Mantener las manos limpias y suaves es uno de los objetivos que más persigue las personas cuando se habla de buena presentación; sin embargo, no todos lo consiguen, debido generalmente a un trastorno nervioso, frecuente tanto en niños como en adultos, conocido como onicofagia.

Se trata de una afección en la que tiene consigo una problemática de comerse las uñas, lo cual se vuelve habitual, se realiza de manera inconsciente y puede llegar a tener grandes consecuencias negativas para la salud.

Comerse las uñas. | Foto: Getty Images

Normalmente, se presenta como respuesta a situaciones de estrés, cansancio o incluso aburrimiento. Al tratarse de un hábito o un acto reflejo que se produce para combatir momentos de ansiedad, la mejor manera de sobreponerse a esto es con la ayuda de un psicólogo, quien trabajará en pautas de comportamiento que ayudarán a controlar este impulso.

Sin embargo, morderlas puede acompañar la vida de los afectados durante años. Este acto compulsivo es mucho más frecuente en niños y en muchas ocasiones, puede ser una costumbre familiar.

Cabe mencionar que la onicofagia frecuente puede generar un cambio en la morfología de los dedos, es decir, se vuelven más afilados y donde puede aparecer una infección de la falange distal, en palabras profesionales una osteomielitis.

Según explica en una entrevista la especialista de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Lourdes Navarro, estas alteraciones a distancia son raras, como la reabsorción de la raíz del diente, esto se debe a la fuerza del mordisqueo y daños a las encías. “Los niños que se muerden muy repetitivamente las uñas se ha encontrado un aumento de enterobacterias en la flora bacteriana de la boca”, recalca.

Se realiza de manera inconsciente y puede llegar a tener grandes consecuencias negativas para la salud. | Foto: ©KevinDay 2014

Las uñas es uno de los lugares más prolíficos para las bacterias, ya que los dedos están en una constante manipulación de objetos que pueden estar contaminados; es por eso que cuando las personas se llevan directamente los dedos a la boca estos microorganismos pasan a las mucosas y allí directamente al organismo.

Por tal razón, el Dr. Silvestre Rangil, de la Clínica Dental, explica que los menores que suelen morderse las uñas de manera compulsiva y frecuente, pueden llegar a estropear los dientes y causar un deterioro excesivo de los incisivos.

También, puede generar erosión en su esmalte y microtraumatismos en las piezas dentales.“En casos extremos, los dientes llegan a astillarse, fracturarse, e incluso romperse”, detalla.

Aunque, eso no es todo, pues agregaron que en algunos estudios se ha podido observa una relación clara entre onicofagia y problemas mandibulares, especialmente en la articulación temporomandibular (ATM).

Por último, dijeron que “cuando esto ocurre como consecuencia del mordisqueo continuo, el paciente puede experimentar dificultad y dolor al masticar alimentos, además de molestias en cabeza, oído y mandíbula”.

Por lo anterior, el portal Sanitas recomienda algunas pautas para disminuir este hábito y evitar problemas de salud:

  • Envolver las puntas de todos los dedos con tiritas o esparadrapo para evitar que haya un contacto directo entre las uñas y la boca.
  • Masticar chicles sin azúcar para sustituir el impulso de comerse las uñas.
Chicle | Foto: Getty Images
  • Buscar una ocupación que exija concentración para sustituir el acto reflejo de morderse las uñas.
  • Hacer ejercicio físico para combatir situaciones de ansiedad.
  • Las rutinas de higiene consiguen que las uñas estén siempre con buena forma y esto se puede convertir en una motivación para mantenerlas en buen estado, sin mordiscos. Además, se evitará tener padrastros o cueritos sueltos, lo que ayudará a no acercar los dedos a la boca para tratar de quitarlos.
  • Emplear guantes para dejar de comerse las uñas y mantener las manos protegidas.