Los hidratos de carbono (también denominados glúcidos, carbohidratos o hidratos) son nutrientes que se encuentran en los alimentos, junto con los otros dos macronutrientes: las proteínas y las grasas (lípidos).
Representan una parte fundamental de la alimentación humana. Para que nos situemos, algunos de los alimentos ricos en carbohidratos son los cereales y derivados (pan, pasta, arroz), tubérculos (patata), legumbres, fruta y verdura, leche y otros azúcares como miel o azúcar blanco.
La función principal de los hidratos de carbono es energética. Abastecen de energía a todos los órganos del cuerpo, desde el propio cerebro hasta los músculos. Funcionan como un combustible rápido y fácil de obtener por parte del cuerpo humano.
Por otro lado, desempeñan en el organismo otras funciones estructurales y regulan los niveles de azúcar en sangre. También intervienen en la disminución de la fatiga y en la recuperación muscular tras realizar actividad física.
En ese sentido, bajar de peso es un proceso que requiere de tiempo, dedicación y disciplina, aunque algunos portales indiquen que esto surge de la noche a la mañana, cabe mencionar que esto dependerá del metabolismo de cada paciente y de los sacrificios físicos y alimenticios que esté dispuesto a llevar a cabo cada persona.
A su vez es importante que cualquier receta y recomendación esté avalada por un profesional de la salud con el fin de prevenir complicaciones que puedan poner en riesgo la vida de los pacientes que las lleven a cabo.
Entre los mitos más frecuentes durante este proceso es creer que para disminuir esos kilos de más, hay que aguantar hambre; sin embargo, esto no es del todo cierto. Sí es crucial hacer cambios en la dieta, peor no dejar de comer.
Para llevar a cabo este proceso con éxito lo mejor es consultar con un profesional de la salud como lo es un nutricionista, este diseñará un plan de alimentación adecuado para cada paciente; allí este tendrá en cuenta su peso, su estatura, edad y si presenta alguna enfermedad considerable o no. Además, indicará las cantidades propicias que debe consumir el paciente de cada grupo de alimentos.
Para que bajar de peso sea posible y los kilos que se reduzcan no vuelvan a hacer presencia en el organismo, es pertinente combinar alimentación con actividad física frecuente; esta actividad no solo ayudará a quemar grasa, sino que también proporcionará una mejor calidad de vida y prevendrá otro tipo de patologías.
Alimente en su sección de nutrición y bienestar menciona los carbohidratos que más engordan y que, por ende, deben ser evitados al máximo e incluso deben ser eliminados del plan de alimentación de un paciente que desea o está en proceso para bajar de peso. Ante cualquier duda siempre es mejor consultar con un profesional de la salud.
“Los hidratos de carbono están compuestos por azúcares. La diferencia radica en la longitud de la molécula. Cuanto más largos son, más le cuesta a nuestro cuerpo sintetizarlos, lo que los convierte en ‘sanos’”.
- Azúcar: su color no la hará menos o más dañina, todas en sí son nocivas para la salud. Cabe mencionar que los carbohidratos aumentan los niveles de glucosa en la sangre. “Los niveles altos de glucemia se relacionan con enfermedades como la diabetes y con la acumulación de grasas. Cuando no se gasta la energía que se ingiere rápidamente, el cuerpo la almacena en forma de grasa”. Por ende hay que evitar los alimentos ultraprocesados que están cargados de azúcar.
- Gaseosas y jugos industrializados: la mejor bebida para acompañar cualquier comida es el agua; sin embargo, las creencias culturales hacen pensar lo contrario. “Una lata de este producto contiene 35 g de azúcar; es decir, 139 calorías puras, que si se está haciendo ejercicio intenso, no tienen importancia, porque se quemarán de manera casi que inmediata. Pero cuando se está en reposo, son 35 g que pasarán a engordar”.
- Papas fritas y otros acompañantes cargados de grasa: las papas, de por sí, ya son un alimento calórico, pero al freírlas se triplican sus calorías; por eso, es mejor consumirlas cocinadas o al horno.
- Harinas y granos refinados: el pan, la pasta y el arroz es mejor consumirlos en su presentación integral, ya que la carga glucémica que le generara al cuerpo es menor que la de los productos blancos. “Los efectos fisiológicos de los hidratos de carbono varían sustancialmente dependiendo de su procedencia, como se demuestra con las sustanciales diferencias en la concentración de insulina en sangre”.