Desde hace unos años ha aumentado la tendencia de reciclaje y reutilización de las botellas PET que son empleadas para envasar agua, gaseosa y refrescos, entre otros productos. Por lo que a esto se le ha determinado como una dinámica ecológica o de cuidado con el medio ambiente.

Sin embargo, un estudio determinó que esta práctica no es tan del todo sana, ya que tras los procesos de reutilización este tipo de material queda con una capacidad natural de albergar colmenas de bacterias, como lo son los bacilos.

De acuerdo con el estudio realizado en Estados Unidos, hacer la reutilización de dos o hasta tres veces este tipo de botellas es una buena práctica para cuidar al medio ambiente y con ello disminuir la huella de carbono que tanto afecta al planeta con el incremento de las temperaturas y el cambio climático. No obstante, esta buena práctica y dinámica de buen uso de envases reciclables y cuidado del medio ambiente, a futuro causa enfermedades gástricas y de otro tipo, teniendo en cuenta que este envase plástico tiene la capacidad de almacenar y acumular bacterias que terminan dentro de los organismos.

La botella de plástico hace daño al medio ambiente. | Foto: Getty Images

Ahora bien y según los investigadores de este estudio, este suceso no solo ocurre con las botellas o envases reciclados, sino que también afectan a las botellas comerciales de plástico y materiales similares, con lo que los bacilos estarían más cerca de lo que se pueden imaginar.

Por ende, los expertos señalan que por más que se esterilicen este tipo de botellas, con agua caliente y con jabón, no es útil como una limpieza profunda, pues las propiedades físicas del plástico hacen que las bacterias como bacilos y bacilos gramnegativos se adhieran al material y no es sencillo removerlos.

En este estudio, que tomó una muestra de 100 botellas de diferentes personas, se monitorearon los envases semanalmente. Como resultado, evidenciaron que, más allá de los residuos que pueden quedar en la tapa y rosca, contenían en promedio 20.8 millones de unidades de bacterias gramnegativas.

En este mismo sentido, este tipo de envases de botella plástica puede albergar un promedio de 40 mil veces más bacterias que el mismo asiento de un inodoro.

Por otra parte, este estudio reveló que las botellas que tienen pico y rosca son aquellas que almacenan más cantidad de bacterias. Según los expertos, allí se pueden albergar hasta 30 millones de unidades creadoras de colonias de bacterias gramnegativas, lo que puede afectar al sistema gástrico y al sistema respiratorio.

¿Qué bacterias habitan en el agua?

En ese sentido, uniendo el agua con las bacterias, las más frecuentes, según el portal 20 minutos, son cinco.

1. Escherichia coli

Es llamada frecuentemente E. coli, y aunque se calcula que está en grandes cantidades en la microbiota intestinal de los seres vivos, puede ocasionar varias afectaciones.

“Náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, con cuadros clínicos graves, como infecciones del tracto urinario, bacteriemia y meningitis. En el caso de beber agua contaminada con esta bacteria, los síntomas suelen aparecer durante los ocho primeros días desde el consumo”, detallan.

Reciclar es un buen hábito para cuidar el medio ambiente.

Normalmente, está presente en aguas recreativas y en agua potable contaminada. Un ejemplo de ello podría ser que el suministro de agua potable esté contaminado porque se ha filtrado agua de lluvia que contiene excrementos de ganado.

2. Campylobacter jejuni

Se sabe que esta bacteria ha ocasionado una infección porque genera fiebre, diarrea, calambres y dolor abdominal. En casos menos comunes ocasiona artritis reactiva y meningitis. Tarda entre dos y cuatro días en manifestarse y normalmente se reproduce en ambientes donde hay animales como aves acuáticas.

3. Shigella

Causa enfermedades intestinales, además de la disentería bacilar. Al comienzo, los síntomas son calambres abdominales, fiebre y diarrea acuosa, y tarda en manifestarse, entre dos y tres días. La fuente más usual de transmisión es el agua contaminada con materia fecal humana reciente.

4. Salmonella

Los indicios más usuales son escalofríos, fiebre, dolor de cabeza, diarrea y dolor. También se manifiesta en gastroenteritis, bacteriemia o septicemia, fiebre tifoidea/fiebre entérica entre uno y tres días después de consumir los alimentos o el agua contaminados.

Los desechos de los seres vivos del ecosistema pueden llevar bacterias al agua. | Foto: Nicolás Acevedo Ortiz

Normalmente, la salmonella llega al agua por descargas de aguas residuales, por el ganado y los animales salvajes.

5. Legionella pneumophila

Finalmente, la Legionella pneumophila. Es de las más comunes y puede generar diferentes niveles de infecciones.

“Puede causar infecciones bacterianas leves como la fiebre de Pontiac o graves conocidas como enfermedad del legionario, una enfermedad neumónica que puede llegar a ser mortal. Algunos síntomas de la infección por legionarios son fiebre, dificultad para respirar, tos y dolores musculares”, señala el portal 20 minutos.

Aquí también señalan que las especies de Legionella no se transmiten, sino que son miembros de la microbiota natural de muchos ambientes de agua dulce, como ríos y embalses, donde se encuentran en cantidades relativamente bajas. Pero, y esto es muy clave, se reproducen en entornos creados por los humanos, las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos, en los sistemas de distribución de agua caliente y spas que proporcionen temperaturas (25–50° C) y condiciones adecuadas para su proliferación.