Los medicamentos funcionan para prevenir, controlar o erradicar ciertas enfermedades y condiciones de salud. Dependiendo de la gravedad de esta, la dosis variará en cada paciente. Además, hay pastillas que se pueden combinar; pero hay que tener en cuenta que no se puede con todos, dado que tienen contraindicaciones. Por ejemplo, el ibuprofeno, aunque beneficie en gran medida, no se debe mezclar con otros fármacos.

El ibuprofeno es un analgésico y antiinflamatorio utilizado para el tratamiento de estados dolorosos, acompañados de inflamación significativa, tales como artritis reumatoide leve y alteraciones musculoesqueléticas (osteoar­tritis, lumbago, bursitis, tendinitis, hombro doloroso, esguinces, ­torceduras, entre otras). También se emplea para el tratamiento de las incomodidades postoperatorias, dentales, posepisiotomía, dismenorrea primaria y dolor de cabeza.

El ibuprofeno atiende los dolores musculares. | Foto: Peter Dazeley

La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indica que el ibuprofeno “debe ser administrado con precaución en pacientes que están siendo manejados con derivados de la cumarina”, una sustancia que se emplea en fármacos que ayudan a prevenir y tratar coágulos en la sangre, además de padecimientos cardiacos.

Es por ello que, dada su función, no debe ser mezclado con fármacos, en especial con los que tratan la hipotensión arterial y exceso de líquido en los tejidos. Por ejemplo, los antidepresivos no pueden unirse, debido a que se incrementa el riesgo de padecer hemorragias, según estudios realizados por las universidades de Seúl y Rockefeller.

Otros fármacos que no deben ser ingeridos junto con el ibuprofeno son los antihipertensivos, diuréticos, natriuréticos, anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios, corticoides, inhibidores selectivos, litio, metotrexato, digoxina, hidantoína, sulfamidas, diuréticos, pentoxifilina, probenecid, sulfinpirazona, norfloxacino, sulfonilurares, cicolsporina, trombolíticos, zidoviduna y ciertos extractos de hierbas. Además, UNAM indica que entre el 10% y 15% de pacientes han suspendido la administración del medicamento, debido a que han sido intolerantes al mismo. Entre los efectos contraproducentes, se destacan afectaciones gastrointestinales, epigastralgias, náuseas, pirosis, sensación de plenitud en tracto gastrointestinal y la pérdida oculta de sangre.

Uno de los motivos por los cuales la gente suspende el consumo de ibuprofeno es por sus efectos gastrointestinales. | Foto: Getty Images

Otras reacciones secundarias reportadas son trombocitopenia erupciones cutáneas, cefalea, mareos y visión borrosa, en algunos casos se presentó ambliopía tóxica, retención de líquidos y edema. Es por eso que este fármaco debe ser administrado con cautela, por el hecho que su impacto es fuerte y no apto para todos los pacientes.

Cabe mencionar que el ibuprofeno no debe utilizarse durante el embarazo o periodo de lactancia, porque existen reportes que puede ocasionar gestación prolongada por inhibición del parto, el conducto arterioso se cierra, generando una hipertensión pulmonar primaria neonatal, sumado a hipercoagulabilidad e hiperbilirrubinemia en los neonatos. Tampoco puede ser injerido por menores de 12 años.

Embarazadas y menores de 12 años no pueden ingerir ibuprofeno. | Foto: Getty

La administración del fármaco es por vía oral. Se puede dar mediante dosis diarias de hasta 3.200 miligramos divididos para el tratamiento de la artritis reumatoide y la osteoartritis, aun ­cuando la dosis total habitual es de 1,200 a 1,800 mg. También es posible reducir la dosis con fines de mantenimiento para el dolor leve a moderado, en especial en la dismenorrea primaria, la dosis habitual, la cual es de 400 miligramos cada 4/6 horas según sea necesario. El medicamento puede ingerirse con leche u otros alimentos para minimizar los efectos colaterales gastrointestinales.

En caso de presentar alteraciones oculares, la UNAM indica que los pacientes deben suspender inmediatamente su uso. En caso de ingesta accidental o voluntaria de sobredosis, la recomendación es realizar un vaciamiento gástrico, administración de sustancias alcalinas que neutralicen los efectos y valorar la gestión de carbón activado, el cual trabajará en la absorción del ibuprofeno. El monitoreo es necesario para mantener bajo observación al paciente.