“La enfermedad cardiovascular se refiere a las enfermedades del corazón y a las enfermedades del sistema de vasos sanguíneos (arterias, capilares, venas) de todo el organismo, tales como el cerebro, las piernas y los pulmones. “Cardio” se refiere al corazón y “vascular” al sistema de vasos sanguíneos”, indica el Ministerio de Salud y Protección Social.

La cardiopatía coronaria, enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardiaco; las enfermedades cerebrovasculares, que afectan los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro; las arteriopatías periféricas, enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan los miembros superiores e inferiores; la cardiopatía reumática, lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardiacas debidas a la fiebre reumática, una enfermedad causada por bacterias denominadas estreptococos; las cardiopatías congénitas, malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento, y las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares, coágulos de sangre (trombos) en las venas de las piernas, que pueden desprenderse (émbolos) y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones, son las enfermedades cardiovasculares (ECV) que describe la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro. Los AVC también pueden deberse a hemorragias de los vasos cerebrales o coágulos de sangre“, explica la OMS.

La OMS señala que los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares suelen tener su causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo. | Foto: Getty Images

De acuerdo con el organismo internacional, los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares (ACV) suelen tener su causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo, como lo son el tabaquismo, las dietas no saludables –o equilibradas– y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hiperlipidemia.

La nuez, un fruto seco muy común en la cotidianidad, ha sido catalogada como un superalimento, debido a las propiedades que la componen para reducir el riesgo de desarrollar diferentes problemas o enfermedades de tipo cardiovascular y alargar la vida, según un reciente trabajo de investigación liderado por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

Es de aclarar que este grupo de superalimentos no quiere decir que sean milagrosos, como en algunos casos se les ha querido llamar, sino que se trata de alimentos que benefician en gran medida al organismo y que pueden contribuir en el tratamiento y/o prevención de dos o más enfermedades.

El estudio, que contó con el apoyo de la Comisión de la Nuez de California, citado por Tododisca, ha potenciado aún más las evidencias existentes sobre las bondades de las nueces para el organismo. Entre los hallazgos se encontró que la ingesta de nueces está vinculada con un aumento en la esperanza de vida de los adultos mayores y, en general, a un menor riesgo de muerte.

“Lo que hemos aprendido de este estudio es que incluso unos pocos puñados de nueces a la semana pueden ayudar a promover la longevidad, especialmente entre aquellos cuya calidad de la dieta no es grande para empezar. Se trata de un consejo práctico que puede ser factible para un gran número de personas que buscan mejorar su salud, que es lo más importante para mucha gente”, señala Yanping Li, principal responsable de esta investigación sobre las nueces.

El consumo de nueces representa un aumento de la esperanza de vida de 1,43 años en comparación con aquellas personas que no consumen este superalimento. | Foto: Tara Moore

De acuerdo con los investigadores, ingerir cinco o más porciones de 30 gramos de nueces a la semana puede reducir el riesgo de mortalidad y, por ende, aumentar la esperanza de vida de las personas. Esta pequeña porción de nueces a la semana aporta importantes micronutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo, como proteínas, fibra, magnesio y omega-3.

Entre los datos que destaca el estudio, el consumo de “cinco o más raciones de este superalimento a la semana se vinculó con un riesgo de muerte por cualquier causa un 14 % menor, así como un 25 % menos de riesgo de fallecer a causa de enfermedades cardiovasculares”, reseña Tododisca.

Agregan que el consumo de nueces representa un aumento de la esperanza de vida de 1,43 años en comparación con aquellas personas que no consumen este superalimento.

Los investigadores analizaron los datos de 67.014 mujeres del Nurses’ Health Study con una edad media de 63,6 años y de 26.326 hombres del Health Professionals Follow-up Study con una edad de 63,3 años en 1986 (el primer ciclo de recogida de datos sobre el consumo de nueces en ambas cohortes). El estudio analizó el consumo dietético de los participantes cada cuatro años.