El 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad que enfatiza la importancia de su prevención. Esta fecha se estableció en 2015 por la Federación Mundial de la Obesidad con el objetivo de estimular y apoyar acciones prácticas que ayuden a las personas a alcanzar y mantener un peso saludable y revertir la crisis mundial de obesidad.

En América Latina y el Caribe se estima que el 7,5 por ciento de los niños y niñas menores de 5 años tiene sobrepeso según la Unicef | Foto: Getty Images

El tema de la campaña del Día Mundial de la Prevención de la Obesidad en 2023 es “Cambiando las perspectivas: Hablemos de obesidad” que busca debatir sobre ideas erróneas que rodean a la obesidad, adoptar medidas colectivas eficaces y recordar que la obesidad es una forma de malnutrición.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una cantidad excesiva de grasa acumulada que presenta un riesgo a la salud de un individuo. Las personas obesas y con sobrepeso tienen mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. La obesidad ha sido catalogada por la OMS como una “epidemia global”.

La obesidad en niños, niñas y adolescentes, la cual es una forma de maltrunición, es una situación preocupante de salud pública en todo el mundo. | Foto: michellegibson

Y dentro de la obesidad, la obesidad infantil es un problema preocupante de salud pública que se ha incrementado en las últimas décadas. En América Latina y el Caribe 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes, entre los 5 y 19 años, viven con sobrepeso según el informe “El sobrepeso en la niñez.

Un llamado para la prevención en América Latina y el Caribe” de la Unicef (2022). El sobrepeso infantil se refiere a una niña o un niño con demasiado peso para su altura. Esta forma de malnutrición resulta de la ingesta excesiva de comestibles y bebidas ultraprocesados que sobrepasan las necesidades energéticas de esta población.

La obesidad afecta la salud física y mental en niños y adolescentes llevando a la aparición temprana de la diabetes tipo 2, influyendo también en su bienestar social y emocional y siendo asociada a un menor rendimiento académico, a dificultades conductuales y emocionales como baja autoestima y aislamiento de sus pares. Niños, niñas y adolescentes con sobrepeso sufren de estigmatización y acoso escolar. Adicionalmente, la obesidad infantil suele persistir en la edad adulta por lo que su prevención y tratamiento es clave desde las etapas más tempranas de la vida.

Obesidad: causas múltiples, entornos obesogénicos

La obesidad es un fenómeno multicausal con factores biológicos, culturales, emocionales y económicos. Estos factores pueden encontrar un entorno obesogénico que incrementa la creciente tasa de sobrepeso y obesidad, incluida la población infantil y adolescente. En un entorno obesogénico hay disponibilidad y consumo excesivo de comida rápida, de comestibles ultraprocesados y de bebidas azucaradas y alta exposición a publicidad de este tipo de productos en medios de comunicación y redes sociales, y pocos espacios y tiempo para realizar actividad física.

La obesidad y el sobrepeso son detonantes de diversos problemas de salud. Para reducir el colesterol es necesario comenzar a cambiar hábitos de vida. | Foto: Fertnig/Getty Images

Con acciones sedentarias y tiempo excesivo frente a las pantallas (celulares, televisión, videojuegos), aparecen entonces trastornos de sueño y estrés. Todos los anteriores elementos son nocivos para el desarrollo adecuado de niñas, niños y adolescentes. Para modificar estos espacios obesogénicos, campañas educativas como #NutrirLaVida de UNICEF con el apoyo de Novo Nordisk, buscan prevenir la obesidad infantil dando herramientas a padres, madres y cuidadores para que puedan llevar la alimentación sana y la actividad física más allá de una obligación, y convertirlas en un espacio de alegría, diversión y unión familiar.