La menta se caracteriza por tener propiedades que generan algunos beneficios para el organismo, pero además es utilizada como aderezo para darles frescura e intensidad a algunas preparaciones gastronómicas.

Mejorar la digestión y disminuir las náuseas son algunas de las bondades que se le atribuyen a esta especia familiar de la hierbabuena. Si bien se trata de dos plantas muy parecidas, la menta, cuyo nombre científico es Mentha piperita, tiene un olor y sabor más fuerte que la hierbabuena, llamada Mentha spicata.

La menta puede ser usada en culinaria y para fines medicinales porque posee acción analgésica, antiespasmódica y afrodisíaca. La infusión de esta se recomienda ingerirla después de las comidas porque ayuda en el proceso digestivo.

Además, esta hierba tiene acción antiparasitaria, siendo útil para aliviar los síntomas y combatir la infección por parásitos, como amebiasis y giardiasis, por ejemplo.

La planta tiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas, analgésicas, antibacterianas o antitusivas, entre otras. Principalmente está compuesta por agua, fibra y minerales como el calcio, potasio, cobre o magnesio, además de vitaminas A, B, C y D. A esto se suma que contienen un muy bajo nivel de grasa y de carbohidratos.

A pesar de las bondades mencionadas, existen contraindicaciones si se consume infusión de menta diariamente. De hecho, según el portal OkSalud, aunque no hay pruebas fehacientes, es posible que el consumo excesivo de menta cause esterilidad.

Así mismo, no se aconseja para aquellas personas que padecen de úlceras estomacales o para quienes tienen hernia de hiato. Tampoco se recomienda el exceso de consumo de aceite de menta, pues puede ser tóxico para el organismo.

Para aquellas mujeres que se encuentren en embarazo o en periodo de lactancia, también se recomienda evitarla.

Por lo anterior, es necesario consultar con un especialista antes de agregar la infusión, o cualquier producto derivado de la menta, a la dieta. De esta manera, se evitará el agravamiento de enfermedades preexistentes.

Otros beneficios de la menta

1. Acción digestiva. Las infusiones de esta planta ayudan a aliviar los procesos digestivos. También es reconocida por reducir la hinchazón abdominal provocada por los gases y las flatulencias, al igual que la irritación intestinal, propia de afecciones como la colitis.

2. Ayuda al sistema respiratorio. El mentol descongestiona las vías respiratorias y alivia trastornos como el asma o los resfriados. También puede ayudar a controlar la irritación que causa la tos crónica, gracias a su efecto refrescante que enfría y calma la garganta, la nariz y el resto de canales respiratorios.

3. Reduce el apetito. El olor de la menta, además de ser relajante, controla el apetito puesto que los estímulos olfatorios también llegan al hipotálamo (zona del cerebro que produce hormonas que controlan la temperatura corporal y el hambre), controlando la sensación de hambre, según afirma un estudio realizado por la Universidad de Liverpool (Reino Unido).

Si bien se trata de una planta que genera beneficios importantes para algunos padecimientos de salud como los mencionados, el portal Medline Plus indica que no hay suficiente evidencia científica para utilizarla como tratamiento para otras afectaciones concretas.

Por ejemplo, para combatir el deterioro de las habilidades mentales y cognitivas que están normalmente asociadas con la edad. Si bien hay una investigación preliminar que muestra que la ingesta diaria de un extracto de un tipo especial de menta verde podría ayudar a tratar las habilidades cognitivas en adultos mayores, esto no está completamente probado.

Tampoco para el síndrome de colon irritable ni la artrosis, aunque en este caso la investigación preliminar muestra que la ingesta de té de menta verde disminuye levemente el dolor y la rigidez en personas con artrosis en la rodilla.