La miocardiopatía es una enfermedad del músculo cardíaco que hace que el corazón tenga mayor dificultad para bombear sangre a las diferentes partes del cuerpo. El instituto de investigación Mayo Clinic asegura que se trata de un padecimiento que puede provocar una insuficiencia cardíaca.

De esta enfermedad hay varios tipos: dilatada, hipertrófica y restrictiva, y el tratamiento que la persona reciba, el cual puede incluir medicamentos, dispositivos implantados quirúrgicamente, cirugía cardíaca o, en los casos graves, un trasplante de corazón, depende del tipo de miocardiopatía y su gravedad.

La Clínica Universidad de Navarra (CUN) indica que la dilatada es la más frecuente y se caracteriza por la progresiva dilatación y pérdida de la capacidad del miocardio de contraerse. Esto hace que se puedan presentar situaciones como insuficiencia cardiaca, sensación de ahogo y edemas.

En el caso de la miocardiopatía hipertrófica, se origina por un crecimiento excesivo del músculo ventricular o de porciones localizadas del mismo. “Esta hipertrofia condiciona una deficiente relajación del ventrículo que, aunque es capaz de contraerse con fuerza, no es capaz de relajarse y por tanto se llena deficientemente, apareciendo los síntomas de una insuficiencia cardíaca”, precisa la CUN.

En lo relacionado con la restrictiva, según los expertos, es la que se presenta con menos frecuencia y tiene características raras. Se caracteriza por la deficiente relajación del ventrículo, lo que provoca una insuficiencia cardiaca por imposibilidad de llenado de los ventrículos.

En general las miocardiopatías no presentan señales en sus inicios, sino que los signos o síntomas se hacen evidentes a medida que la afección avanza. Algunos de ellos, según Mayo Clinic, son: dificultad para respirar al hacer actividad física o, incluso, al descansar, hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies, en el abdomen debido a la acumulación de líquido, tos al estar recostado, dificultad para dormir en posición horizontal y fatiga.

También se pueden presentar latidos que se sienten rápidos, que palpitan fuertemente o como aleteos, molestia o presión en el pecho y mareos, aturdimiento y desmayos. De acuerdo con los expertos, los síntomas tienden a empeorar si no son tratados. En algunas personas, la afección empeora rápidamente, mientras que en otras puede tardar largos períodos.

Causas

Aunque con frecuencia se desconocen las causas que generan esta afección, en algunas personas es el resultado de otro padecimiento o es un tema hereditario.

Los especialistas aseguran que algunos comportamientos o afecciones médicas que pueden provocar una miocardiopatía son, por ejemplo, la presión arterial alta durante períodos largos, daño en el tejido del corazón como consecuencia de un ataque cardíaco, problemas de las válvulas cardíacas, determinadas infecciones, en especial las que causan inflamación del corazón y trastornos metabólicos, como obesidad, enfermedad tiroidea o diabetes.

También puede incidir la falta de vitaminas o minerales esenciales, como la tiamina (vitamina B1), complicaciones en el embarazo, acumulación de hierro en el músculo cardíaco (hemocromatosis), trastornos del tejido conectivo, consumo de alcohol en exceso durante muchos años o de cocaína, anfetaminas o esteroides anabólicos y uso de algunos medicamentos de quimioterapia y radiación para tratar el cáncer.

Algunos de los factores de riesgo son los antecedentes familiares de cardiopatía, muerte cardíaca súbita o miocardiopatía, presión arterial alta, enfermedad de las arterias coronarias, infecciones virales del corazón, diabetes, trastorno por consumo de alcohol y, según el medio especializado Medical News Today, algunas mujeres pueden tener un mayor riesgo de miocardiopatía después del embarazo.

Cambios en el estilo de vida

Una de las mejores formas de prevenir o retrasar la progresión de estas afecciones son los cambios en el estilo de vida, los cuales pueden incluir una dieta saludable, que implica limitar el consumo de grasas trans, grasas saturadas, azúcar agregada y sal.

También es importante controlar el estrés, dejar de fumar y mantenerse físicamente activo practicando una actividad que pueda ser beneficiosa para el corazón, por lo cual lo ideal es consultar con el especialista con el fin de determinar cuál es la más adecuada dependiendo de la condición del paciente.