La gastritis es una afección que se caracteriza por la inflamación del revestimiento del estómago. Esta condición puede ser aguda, es decir, de aparición repentina y de corta duración, o crónica, cuando se prolonga en el tiempo. La gastritis puede ser causada por diferentes factores, como infecciones bacterianas, el consumo excesivo de alcohol, el uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), el estrés crónico o la presencia de enfermedades autoinmunes.

Los síntomas más comunes de la gastritis incluyen dolor o malestar en la parte superior del abdomen, sensación de plenitud después de comer, náuseas, vómitos, pérdida de apetito e indigestión. En algunos casos, puede haber sangrado en el revestimiento del estómago, lo que puede dar lugar a la presencia de sangre en el vómito o en las heces.

Nadie está exento de sufrir acidez estomacal. | Foto: Getty Images

Alimentos irritantes para el estómago

De acuerdo con el portal menjasa.es, “los siguientes alimentos no solo dañan la pared del estómago, sino que además dificultan las digestiones y favorecen la acidez”. Y por muy obvios que parezcan, muy a menudo caemos en el error de comerlos cuando se sufre gastritis. Debe evitar:

  • Los alimentos ácidos, como la naranja, el limón, el tomate o el kiwi
  • Los alimentos ricos en sal: embutidos y encurtidos
  • Los alimentos excitantes que contienen cafeína y/o teobromina, como el café, el te, el mate, el guaraná, el cacao y todas las bebidas energéticas. Que además empeoran el estrés, un gran enemigo si quieres mejorar tu gastritis.
  • Los alimentos picantes, como el ajo o el chile, y todo lo que se prepare con ellos
  • Las bebidas alcohólicas
Los embutidos no son aconsejables para quienes sufren gastritis.

Otros consejos para evitar y cuidar la gastritis

Tomar alimentos muy grasos

La grasa envuelve los alimentos que las personas comen y dificulta que los jugos gástricos lleguen a ellos para digerirlos. Así que no debe freír los alimentos, no tomar salsas a base de nata o mantequilla, no comer bollería ni industrial ni casera, tomar los lácteos desnatados y evitar las carnes y pescados grasos.

En cuanto se sientas mejor, puede reincorporar el pescado azul, y probar con los lácteos semidesnatados. El resto debe dejarlos para muy de vez en cuando.

Comer mucho de 1 sola vez y deprisa

Muchas personas están acostumbradas a realizar pocas comidas durante el día pero muy abundantes, ya sea por falta de tiempo, comodidad, costumbre o preferencia. No obstante, frente a la gastritis, debe comer de manera frecuente y en pequeñas cantidades (unas 5 o 6 veces al día), y asegurarse de hacerlo en un ambiente tranquilo y comer despacio.

Tomar bebidas con gas

El gas ocupa volumen, y por tanto ocupa espacio en el estómago haciendo que se sienta con más plenitud. Si sufre gastritis, la plenitud empeora todas sus molestias. Más aún si las toma junto a las comidas principales, por lo que ya se ha explicado sobre el líquido.

Las bebidas gaseosas son peligrosas para la gastritis. | Foto: Getty Images

Pero no solo eso, sino que además favorecerán que se hinche la tripa y tenga gases.

Mientras esté con síntomas o molestias debe evitar tomar cualquier bebida carbonatada o con gas. Y cuando se sienta mejor, si quiere tomarlas, puede hacerlo de forma ocasional.

Fumar

Fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar gastritis y úlceras estomacales. El tabaco irrita el revestimiento del estómago y puede interferir con la producción de moco protector en el tracto digestivo. Si es fumador, puede considerar dejar de fumar o buscar ayuda para dejar el hábito.

Consumo excesivo de cafeína

El consumo excesivo de cafeína puede aumentar la producción de ácido en el estómago y empeorar los síntomas de la gastritis. Debe limitar el consumo de café, té, refrescos y otras bebidas con alto contenido de cafeína.

Es importante recordar que cada persona es única y puede tener diferentes sensibilidades y factores desencadenantes de la gastritis. Si experimenta síntomas recurrentes o preocupantes, es importante buscar el consejo de un médico para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento adecuado.