Uno de los mayores temores sobre las variantes del coronavirus se confirmó este lunes. El Public Health de Reino Unido reportó que su nueva cepa está siendo difícil de controlar, aún con las vacunas. “Es la última evidencia de que el virus está experimentando una evolución preocupante en todo el mundo”, aseguró el diario The New York Times.

“En su último análisis, el organismo estimó que la tasa de infección de la variante es de un 25 a un 40 por ciento más alta que la de otras formas del coronavirus. Alguna evidencia preliminar sugiere que también puede causar más muertes”, agregó el prestigioso diario norteamericano.

Londres

Preocupaciones similares se registran en Brasil, Sudáfrica y ahora en Jalisco, México, el último lugar que reportó tener una mutación este martes. “Incluso si una mutación altera una variante del coronavirus, eso no es garantía de que tendrá el mismo efecto en otra variante. El efecto de cada nueva mutación depende de todas las demás mutaciones que porta el virus”, agrega el estudio, citado por The New York Times.

El problema es que ya tanto en el Reino Unido como en Sudáfrica se han presentado mutaciones sobre las nuevas variantes. El Public Health England encontró ya 11 casos en los cuales la variante B.1.1.7 presenta una “mutación preocupante”. Por ahora, los científicos comienzan a analizar qué impactos puede tener.

El complejo universo de las variantes de covid-19

Cada vez se conocen más variantes del virus que causa la covid-19 y de las que más se habla es de las que parecen ser más contagiosas: la británica, la sudafricana, la brasileña o B.1.1.7, 501YV2 y P.1.

En los estudios, los autores usan estas diferentes etiquetas, al igual que los medios de comunicación, para referirse a ellas. La de Reino Unido, por ejemplo se bautiza como variante “británica”, “inglesa” o “de Kent”, e incluso la han apodado como “Nelly”, con lo cual la gente queda más confundida.

Así, los nombres están causándoles dolores de cabeza a los científicos, que quieren ponerle orden a su nomenclatura y así lograr una denominación estandarizada. Según reportó la revista Nature, el 12 de enero se llevó a cabo una reunión en la Organización Mundial de la Salud para tratar el tema, y aunque no se llegó a un acuerdo, hubo un solo consenso y fue en contra del uso de los nombres de países, porque puede ser estigmatizante y no muy científico, como sucedió cuando el expresidente Donald Trump llamó al nuevo coronavirus como “el virus de China”.

Las autoridades sanitarias británicas lanzaron el lunes una campaña masiva de pruebas de covid-19 puerta a puerta en ocho zonas de Inglaterra tras detectar allí casos de la cepa de coronavirus aparecida en Sudáfrica. En total, las zonas afectadas -que incluye una pequeña parte de Londres- representan una población de unas 80.000 personas.

Según el ministerio de Sanidad británico, desde el 22 de diciembre se detectaron en estas áreas 105 casos de esa variante. En los últimos días se identificaron 11 casos sin relación aparente con ningún viaje. “Estos casos no parecen estar vinculados por el momento, están en partes bastante separadas del país y es más probable que estén relacionados con alguien que potencialmente tenía una infección asintomática cuando llegó del extranjero”, explicó en rueda de prensa la consejera médica del gobierno Susan Hopkins.

“Estamos buscando casos adicionales en la comunidad para ver dónde podemos encontrar vínculos y para tratar de cerrar y eliminar la transmisión entre las personas”, afirmó, precisando que las vacunas utilizadas “en los ensayos han demostrado ser eficaces contra la variante sudafricana”. El ministro de Sanidad, Matt Hancock, llamó a todos los habitantes de las zonas afectadas a hacerse la prueba, tengan o no síntomas. Para asegurarse de que nadie queda fuera, se peinarán las zonas casa por casa.

“Tenemos un equipo de voluntarios que llevarán una carta. Llamarán a la puerta con el kit de pruebas, le explicarán al residente que ocurre, le dejarán el kit para que tome la muestra él mismo y volverán a recogerlo un poco más tarde”, explicó Tim Oliver, responsable del condado de Surrey, suroeste de Londres. Desde que se detectaron los primeros casos de la mutación sudafricana en el Reino Unido a finales de diciembre, el gobierno prohibió todos los vuelos directos desde ese país.

Posteriormente hizo lo mismo con todos los países de Sudamérica, Panamá y Portugal, a raíz del descubrimiento de una variante del virus originada en la Amazonía brasileña. Enfrentado a su propia cepa más contagiosa, identificada en diciembre en el sur de Inglaterra, el Reino Unido está sumido en un nueva ola de contagios y un tercer confinamiento.

El país, que ya ha vacunado a 9,3 millones de sus 66 millones de habitantes, busca impedir así la importación de nuevas cepas que serían más transmisibles y contra las que las vacunas serían un poco menos eficaces. El coronavirus ha causado más de 106.500 muertes en el Reino Unido, el país más afectado de Europa.

*Con información de AFP