La testosterona es la principal hormona sexual masculina, aunque también está presente en el organismo femenino. Cerca del 95% de la testosterona es producida por las células de Leydig de los testículos y una pequeña parte la producen las glándulas suprarrenales.

Mayo Clinic dice que los niveles de testosterona suelen alcanzar su nivel máximo durante la adolescencia y los primeros años de la edad adulta. | Foto: iStock

En el caso de los hombres, la testosterona ayuda a mantener la densidad ósea, la distribución de grasa, la masa y fuerza muscular, el vello facial y corporal, la producción de glóbulos rojos, el impulso sexual y la producción de esperma, explica Mayo Clinic. Entre tanto, los ovarios y las glándulas suprarrenales son los encargados de producir esta hormona en las mujeres en una menor cantidad y está relacionada con el aumento del deseo sexual femenino.

“Un hombre adulto produce unas 20 veces más testosterona que una mujer adulta”, explica Reproducción Asistida ORG. Agrega que, en el hombre, se considera normal un nivel de testosterona que se ubique entre 300-1.000 ng/dL, mientras que en el caso de las mujeres los valores de referencia que son considerados normales se sitúan entre 15-70 ng/dL.

Mayo Clinic precisa que los niveles de testosterona suelen alcanzar su nivel máximo durante la adolescencia y los primeros años de la edad adulta. “A medida que envejeces, tu nivel de testosterona disminuye progresivamente, normalmente alrededor de un 1 % al año después de los 30 o 40 años”, dice. En el caso de los hombres adultos mayores, es importante esclarecer si el nivel bajo de testosterona se debe al envejecimiento o al hipogonadismo.

“El hipogonadismo dificulta la capacidad de producir cantidades normales de testosterona debido a un problema con los testículos o con la glándula pituitaria que controla los testículos”, explica la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

En palabras de la entidad, estos son algunos de los signos y síntomas relacionados con niveles más bajos de testosterona:

  • Cambios en la función sexual: Esto podría incluir la reducción del deseo sexual, menos erecciones espontáneas –por ejemplo, durante el sueño– e infertilidad.
  • Cambios físicos: Es posible que se produzcan varios cambios físicos, como el aumento de la grasa corporal, la reducción del volumen y la fuerza muscular, y la disminución de la densidad ósea. Los pechos hinchados o sensibles (ginecomastia) y la pérdida de pelo corporal son posibles. Es posible que el individuo tenga menos energía de la que solía tener.
  • Cambios emocionales: Un nivel bajo testosterona puede contribuir a la disminución de la motivación o de la confianza en sí mismo. Es posible que la persona se sienta triste o deprimida, o que tenga problemas para concentrarse o recordar cosas.

Aclara que esta sintomatología también puede ser causada por otros factores diferentes al nivel de testosterona, tales como: los efectos secundarios de los medicamentos, la apnea obstructiva del sueño, los problemas de tiroides, la diabetes y la depresión. “También es posible que estas afecciones causen bajos niveles de testosterona, por lo que el tratamiento podría conllevar un aumento de los niveles de esta”, agrega la entidad. La única forma de medir el nivel de testosterona es mediante un análisis de sangre.

Una dieta balanceada alternada con ejercicio diario y dormir bien son algunas de las claves que permiten aumentar los niveles de testosterona de forma natural, ayudando a la vez a tener una vida saludable. Healthline Media recopila ocho consejos que aportan a este propósito:

  1. Practicar ejercicio y levantamiento de pesas.
  1. Comer proteínas, grasas y carbohidratos.
  1. Minimizar los niveles de estrés y de cortisol.
  1. Tomar un poco de sol o un suplemento de vitamina D.
  1. Ingerir suplementos de minerales y vitaminas.
  1. Dormir a diario la cantidad de horas necesarias, asegurándose de que sea sueño de alta calidad.
  1. Se pueden tomar algunos potenciadores de testosterona natural. –Se recomienda su consumo bajo la supervisión de un especialista de la salud–.
  1. Seguir un estilo de vida saludable y evitar los compuestos similares al estrógeno.