La naranja es una de las frutas más populares en el campo de los alimentos naturales. De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición (FEN), destaca especialmente por su contenido de vitamina C, folatos, ácidos orgánicos, flavonoides y carotenoides.

No obstante, su modo de consumo suele limitarse al zumo, desechando otros nutrientes presentes en esta fruta. Al respecto, la FEN menciona que esta bebida ”apenas contiene fibra y tiene menores cantidades de vitaminas y minerales que la naranja entera, por lo que se recomienda tomar la fruta entera fresca”.

El portal Mejor con Salud anota que la cáscara de la naranja -por lo general desechada- también contiene una amplia variedad de nutrientes que resultan beneficiosos para la salud del ser humano.

Si bien el sabor la cáscara resulta amargo y ácido, muy diferente al del jugo o pulpa de la fruta, esta piel también puede ser aprovechada mediante numerosos usos. Por ejemplo, en cócteles suele emplearse para decorar y aromatizar la cristalería.

Un artículo titulado “Caracterización de residuos de piel de naranja y valorización para obtener azúcares reductores”, publicado en el sitio web de la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos, detalla que la cáscara de naranja contiene 23 % de azúcar, 22 % de celulosa, 25 % de pectinas y 11 % de hemicelulosa.

“El principal nutriente antioxidante en las cáscaras de naranja es la hesperidina (33.39 mg/g). Se sabe que esta tiene grandes beneficios para la salud humana, en especial para el sistema nervioso central”, reseña el citado portal.

Respecto a los macronutrientes, la cáscara de naranja presenta contenido de carbohidratos, siendo la pectina la más abundante. También conocida como carbohidrato prebiótico u oligosacárido, se dice que ofrece beneficios para el intestino delgado.

El jugo de naranja es la manera más popular de consumir esta fruta, sin embargo, deja de lado nutrientes valiosos presentes en la pulpa. | Foto: Getty Images

Estos son ocho beneficios no tan conocidos de la cáscara de naranja:

  • Combate la acidez: Los compuestos activos presentes en la cáscara de naranja tienen un efecto alcalino que contribuye a reducir la acidez estomacal.
  • Previene la obstrucción arterial: Los fitoquímicos y flavonoides que contiene la cáscara de naranja podrían ser aliado a la hora de controlar los niveles de colesterol en la sangre. Además, se cree que sus antioxidantes limpian las arterias y previenen la formación de la placa.
  • Alivia problemas digestivos: La cáscara de naranja también aporta fibra dietética, un nutriente crucial para la salud digestiva. “Su ingesta regular disminuye el tránsito intestinal lento y, a su vez, promueve la eliminación de los desechos que se retienen en el colon”, dice Mejor con Salud.
  • Acción antibacteriana: Esta cualidad se da gracias a la concentración de compuestos fenólicos y antioxidantes presentes en la piel de la naranja.
  • Prevención de enfermedades respiratorias: El sistema inmunitario puede verse beneficiado gracias al contenido de vitamina C que ofrece la cáscara de naranja. Los antioxidantes que contiene resultan útiles para impedir la proliferación de virus y bacterias.
  • Mejora el aspecto de la piel: La cáscara de naranja, al ser rica en vitamina C, contribuye a minimizar la presencia de manchas y otros defectos estéticos causados por el envejecimiento prematuro.
  • Ayuda a bajar de peso: El consumo de cáscara de naranja en té, por ejemplo, “favorece los procesos de limpieza del organismo y prolonga la sensación de saciedad”, apunta el citado portal.

Es pertinente mencionar que los beneficios atribuidos a la cáscara de naranja no cuentan con respaldo científico sólido, por lo que su efectividad no está garantizada en un 100 %. Dicho esto, lo más recomendable siempre es acudir a un profesional de la salud para recibir acompañamiento especializado.