió a la campaña ‘Protege tus pulmones’, liderada por la organización MSD Invents para crear conciencia sobre los riesgos del cáncer de pulmón y el examen de detección para esta enfermedad.
“Uno tiene que tomar la ventaja, la delantera, no esperar a ver si algo pasa o si me detectan algo. Yo creo que hay que hacer las cosas”, dice Varoni.
Mejor prevenir que lamentar
Y no exagera. Carlos Miguel Angarita es un neumólogo de la Universidad del Valle que, en más de 40 años como médico, ha visto morir a muchos de sus pacientes por cuenta de los excesos con el cigarrillo. Y lo explica en detalle: “El humo del tabaco es una mezcla mortal de más de 7.000 sustancias químicas, muchas de ellas tóxicas. Se sabe que al menos unas 70 causan cáncer en personas o animales. Cada año, unos 49.000 fumadores mueren en Colombia.”.
Agrega que quienes fuman cigarrillos son entre 15 y 30 veces más propensos a contraer cáncer de pulmón o a morir debido a esta enfermedad que aquellos que no fuman. Incluso, enfatiza, “fumar unos cuantos cigarrillos al día o de manera ocasional aumenta el riesgo de contraer cáncer de pulmón. El riesgo se incrementa con el número de años que tiene una persona de ser fumadora y con la cantidad de cigarrillos que fuma por día”.
Refiriéndose a la historia de Varoni, no da buenas noticias: “Las personas que dejan de fumar tienen menos riesgo de padecer cáncer de pulmón que si continuaran fumando, claro, pero más riesgo que las que nunca fumaron. Lo he visto en consulta en mis años como médico”.
Contrario a lo que muchos piensan, fumar no está relacionado solo con cáncer en los pulmones. “Puede causar la enfermedad en casi todo el cuerpo. Es responsable de cánceres en la boca y la garganta, así como el esófago, el estómago, el colon, el recto, el hígado, el páncreas, la laringe, la tráquea, los bronquios, el pulmón, el riñón y pelvis renal, la vejiga urinaria y el cuello uterino, y también ocasiona leucemia mielógena aguda”, enumera Angarita.
Tema aparte es el tipo de producto que se fuma. El humo del cigarrillo, las pipas o los puros provocan por igual cáncer de pulmón, añade el especialista.
¿Y los no fumadores?
Otro de los riesgos de fumar va más allá del propio fumador, pues la estela que deja a su paso genera lo que los médicos llaman el humo de segunda mano, como lo explica Walter Jesús Arévalo, también neumólogo.
“Al humo de segunda mano también se le conoce como humo de tabaco en el ambiente y consiste en una mezcla de dos tipos de humo que provienen de la combustión del tabaco”, dice. Por un lado, “el humo de corriente principal, que es el que exhala un fumador normalmente”.
Por otro lado, “el humo de corriente indirecta, que proviene del extremo de un cigarrillo encendido, pipa o cigarro (puro), o del tabaco que se quema al fumar hookah (pipa de agua) o narguile”, explica Arévalo.
De acuerdo con este especialista, “se le llama fumar involuntariamente o fumar pasivamente cuando las personas que no fuman son expuestas al humo de segunda mano. Las personas que no fuman y que respiran ese humo reciben nicotina y químicos tóxicos de la misma forma que lo hacen los fumadores. Cuanto más se expone al humo de segunda mano, mayor serán los niveles de estos químicos dañinos en su cuerpo”, señala con preocupación este médico caucano.
Por eso, si usted fue fumador y ya dejó el hábito, es mejor que, como Miguel Varoni, siga pendiente de la salud de sus pulmones. Así el cigarrillo no forme parte de su vida, pudo causar un daño que no se cura con el paso de los años.
Humo de segunda mano
- Cuando una persona fuma dentro de su casa, los niños pequeños suelen ser los más afectados y los que menos pueden evitarlo.
- Se debe evitar fumar cerca de mujeres en embarazo, pues el humo del cigarrillo puede llegar no solo a la madre, sino al bebé.
- Los niños expuestos a humo de segunda mano pueden sufrir con más frecuencia de afecciones respiratorias, como neumonía y bronquitis.
- Además, resultan más propensos a experimentar tos, sibilancia y dificultad para respirar. Sin contar con que pueden padecer más infecciones en el oído.
- El humo de segunda mano es el causante también de ataques de asma o empeora los síntomas de esta enfermedad si algún integrante de la familia ya la tiene de base. Incluso, provoca asma en los niños.
- Una de las medidas más eficaces es evitar el consumo de cigarrillos dentro del hogar, pues el cuerpo en crecimiento de los niños es sensible a las toxinas del humo de segunda mano. Tenga en cuenta que este humo puede desplazarse por ductos de aire, paredes, pisos y huecos de ascensores.