La gente todavía no lo percibe, pues los reportes del Ministerio de Salud aún muestran cifras bajas de contagio y de mortalidad en comparación con las de otros momentos de la pandemia. Pero lo cierto es que la cuarta ola, esa de la que tanto han advertido los expertos y las entidades de salud, ya comenzó. Esto se sabe porque en el país se observa un aumento de casos.

Según los cálculos del epidemiólogo Jaime Ordóñez, durante la semana del 22 al 28 de octubre ha habido 11.195 casos, en comparación con la semana inmediatamente anterior (15 al 21 de octubre), que fue de 9.206. “Es decir, en la última semana el número de casos aumentó 21,6 por ciento”.

La cantidad de contagios diarios es, para el epidemiólogo Carlos Trillos, una muestra de que hay una circulación importante del virus, y las fiestas que se avecinan (Halloween, día sin IVA, fin de año, etcétera) ayudarán a sumar muchos más. Como en las olas anteriores, el impacto de este pico estará influenciado por factores como la variante delta, el nivel de vacunación de la población, el porcentaje de individuos que ya han estado expuestos al virus y, obviamente, la interacción social de cada persona y las medidas de bioseguridad que adopte.

El Ministerio de Salud espera que haya un cuatro pico en noviembre. | Foto: Getty Images.

En consecuencia, los expertos calculan que esta ola será más dura que la primera que vivió Colombia al comienzo de la pandemia, pero no más fuerte que la de finales de 2020. “En términos de muertes sería la tercera ola, pero en términos de casos nuevos esta va a reportar más que la segunda, aunque no tantos como los que se presentaron en junio”, afirma Ordóñez.

Pero con eso no está diciendo que la cuarta ola no amargará la Navidad. “Vamos a llegar a tener días de 370 muertes diarias en promedio, lo cual es muchísimo, pero en la segunda ola teníamos promedios de 400”, explica.

Según Trillos, la vacunación salvará a muchos de infectarse y de complicarse, pues está demostrado que las vacunas son seguras y funcionan. “En países de Europa se ve la diferencia que marcan los biológicos. Antes, las curvas de infección y muertes iban en espejo, pero hoy no es así. La de infectados es más alta, y la de muertos es mucho más baja, y eso, en parte, sucede por las vacunas”, señala.

Una ventaja en Colombia es que el Ministerio de Salud reporta que más del 40 por ciento de la población hoy cuenta con su esquema completo de dosis. Y el ministro Fernando Ruiz anunció que espera tener vacunados a los niños menores de 12 años en diciembre.

Sin embargo, para Ordóñez, vacunar al porcentaje restante será mucho más lento y difícil. En ese grupo se encuentran aquellas personas que no se quieren vacunar o ubicadas en lugares de acceso geográfico limitado o que no pueden perder un día de trabajo para irse a vacunar. Ellos estarían en mayor vulnerabilidad y podrían ser los más afectados. Por eso, los expertos dicen que esta ola será la de los no vacunados, grupo en el que incluyen a quienes cuentan con una sola dosis.

Aunque tienen solo la mitad del riesgo de los que no se han vacunado, “tienen diez veces más posibilidades de infectarse que alguien con el esquema completo”, dice Ordóñez. En otras palabras, la velocidad en la que se reduzca esta ola de delta depende de la velocidad de la vacunación. Para Ordóñez, la vacunación tendrá un impulso con los niños de 5 a 11 años, lo que ayudaría a ralentizar el número de casos. También es una buena noticia que en Colombia ya se esté aplicando un refuerzo a los mayores de 70 años. A pesar de estos esfuerzos, él calcula que “nueve de cada diez serán no vacunados”.

La estrategia contra la covid-19 se realiza con el apoyo de Innovar Salud como IPS vacunadora, los equipos PAI de la Secretaría de Salud, la agencia de comunicaciones Keep Up y el proyecto CoLEV de UniAndes. | Foto: Cortesía CoVida

Otros creen que esa cifra podría ser menor por la inmunidad de rebaño. El Instituto Nacional de Salud (INS) anunció recientemente que 89 por ciento de los colombianos ya habían sido infectados por el SARS-CoV-2. Esta cifra se basa en el último estudio de seroprevalencia realizado en 12 ciudades del país. Sin embargo, el dato podría variar, pues, como lo dice la directora del INS, Martha Lucía Ospina, “debe afirmarse con cuidado que la infección previa es igual a ser inmune”.

Esto sucede porque, como lo explica la funcionaria, la efectividad en la respuesta inmune puede disminuir a medida que el individuo envejece, ya que las células del sistema de defensa van perdiendo la capacidad de memoria. Además de eso, algunas personas por condiciones individuales reciben medicamentos inmunosupresores y, por lo tanto, tendrían una incapacidad particular para generar una adecuada respuesta ante el virus.

Sumado a lo anterior, los microorganismos mutan y tienen estrategias para evadir el sistema inmune. Para Ospina, la pérdida o disminución de la memoria inmunológica en algunos grupos poblacionales y el aumento de la participación de linajes como delta –con más capacidad de trasmisión y, sobre todo, con un mayor porcentaje de escape a la inmunidad anterior– serán los factores que incidirán en esta ola.

“Eso, unido a que quedan grupos de población aún no vacunados e islotes de población todavía sin vacunar, dentro de los grupos de mayor riesgo, crea las circunstancias propicias para un nuevo incremento de los casos”. En cuanto a la interacción social, los epidemiólogos creen que la gente no volverá a encerrarse ni que el Gobierno decretará cuarentenas de nuevo.

Todo lo contrario, el aforo aumentará en aquellas ciudades donde el índice de vacunación es alto. Con las fiestas de diciembre, es de esperarse que la interacción social aumente. “En este momento, hay un riesgo de transmisión alto de covid-19 en Colombia; eso significa que el Gobierno no solo no debería estar hablando de autorizar aforos del ciento por ciento y haciendo días sin IVA, sino que, por el contrario, ya deberían estar tomándose medidas para disminuir la movilidad y los contactos”, dice Ordóñez.

De no tomar medidas restrictivas a la movilidad de la población en este momento, agrega, para finales de noviembre en el país podrían estar registrándose un promedio de 7.000 casos nuevos diarios de covid-19 y unas 100 muertes diarias, las cuales continuarían aumentando en diciembre.

Gobierno no descarta que haya un quinto pico de la covid-19 | Foto: Alcaldía de Santa Marta

Para hacer menos drástica esa ola que comienza, los expertos consultados señalan que la mejor medida es vacunarse. Pero, además, cada individuo debe continuar con las normas de bioseguridad. Algunos expertos dicen que no estaría de más exigir la vacunación para el uso de ciertos servicios, donde hay alto riesgo de contagio demostrado, como el odontológico, el transporte público, los restaurantes y bares, entre otros, lo cual indirectamente incentivaría la vacunación en los grupos de escépticos aún existentes.

Según Ospina, hay un escenario probable, aunque bajo, de que el país no tenga este incremento. “Este escenario depende principalmente de lograr disminuir notoriamente la propagación con medidas de protección personal y de distanciamiento social”, puntualiza.