El desarrollo de la vacuna contra el coronavirus avanza positivamente en varios países del mundo y se han conocido alentadores resultados de las primeras pruebas en humanos. Sin embargo, una nueva preocupación surgió ante la disputa por la propiedad intelectual del fármaco entre la empresa biofarmacéutica Arbutus Biopharma y la compañía de biotecnología Moderna, ambas estadounidenses. De acuerdo con los expertos, una patente de Arbutus Biopharma se basa en una tecnología de nanopartículas lipídicas (LNP), las cuales permiten al organismo producir sus propias proteínas terapéuticas. Sobre esto, Moderna disputó la novedad de la idea e indicó que la patente debería ser revocada por conceptos obvios.
La compañía llevó a la empresa biofarmacéutica a los tribunales, pero la Junta de Prueba y Apelación de Patentes, de los Estados Unidos, se puso del lado de Arbutus y Moderna perdió la apuesta para invalidar una patente estadounidense. La conclusión de la decisión es que la compañía Moderna en sus declaraciones hechas en la patente no habría demostrado que "hubieran sido anticipadas u obvias". Esta noticia hizo que las acciones de Moderna cayeran cerca de un 10 por ciento, lo que representa un obstáculo ante sus esfuerzos por desarrollar vacunas de próxima generación, entre ellas una contra el coronavirus. Además, abogados coinciden en que el fallo de la patente "podría aumentar la presión sobre la firma para pagar una licencia para la cartera de patentes de Arbutus". No obstante, se estima que Moderna todavía pueda apelar el fallo de la oficina de patentes ante el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito Federal, el cual en la mayoría de casos ha defendido las determinaciones de la oficina de patentes. Por el contrario a su situación, las acciones de Arbutus se duplicaron a raíz del fallo de la patente.
Cabe resaltar que debido al desmedido aumento de la pandemia en el mundo, Estados Unidos hizo un pedido inicial de 100 millones de dosis de una potencial vacuna desarrollada por el laboratorio estadounidense Pfizer y el alemán Biontech, por las que pagará 1.950 millones de dólares, y podría adquirir hasta 500 millones de dosis adicionales. Washington también invirtió 1.200 millones de dólares en el proyecto de AstraZeneca con la Universidad de Oxford, por 300 millones de dosis y transferencia tecnológica; y dio 1.600 millones a la biotecnológica Novavax. Igualmente aportó a los proyectos de vacuna de Moderna, Johnson & Johnson y Sanofi. *Con información de AFP