La serotonina tiene una amplia variedad de funciones en el cuerpo y es conocida como la hormona de la felicidad. Se encuentra principalmente en el cerebro, los intestinos y las plaquetas sanguíneas.
Según los expertos, juega un papel importante en el estado de ánimo, las emociones, el apetito y la digestión. Como el precursor de la melatonina, ayuda a regular los ciclos de sueño y el reloj biológico.
Los intestinos y el cerebro producen serotonina. También está presente en las plaquetas de la sangre y es protagonista en el sistema nervioso central, según un artículo publicado en Medical News Today.
Dado que se trata de un neurotransmisor, la serotonina envía señales entre las células nerviosas y regula su intensidad. Las investigaciones muestran que la serotonina puede tener impacto en el metabolismo óseo, la salud cardiovascular, la salud en los ojos, la coagulación de la sangre y los trastornos neurológicos.
Según la mencionada publicación, los científicos no saben específicamente qué causa la depresión, pero una teoría es que se debe a un desequilibrio de neurotransmisores en el cuerpo.
Tener la serotonina baja puede ocasionar cambios importantes en la salud mental de la persona, acarreando la aparición de ansiedad, depresión, problemas para dormir, apatía, falta de energía, entre muchos otros síntomas.
“La serotonina es un neurotransmisor que tiene funciones muy importantes en el organismo, como regular el estado de ánimo, el apetito, el ciclo del sueño, el deseo sexual y el proceso de la digestión, entre otros. Cuando sus niveles en la sangre descienden puede llegar a ocasionar el padecimiento de distintos trastornos físicos y emocionales”, indica el portal Psicología-online.com.
Tener un bajo nivel de serotonina en el cuerpo se traduce en molestias que van desde alteraciones en el estado de ánimo hasta síntomas digestivos y cardíacos. Este neurotransmisor, como lo detalla una publicación en National Center for Biotechnology Information, interviene en la regulación del comportamiento, la memoria y diversas funciones fisiológicas, indica el portal mejor con Salud.
Cuando sus niveles disminuyen, el organismo experimenta cambios que se manifiestan con malestares físicos y emocionales. Así, la tristeza, la irritabilidad, la falta de concentración, los trastornos del sueño, entre otros, pueden indicar que el nivel de esta hormona está bajo.
Para la generación de serotonina, las células que la producen usan la enzima triptófano hidroxilasa. El triptófano es un aminoácido esencial que el organismo obtiene a través de la alimentación y que es clave para la producción de serotonina.
Un estilo de vida poco saludable puede alterar el equilibrio de los neurotransmisores y las hormonas, por ello, consumir los alimentos indicados ayudará a mantener la serotonina en los niveles ideales. Por ejemplo, el L-triptófano se encuentra en la soya, el queso, atún, maní, las lentejas, el huevo, la avena y también el queso de cuajada bajo en grasa, indica el portal especializado brain-effect.com.
La vitamina B6 también es clave y puede encontrarse en muchos alimentos, incluyendo los granos enteros, las legumbres y las nueces.
La vitamina D y el Omega 3 también deben incluirse en la dieta. Si el cuerpo carece de Omega 3, puede tener consecuencias en la producción de serotonina y también para el rendimiento mental de las personas. El mal humor y la falta de concentración pueden, por ejemplo, ser el resultado de una dieta desequilibrada que contenga muy poco pescado. De igual forma, el sol guarda una relación muy directa con la producción de serotonina, pues ayuda en la generación del vitamina D, de ahí la importancia de tomarlo de forma moderada para elevar los niveles de esta hormona.
Síntomas
El síntoma más evidente de una deficiencia de serotonina suele ser un estado de ánimo bajo, que puede ir acompañado de insatisfacción e irritabilidad permanente.
De igual forma, las personas pueden enfrentar cuadros de pesimismo, que no es otra cosa que una emocional negativa que puede desembocar en un estado de depresión. La persona que lo padece mantiene una actitud de negatividad ante todo lo que le rodea, e incluso ante el futuro. Los niveles bajos de serotonina pueden causar una actitud pesimista.
Cuando la serotonina no está en los niveles adecuados, el individuo puede enfrentar un autoestima baja, que hace que se sienta frustrado y descontento consigo mismo. En el momento que aumenta la cantidad de este neurotransmisor, la persona comienza a experimentar un cambio muy significativo en su actitud. Confía más en sí misma y se siente más optimista.
Por otro lado, la serotonina y la melatonina están directamente relacionadas con un sueño profundo y reparador, necesario para que el organismo descanse. La primera se encarga de facilitar la producción de la segunda, de manera que si los niveles de serotonina son bajos, la melatonina se verá afectada y como consecuencia puede aparecer el insomnio.