Desde hace algunos años, en el mundo los cigarrillos electrónicos se empezaron a hacer más y más populares. Un pequeño dispositivo, que reemplazaba los tradicionales tabacos y permitía fumar en espacios cerrados, encantó a muchos adictos a la nicotina.

Sin embargo, también se convirtió en una preocupación para la salud pública de países en los que aumentó su consumo, pues nuevas enfermedades se originaron con el uso de estos.

Los cigarrillos funcionan a través de una batería que calientan una solución líquida, que generalmente contiene nicotina y que se convierte en vapor. Lo curioso es que estos dispositivos son tan pequeños que se pueden confundir como una memoria usb o hasta un llavero.

Los vapeadores son perjudiciales para el organismo. | Foto: Getty Images

Los ocho países que prohibieron estos dispositivos fueron Argentina, Venezuela, Brasil, México, Nicaragua, Panamá, Surinam y Uruguay, naciones que el pasado 25 de agosto aplicaron una resolución venezolana para disminuir el consumo de sustancias adictivas, reduciendo la demanda y la vigilancia en el suministro.

Pese a ello, cerca de 21 países presentes en el continente americano tienen diversas regulaciones para estos sistemas que administran nicotina.

Aunque la estrategia publicitaria de las marcas han mostrado a este producto como una alternativa sana para dejar de consumir cigarrillo, o que es menos perjudicial que este, lo cierto es que la OMS ha asegurado que esas afirmaciones no tienen respaldo científico.

De acuerdo con el portal Bienestar Colsanitas, la utilización de los vapeadores puede traer consecuencias para el desarrollo del cerebro adolescente, además de deterioros cognitivos y diversas consecuencias para la salud vascular y respiratoria.

Aunque puedan parecer amigables, lo cierto es que los aceites que entran en contacto con el calor y que producen el vapor que el consumidor inhala son desconocidos y sus efectos cancerígenos o peligrosos para la salud todavía son desconocidos por los profesionales.

Además, consumir este producto a edad temprana puede afectar las partes del cerebro que controlan la atención, el aprendizaje y el estado de ánimo, además del control de los impulsos.

Si desea dejar el cigarrillo, los expertos aconsejan que es nocivo reemplazarlo con un nuevo vicio. Si es adolescente, es mejor evitar los vicios a toda costa, pues la nicotina puede ser una puerta a otras drogas más complejas y mortales.

Vapeadores podrían sufrir de disfunción eréctil según estudio | Foto: Getty Images

Los tres sabores de vapeadores que más daño le causan a la boca

Una de estas estrategias para que estos productos se vuelvan más adictivos es la de aplicar saborizantes artificiales a las sustancias que son inhaladas por los consumidores, con el fin de hacerlos parecer más saludables, pero la realidad es que, después de varios estudios, se ha encontrado que algunos pueden aumentar el daño que causan al organismo.

Estos cigarrillos electrónicos y sus sabores fueron analizados por la Escuela de Medicina Keck de la Universidad de California, en San Francisco, y se pudo comprobar que tanto los cigarrillos convencionales como los vapeadores son perjudiciales para la salud; la investigación también arrojó que hay tres sabores que superan a los demás en cuanto al daño que causan al ADN de la boca.

El análisis se centró en agrupar a 72 adultos sanos, a los cuales se les dividió en tres grupos: vapeadores que nunca antes habían fumado, fumadores que nunca antes habían vapeado y personas que nunca habían consumido ningún tipo de cigarrillo (ni convencional ni electrónico).

Para que el estudio fuera más concreto, también recolectaron información sobre la frecuencia y el tiempo destinado por los participantes para vapear o fumar y qué dispositivos y sabores habían preferido.

Para concluir con el análisis, recolectaron las células epiteliales de la boca y lograron trazar el daño que tanto el cigarrillo convencional como el electrónico les había causado.

Joven consumiendo cigarrillo electrónico - Imagen de referencia | Foto: Getty Images

Los resultados arrojaron que el ADN de la boca de las personas que consumieron tabaco normal tenía 2,2 veces más daños que los no fumadores; esta afectación se incrementó al 2,6 entre los que vapearon. Entre este último grupo lograron identificar que quienes experimentaron con menta, frutas o sabores dulces, presentaron más daño que el resto.