La Nasa logró desviar un asteroide de su trayectoria en un test sobre la capacidad de la humanidad para protegerse de una posible amenaza futura, anunció la agencia espacial estadounidense este martes.
Una nave de la misión DART se estrelló deliberadamente el 26 de septiembre contra el asteroide Dimorphos, que es el satélite de un asteroide más grande llamado Didymos. De este modo, logró desplazarlo, reduciendo su órbita en 32 minutos, dijo el jefe de la agencia espacial, Bill Nelson, en rueda de prensa.
Este es “un momento decisivo para la defensa planetaria y un momento determinante para la humanidad”, dijo.
Ya se habría “considerado un gran éxito si (la nave) solo hubiera reducido la órbita en unos 10 minutos. Pero en realidad la redujo en 32″, añadió. Con esta misión “le demostramos al mundo que la NASA es seria como defensora de este planeta”.
Dimorphos, situado a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra en el momento del impacto, tiene unos 160 metros de diámetro y no representa ningún peligro para nuestro planeta. Es en realidad el satélite de otro asteroide más grande, Didymos, alrededor del cual giraba en órbita en 11 horas y 55 minutos.
Esta misión de “defensa planetaria” sin precedentes, llamada DART (dardo, en inglés), es la primera en probar esta técnica y ha permitido a la NASA entrenarse para el supuesto de que un asteroide amenace algún día con golpear la Tierra.
100 años
Los asteroides han sorprendido a los científicos en el pasado. En 2020, la sonda estadounidense Osiris-Rex se hundió mucho más de lo esperado en la superficie del asteroide Bennu.
Ninguno de los asteroides conocidos amenaza a la Tierra durante los próximos 100 años.
En sus inmediaciones se han catalogado cerca de 30.000 asteroides de todos los tamaños, a los que les llama objetos cercanos a la Tierra, es decir que su órbita cruza la órbita terrestre.
Los de un kilómetro o más han sido avistados casi todos, según los científicos. Pero estiman que solo conocen alrededor del 40% de los asteroides que miden 140 metros o más, capaces de devastar una región entera.
“Nuestro trabajo más importante es encontrar” a los que faltan, dijo Lindley Johnson, agente de defensa planetaria de la NASA.
Cuanto antes se detecten, más tiempo tendrán los expertos para determinar la mejor manera de defenderse de ellos.
Pero la misión DART es un primer paso crucial, dijo Johnson: “Es un momento muy emocionante (...) para la historia espacial, e incluso para la historia de la humanidad”.
“Creo que los terrícolas pueden dormir mejor, definitivamente yo lo haré”, dijo la ingeniera de sistemas de la misión DART, Elena Adams.
Misión espacial muestra que el agua de la Tierra puede proceder de asteroides
El agua de la Tierra podría haber llegado de asteroides de los bordes exteriores del sistema solar, apuntaron semanas atrás científicos tras analizar unas raras muestras recogidas por una misión espacial japonesa de seis años.
En una investigación para aportar luz sobre los orígenes de la vida y la formación del universo, los científicos están analizando material traído a la Tierra en 2020 desde el asteroide Ryugu.
Los 5,4 gramos de rocas y polvo fueron recogidos por una sonda espacial japonesa, llamada Hayabusa-2, que aterrizó en ese cuerpo celeste y lanzó un “impactador” en su superficie.
Los estudios del material obtenido están empezando a publicarse y, en junio, un grupo de investigadores indicó que habían encontrado material orgánico que mostraba que algunos de los bloques esenciales para la vida, los aminoácidos, se habían formado en el espacio.
En un nuevo informe publicado por la revista Nature Astronomy, los científicos indicaron que las muestras de Ryugu ofrecen pistas sobre el misterio de la aparición de los océanos en la Tierra hace miles de millones de años.
“Asteroides de tipo C volátiles y ricos en elementos orgánicos pueden haber sido una de las fuentes principales del agua de la Tierra”, señala el estudio realizado por científicos de Japón y otros países, publicado el lunes.
“La llegada de volátiles (es decir, elementos orgánicos y agua) a la Tierra es todavía una cuestión de importante debate”, reconoce.
Pero los materiales orgánicos encontrados “en las partículas de Ryugu, identificadas en este estudio, probablemente representen una importante fuente de volátiles”, añade.
Los científicos teorizan que este material probablemente tenga “un origen externo al sistema solar”, pero dicen que es “improbable que sea la única fuente de volátiles entregada a la Tierra temprana”.
Hayabusa-2 fue lanzada en 2014 en dirección a Ryugu, a unos 300 millones de kilómetros de distancia, y volvió a la órbita de la Tierra hace dos años para soltar una cápsula con las muestras.
En el estudio publicado en Nature Astronomy, los investigadores alaban los descubrimientos que ha hecho posible esta misión.
“Las partículas de Ryugu son, sin lugar a dudas, de los materiales menos contaminados disponibles en el sistema solar para estudios de laboratorio y las investigaciones en marcha sobre estas valiosas muestras van a expandir nuestro conocimiento de los procesos del temprano sistema solar”, afirma.
Con información de AFP