Aunque la idea del ayuno ha estado tradicionalmente asociada a una práctica religiosa, a partir de esta se ha diseñado un nuevo modelo conocido como “ayuno intermitente”, el cual está basado en espacios o franjas en las que se puede comer mientras que en otras se restringe la ingesta de alimentos.

El modelo de ayuno intermitente habilita algunas horas específicas durante el día para comer los alimentos. Durante el resto de la jornada, la persona suspende la comida e ingresa a un periodo de ayuno parcial.

De acuerdo con información publicada en el medio internacional ABC, el ayuno intermitente tiene múltiples finalidades. Algunas personas buscan adelgazar, mientras que otras lo hacen para sentirse mejor y optimizar sus procesos digestivos.

Existen varios tipos de ayuno intermitente, sin embargo, estos son los que más se ponen en práctica:

Ayuno 16/8: las tres comidas principales del día se concentran en las ocho horas centrales del día de la ingesta, es decir, se aplaza el desayuno y se adelanta la cena para integrarlos con el almuerzo. Durante el tiempo restante, se guarda ayuno.

Ayuno 12/12: esta modalidad consiste en durar doce horas sin ingerir alimentos. Una vez cumplido este periodo, se puede comer durante las doce horas restantes del día.

Ayuno 24h: es una de las modalidades más estrictas. Consiste en aguantar un día entero a la semana sin ingerir alimentos.

¿Qué efectos tiene?

De acuerdo con la clínica de nutrición Nutrygente, citada por ABC, el ayuno intermitente podría contribuir a disminuir la grasa corporal, ya que, al limitarse el tiempo en que se puede comer, también se hace más complicado consumir una cantidad exagerada de calorías. Sin embargo, también aclara que esta no es “una solución mágica”.

Para disminuir la grasa corporal es necesario estar en déficit calórico, y esto podría facilitarse si se limitan las horas de ingesta de alimentos. Aún así, practicar esta modalidad no necesariamente asegura que la persona vaya a bajar de peso. De hecho, Nutrygente agrega que la mayoría de beneficios asociados al ayuno son resultado de una restricción calórica, y no del ayuno en sí.

Uno de los beneficios que trae la pérdida de grasa corporal es la autofagia, es decir, un proceso en el que el cuerpo “recicla desechos celulares”. Según la nutricionista Marta Mato, citada por ABC, “cuando las células no reciben comida entran en modo de ‘reciclaje’ y se autodigieren para obtener nutrientes”.

A partir de la autofagia, el organismo aprovecha en su totalidad los nutrientes disponibles y se “regenera”. Este proceso sería posible a partir de las 13 horas de ayuno, aproximadamente.

Otra de las creencias atribuidas al ayuno intermitente es su capacidad para desintoxicar el organismo. Sin embargo, Nutrygente sostiene que se trata de una idea que no tiene soporte científico, por lo que recomiendan no desarrollar la práctica si ese objetivo.

Sobre el ayuno intermitente existen varios mitos y creencias, sin embargo, es importante recordar que no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera y algunos tienen necesidades especiales en términos de alimentación. Por eso, es recomendable acudir a un especialista antes de cambiar drásticamente el plan dietario o rutinas asociadas a la comida.

Otro de los beneficios que podría tener el ayuno intermitente, según la nutricionista Elisa Escorihuela, es la prevención de la diabetes tipo dos, la disminución de triglicéridos y la la mejora en la presión arterial así como la sensibilidad a la insulina.

Escorihuela, quien se desempeña como colaboradora del medio ABC Bienestar, también detalló que existen algunas contraindicaciones para el ayuno intermitente. Por ejemplo, si la persona no se adapta al cambio en su rutina, puede experimentar síntomas como irritabilidad, ansiedad, mareos, trastornos de sueño, problemas de concentración y trastornos alimentarios.