Por lo general, existen muchas causas de las discapacidades duo sensoriales, desde las congénitas que afectan los sentidos de la vista y el oído. Muchas veces, la sordera-ceguera se puede presentar al momento de nacer, pero en otros casos se puede desarrollar muchos años después.

De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la vasculitis es una de las enfermedades que puede ocasionar ceguera y sordera al mismo tiempo. Esta afección se trata de la inflamación de los vasos sanguíneos que genera que las paredes se engrosen, lo cual reduce el ancho del conducto interior y se restringe el flujo sanguíneo, ocasionando el daño en algunos órganos y tejidos del organismo.

Entre los síntomas que provoca la vasculitis está la fiebre, el dolor de cabeza, la fatiga, la pérdida de peso y molestias estomacales. Adicional a ello, se relacionan otros síntomas en distintas partes del cuerpo, por ejemplo, en el aparato digestivo, en los oídos, ojos, manos, pies, pulmones y piel. Específicamente en los oídos puede ocasionar mareos, zumbidos y la perdida auditiva de forma abrupta. En cuanto a los ojos, la vasculitis puede provocar picazón en los ojos y una especie de arteritis de las células que puede provocar visión doble y la pérdida temporal.

Mayo Clinic asegura que hasta el momento no se sabe con exactitud cuáles son las causas de esta enfermedad. No obstante, se conoce que algunos tipos de vasculitis están relacionados con la composición genética de la persona y en otros casos ocurren porque el sistema inmunitario ataca las células de los vasos sanguíneos por error.

Cabe mencionar que existen algunos desencadenantes que generan dicha reacción del sistema inmune, como lo son las infecciones, los cánceres de la sangre, enfermedades degenerativas como la artritis reumatoide o la reacción a ciertos medicamentos.

Según el Colegio Americano de Reumatología, existen muchos tipos de vasculitis en los que pueden variar los síntomas, la gravedad y la duración. Por esta razón, algunos de ellos pueden provocar lesiones cutáneas tratables, para otros se puede manifestar con síntomas más graves, como daños en pulmones, riñones, el sistema nervioso central, entre otros. Estos son algunos de los tipos de vasculitis:

  • Arteritis de células gigantes
  • Arteritis de Takayasu
  • Crioglobulinemia
  • Enfermedad de Behcet
  • Enfermedad de Buerger
  • Enfermedad de Kawasaki
  • Granulomatosis con poliangitis
  • Púrpura de Henoch-Schönlein
  • Síndrome de Churg-Strauss

¿Cómo se puede tratar la vasculitis?

Inicialmente, para diagnosticar dicha afección es necesario acudir al médico para diagnosticarla causa de la vasculitis por medio de un análisis de sangre, radiografías en los vasos sanguíneos, ecografías, tomografías computarizadas y una biopsia.

Cuando se determine la causa, el tratamiento se centrara en el control de la inflamación, por lo cual el médico puede recetar corticoesteroides, como la prednisona, que es un tipo de medicamento para controlar la inflamación asociada a la vasculitis. Por lo general, este tipo de medicamentos generan algunos efectos secundarios como aumento de peso, diabetes y debilitamiento óseo, que pueden ser graves si se toman por mucho tiempo.

Así mismo, muchas veces la vasculitis puede causar un aneurisma, un bulto o dilatación en las paredes de un vaso sanguíneo, por lo cual es necesario una cirugía para reducir el riesgo de que el bulto se rompa y bloquee las arterias.