La Organización Mundial de la Salud describe la obesidad como una epidemia mundial. Desde 1975, el número de personas con obesidad se ha triplicado. En EE.UU., casi un tercio de la población es considerada obesa. En Rusia, Sudáfrica y algunos países europeos más del 20% de las poblaciones respectivas se consideran obesas. Canadá, partes de América del Sur y Australia también tienen altos niveles de obesidad.
La obesidad es potencialmente mortal. Puede causar hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, por nombrar algunas.
Y ahora un estudio sugiere que la obesidad puede aumentar las complicaciones para las personas que sufren casos graves de la enfermedad causada por el coronavirus. Un equipo de la Universidad de Carolina del Norte revisó 75 estudios de todo el mundo, en los que participaron unos 400.000 pacientes, y llegó a la conclusión de que ser obeso puede aumentar el riesgo de que un paciente muera a causa de COVID-19 en casi un 50 por ciento.
Barry Popkin dirigió ese estudio en el Departamento de Nutrición de la Universidad de Carolina del Norte.
Deutsche Welle: ¿Qué le sorprendió de los hallazgos?
Barry Popkin: Hay dos cosas. Primero, está la proporción de gente que está siendo hospitalizada. Tienes más del doble de probabilidades de ser hospitalizado si eres una persona con obesidad. En segundo lugar, está la estadística de mortalidad. Ambas estadísticas fueron mucho más allá de lo que se esperaba y mucho más altas de lo que vemos con las enfermedades individuales [relacionadas], como la hipertensión o la diabetes.
DW: ¿Y eso por qué? ¿Cuál es la explicación?
B.P.: Cuando eres obeso, tu inmunidad está significativamente dañada - tu sistema inmunológico no funciona tan bien como debería, normalmente. Es más probable que te contagies de covid-19 y que desarrolles síntomas severos, porque no tienes los anticuerpos para combatirlo. Además, si eres obeso - como alrededor del 25 por ciento de los alemanes y más del 20 por ciento de la gente en todos los países del mundo- tendrás impedimentos fisiológicos. La capacidad pulmonar es limitada. Por lo tanto, eso se añade al problema y a las causas de mortalidad.
DW: Mencionó un sistema inmunológico más débil. ¿Es esa la razón por la que algunas personas advierten que una vacuna puede no ser tan efectiva en personas con obesidad?
B.P.: Exactamente. Sabemos de dos vacunas de coronavirus -la vacuna de la gripe y todo el trabajo experimental con la vacuna del SARS- que no funcionan tan bien. De hecho, EE.UU., por primera vez, tendrá una vacuna de refuerzo para los individuos obesos y los ancianos, por lo que habrá una vacuna contra la gripe más fuerte para los que son obesos.
DW: ¿Qué pasa con toda la gente que ha estado encerrada en sus casas por tanto tiempo, a algunos ni siquiera se les permitió salir a la calle y hacer ejercicio. ¿Vamos a ver un aumento de la obesidad debido a esta pandemia?
B.P.: Sí, lo vemos en todo el mundo. En todos los países en los que trabajamos, estamos encontrando inactividad y gente comprando productos más baratos o comida chatarra altamente procesada, especialmente entre los pobres. Y más bebidas azucaradas. Todo esto se está sumando al problema y estamos viendo que la alimentación poco saludable aumenta entre las poblaciones de ingresos bajos y medios en todo el mundo.
DW: Seguramente esto tendría que ser una llamada de atención para que la gente cambie sus hábitos, cambie su estilo de vida.
B.P.: Lo sería, pero creo que esto tiene que venir de las regulaciones gubernamentales y otros cambios. No podemos cambiar el entorno alimentario, y sin cambiar eso, realmente vamos a tener dificultades para conseguir que los individuos -excepto unos pocos- cambien sus comportamientos alimentarios y de actividad.
Barry M. Popkin, PhD, es profesor de nutrición en la Escuela Gillings de Salud Pública Global de la Universidad de Carolina del Norte.
*Alianza DW