Beber agua todos los días es una recomendación hecha por nutricionistas y médicos que es bien conocida en la cultura general. Se dice que esta ingesta puede beneficiar el aspecto de la piel, reducir grasa e incluso bajar de peso; sin embargo, beberla en exceso puede ser peligroso para el cuerpo humano.
Por lo que se sabe, el cálculo del requerimiento hídrico se debe ajustar a las características de cada persona, pues según Mariana Álvarez, beber dos litros de agua es una estimación recomendada para un adulto sano promedio; sin embargo, hay personas que no necesitan beber tanto, pues las frutas y verduras aportan la hidratación que necesitan a través de su consumo.
Entonces, ¿cuánta agua se recomienda beber? Aunque no hay una respuesta exacta, hay diversas circunstancias que les permiten a las personas una guía. Entre ellas, la edad. Los niños, adultos mayores y personas con enfermedades tienen un sistema de regulación de ‘sed’ diferentes, por lo que pueden llegar a hidratarse según su criterio.
No obstante, según el Instituto de Medicina de Estados Unidos existen ciertas recomendaciones generales, que no son obligatorias.
Según el Instituto, los hombres deben beber más agua que las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, entre otra razones, debido al peso.
“Estas recomendaciones se hacen de manera general, no tomando casos individuales, porque si una mujer tiene un peso y volumen corporal mayores, indudablemente va a necesitar más agua en su organismo”, explica Beatriz Robles, del Instituto de Medicina de Estados Unidos.
Por lo que la cantidad de agua que se debe consumir es 32 ml diarios por cada kilo de peso. Así, una persona de 60 kilos debería consumir 1.920 ml de agua.
Por otro lado, beber agua en exceso puede ser negativo para la salud, pues el organismo no acepta más agua de la que necesita. Tomar mucho líquido puede ser grave cuando causa dilución de sodio en la sangre, lo que según la experta crea una inflamación en el cerebro y los pulmones.
Sobre la misma línea, la experta ratifica que es preciso no solo saber cuánta agua beber, sino saber cómo beberla. “Hay circunstancias en las que hay que beber a pequeños sorbos. Por ejemplo, si se está practicando algún deporte, se aconseja beber pequeños tragos durante el desarrollo de esa actividad. Si se ingieren grandes sorbos de agua pueden aparecer molestias gastrointestinales porque se cuela también aire”, reseña Robles para ABC.
Se puede tomar un vaso grande antes de cada comida, esta costumbre mejorará la digestión y hará que el organismo metabolice más rápido.
Las recomendaciones dadas cobijan los líquidos de otras bebidas y alimentos, de hecho cerca del 20 % del consumo de agua diario suele provenir de los alimentos y el resto de las bebidas.
Sumado a lo anterior, sugiere que con base en algunas condiciones como el ejercicio, el entorno, la salud general y el embarazo o la lactancia, es posible que las personas deban modificar la ingesta diaria de líquidos. En palabras de Mayo Clinic, estas son las condiciones a evaluar:
- Ejercicio: Si la persona lleva a cabo cualquier tipo de actividad que la haga sudar, será necesaria la ingesta de agua para poder de este modo sustituir la pérdida de líquidos. Afirma que es importante beber agua antes, durante y después de un entrenamiento.
- El entorno: El clima cálido o húmedo puede hacer que la persona sude y le exige que beba más líquido. Advierte que la deshidratación también puede ocurrir a grandes altitudes.
- Salud general: La entidad explica que el organismo pierde líquidos cuando la persona tiene fiebre, vómitos o diarrea, por ello es importante ingerir más agua o seguir “la recomendación de un médico de beber soluciones de rehidratación oral. Otras afecciones que pueden requerir una mayor ingesta de líquidos son las infecciones de la vejiga y los cálculos de las vías urinarias”.
- El embarazo y la lactancia: Si la persona está embarazada o amamantando, es posible que necesite más líquido para mantenerse hidratada.