El cuarto día de la novena de aguinaldos desde el seno de su Madre comenzó el Niño Jesús a poner en práctica su eterna sumisión a Dios, y las familias se reúnen nuevamente para rezar con toda su fe católica su pronto nacimiento.

La novena de aguinaldos es una tradición infaltable para las familias católicas colombianas, es una costumbre católica típica de Colombia, Ecuador y algunas zonas de Venezuela que se le atribuye al fraile Fernando de Jesús Larrea, quien vivió entre 1700 y 1733.

Hoy, lunes 19 de diciembre de 2022, las familias colombianas se vuelven a reunir para rezar la tradicional Novena de Navidad, o Novena de Aguinaldos.

La novena de aguinaldos es una tradición infaltable para las familias católicas colombianas, | Foto: Redes Sociales

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

* (Se reza tres veces Gloria al Padre).

Día 4

Desde el seno de su Madre comenzó el Niño Jesús a poner en práctica su eterna sumisión a Dios, que continuó sin la menor interrupción durante toda su vida. Adoraba a su Eterno Padre, lo amaba, se sometía a su voluntad; aceptaba con resignación toda su debilidad, toda su humillación, todas sus incomodidades.

¿Quién de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante con el pleno goce de la razón y de la reflexión? Por ahí entró el Divino Niño en su dolorosa y humillante carrera; así empezó a anonadarse delante de su Padre; a enseñarnos lo que Dios merece por parte de su criatura; a expiar nuestro orgullo, origen de todos nuestros pecados.

¿Deseamos hacer una verdadera oración? Empecemos por formarnos de ella una idea exacta, contemplando al Niño en el seno de su Madre. El Divino Niño ora y ora del modo más excelente. No habla, no medita, ni se deshace en tiernos afectos. Su mismo estado, que acepta con la intención de honrar a Dios, es su oración, y ese estado expresa altamente todo lo que Dios merece y de qué modo quiere ser adorado por nosotros.

Unámonos a las adoraciones del Niño Dios en el seno de María; unámonos a su profundo abatimiento, y sea este el primer efecto de nuestro sacrificio a Dios. Desaparezcamos a nuestros propios ojos y que Dios sea todo para nosotros.

Oración a la Santísima Virgen María

Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo.

¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

* (Se reza cinco veces el Avemaría).

Oración a José

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis el fervoroso deseo de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

* (Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria).

Oración al Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”.

Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto.

Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

* (Se reza tres veces Gloria al Padre).

Gozos

  • Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
  • ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! Ven a nuestras...
  • ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte el brazo! Ven a nuestras...
  • ¡Oh, raíz sagrada de José, que en lo alto presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, Bella flor del campo. Ven a nuestras...
  • ¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas de regio palacio! ¡Sácanos. ¡Oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado! Ven a nuestras...
  • ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. Ven a nuestras...
  • ¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo! Ven a nuestras...
  • ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, De Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso! Ven a nuestras...
  • ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo! Ven a nuestras...
  • ¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! Ven a nuestras...
  • ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto! Ven a nuestras...
  • ¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!

Villancicos

A la nanita nana

Pimpollo de canela Lirio en capullo

Duérmete, vida mía, Mientras te arrullo,

Duérmete que del alma, Mi canto brota,

Y un delirio de amores, Es cada nota.

Duérmete que del alma, Mi canto brota

Y un delirio de amores, Es cada nota.

A la nanita, nana, Nanita, nana, nanita ea,

Mi Jesús tiene sueño, Bendito sea, bendito sea.

A la nanita, nana, Nanita, nana, nanita ea,

Mi Jesús tiene sueño, Bendito sea, bendito sea.

Oh niño en cuyos ojos el Sol fulgura

Cerrarlos acercarme de noche oscura.

Pero cierra, bien mío, tus ojos bellos.

Aunque tu madre muera sin verse en ellos.

A la nanita, nana, Nanita, nana, nanita ea.

Mi Jesús tiene sueño, Bendito sea, bendito sea.

A la nanita, nana, Nanita, nana, nanita ea.

Mi Jesús tiene sueño, Bendito sea, bendito sea.

Fuentecilla que corres, Clara y sonora.

Ruiseñor que en la selva, Cantando llora.

Calla mientras la cuna, Se balancea.

A la nanita, nana, Nanita ea.

A la nanita, nana, Nanita, nana, nanita ea.

Mi Jesús tiene sueño, Bendito sea, bendito sea.

A la nanita, nana, Nanita, nana, nanita ea.

Mi Jesús tiene sueño, Bendito sea, bendito sea.

Campana de Belén

Campana sobre campana y sobre campana una.

Asómate a la ventana verás a un niño en la cuna.

Belén Campanas de Belén que los Ángeles tocan que nuevas me traéis.

¿Recogido tu rebaño a donde vas pastorcillo?

Voy a llevar el portalr equesón, manteca y vino.

Campana sobre campana y sobre campana dos asómate a la ventana porque está naciendo Dios.

Caminando a media noche, ¿dónde caminas pastor?

Le llevo al niño que nace como a Dios mi corazón.

Campana sobre campana y sobre campana tresen una cruz a esta horad el niño va a padecer.