El aceite de cocina, un elemento omnipresente en nuestras comidas diarias, es un alimento que a menudo pasa desapercibido pero que puede resultar más perjudicial para la salud que el azúcar. Contrariamente a la creencia popular, su consumo se relaciona con efectos nocivos para el organismo, como un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El doctor Carlos Jaramillo, especialista en medicina funcional, advierte que el aceite, aunque parezca inofensivo, puede ser mortal en grandes cantidades. “La enfermedad cardíaca es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, y el consumo excesivo de aceite puede aumentar el riesgo de padecerla”, afirma. De hecho, la enfermedad cardíaca se encuentra entre las tres principales causas de mortalidad a nivel global, junto con el cáncer y los accidentes de tránsito.
El consumo excesivo de aceite vegetal, en particular, puede agravar los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como el tabaquismo, la falta de actividad física y el consumo excesivo de alcohol. Según Jaramillo, el aceite es incluso más perjudicial que el azúcar, ya que “se descompone y se convierte en productos químicos dañinos para nuestro cuerpo”.
El cambio en los hábitos alimentarios también ha desempeñado un papel en la problemática del aceite. Anteriormente, la mantequilla era considerada un alimento básico y saludable, pero en la actualidad la mayoría de las variedades comerciales contienen grasas trans procesadas. Además, el aumento del consumo de aceites vegetales procesados, en lugar de grasas naturales como la mantequilla, ha llevado a una mayor ingesta de componentes dañinos para la salud.
El doctor Jaramillo recomienda reemplazar el aceite vegetal por opciones más saludables, como el aceite de coco o el aceite de oliva virgen extra, para prevenir enfermedades cardiovasculares. También sugiere incorporar otros condimentos naturales para dar sabor a los platos, evitando así la necesidad de recurrir al aceite vegetal.
Los peligros de reutilizar el aceite de cocina
El consumo de aceite vegetal reutilizado puede tener diversas consecuencias negativas, como el aumento de peso, la presión arterial alta y niveles elevados de colesterol. Recalentar el aceite de cocina liberar toxinas dañinas, aumenta la presencia de grasas trans y altera sus propiedades nutricionales y físicoquímicas. Esto se debe a la formación de Total Polar Compound (TPC), que lo vuelve inadecuado para el consumo humano.
Investigaciones demuestran que el aceite recalentado produce elementos tóxicos, como los aldehídos, que pueden causar inflamación en el cuerpo y aumentar el riesgo de infecciones. Además, el recalentamiento constante del aceite lo vuelve cancerígeno y puede provocar cáncer.
Además, cada vez que se recalienta el aceite, las moléculas de grasa se descomponen y liberan un olor desagradable. Este proceso continuo hace que el aceite sea cada vez más rancio y maloliente. El consumo de alimentos cocinados en aceite recalentado puede aumentar los niveles de colesterol LDL (colesterol “malo”) en el cuerpo, lo que incrementa el riesgo de sufrir un derrame cerebral o dolor en el pecho. Otros problemas de salud asociados con el consumo de alimentos cocinados en aceite de cocina recalentado incluyen acidez, obesidad, hipertensión, aumento de peso, diabetes, cataratas y otras dolencias.
Por lo tanto, es crucial regular estrictamente la reutilización del aceite de cocina en el hogar y en los restaurantes, así como hacer una estimación adecuada de la cantidad de aceite necesaria para cocinar. Con ello, se podrá llevar una vida más saludable y evitar los riesgos asociados con el consumo de aceite de cocina recalentado.
Según Lourdes Bosch Juan, doctora en Farmacia y profesora en el Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad CEU Cardenal Herrera, la reutilización del aceite de cocina dependerá del tipo de aceite utilizado, la temperatura alcanzada y el alimento cocinado. En general, si se utiliza aceite de oliva virgen extra o aceite de oliva virgen y no se superan los 175ºC, podría ser posible reutilizarlo, aunque no se recomienda hacerlo en exceso debido a la disminución de su calidad después del primer uso. Sin embargo, nunca se debe reutilizar si el aceite ha oscurecido o presenta restos de frituras anteriores, según advierte la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).
En el caso de alimentos ricos en almidón, como las patatas fritas, Bosch señala que es preferible utilizar aceite nuevo en cada ocasión para evitar la formación de acrilamida, un compuesto que podría ser carcinogénico según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC). La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) también recomienda reducir la exposición a este compuesto al cocinar alimentos ricos en almidón.
Estas recomendaciones destacan la importancia de utilizar el aceite de cocina de manera responsable y considerar el tipo de aceite, la temperatura de cocción y el tipo de alimento para garantizar una alimentación saludable y reducir los posibles riesgos asociados al consumo de aceite de cocina recalentado.