La próstata es una pequeña glándula del aparato reproductor masculino que se ubica alrededor de la uretra, por debajo de la vejiga y por delante del recto. “Es un órgano esencial para la función sexual, reproductiva y urinaria, por lo que todas las enfermedades que la afectan tienen implicaciones en estos tres niveles”, indica el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia.
De acuerdo con la cartera de Salud, la próstata está compuesta de una zona central donde se produce el antígeno prostático específico (PSA) y una zona periférica, “donde tienen origen más del 70 % de los tumores”.
Cuando hay un crecimiento maligno de la glándula prostática, se origina el cáncer de próstata. “En fases avanzadas, las células cancerosas se diseminan a sitios distantes a través de los vasos linfáticos y sanguíneos con la capacidad de invadir otros órganos”, anota el Ministerio.
Son alarmantes los datos que rodean a este tipo de cáncer. En primer lugar, es el más común entre los hombres y la segunda causa de mortalidad por cáncer en población masculina, reseña la entidad. De hecho, señala que en Colombia “uno de cada tres hombres mayores de 50 años tiene este cáncer”.
La Sociedad Americana contra el Cáncer explica que hay diferentes tipos de cáncer de próstata y que casi todos son adenocarcinomas: “Estos cánceres se desarrollan a partir de las células glandulares (las células que producen el líquido prostático que se agrega al semen)”, dice.
Carcinomas de células pequeñas, tumores neuroendocrinos –aparte de los carcinomas de células pequeñas–, carcinomas de células transicionales y sarcomas son otros tipos de cáncer que se pueden originar en la próstata. “Estos otros tipos de cáncer de próstata son poco comunes. Si a usted le dicen que tiene cáncer de próstata es casi seguro que sea un adenocarcinoma”, explica la organización estadounidense. Agrega que algunos cánceres de próstata crecen y se propagan con rapidez, sin embargo, la extensa mayoría crece a paso lento.
En línea con lo anterior, el doctor Luis Rodríguez-Vela, director del Instituto de Urología y Medicina Sexual de Zaragoza y profesor de Urología de la Universidad de Zaragoza, advierte que el sedentarismo podría aumentar la posibilidad de padecer de cáncer de próstata.
Reseña que el doctor Heung Chong de la Escuela de Medicina del Hospital St George de Londres y algunos colaboradores diseñaron un estudio cuyo objetivo era evaluar la asociación entre el tiempo que los hombres permanecían sentados y el nivel de actividad física con la aparición de síntomas en el tracto urinario inferior. En el estudio en mención participaron 69.795 hombres coreanos que no presentaban síntomas de próstata (STUI), a los que se les hizo seguimiento durante 2,6 años.
De este modo, llegaron a dos conclusiones: un nivel de actividad física bajo favorece la aparición de síntomas de próstata y pasar más de 10 horas sentado favorece la aparición de STUI de forma independiente.
Para el doctor Rodríguez-Vela, los mecanismos que llegarían a explicar esta relación entre actividad física y los síntomas prostáticos “no están claros”. “Sabemos que una baja actividad física favorece la aparición de obesidad y ateroesclerosis y estas circunstancias van a producir un descenso del flujo de sangre a los órganos pelvianos (próstata, vejiga, pene) que podría explicar el empeoramiento de los síntomas miccionales. En este sentido, en pacientes que presentan STUI moderados y severos la incidencia de disfunción eréctil es mayor y esta asociación podría estar explicada por el descenso del flujo arterial a los órganos pelvianos”, afirma el galeno de la Universidad de Zaragoza.
Destaca, además, que es la primera vez en la que un grupo de científicos logra evidenciar que los hombres que permanecen durante largos periodos de tiempo sentados –más de 10 horas al día– se asocia con la aparición y empeoramiento de los síntomas del tracto urinario inferior.
“Posiblemente, los mecanismos que causan esta asociación sean los mismos, es decir, estar mucho tiempo sentado favorece la aparición de obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular y arterioesclerosis y todo ello conlleva un descenso del flujo arterial a órganos pelvianos y un empeoramiento de los síntomas del tracto urinario inferior y de la erección”, concluye el urólogo.