El sistema inmunológico es una compleja red de células, tejidos y órganos. Juntos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades, de acuerdo con Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El sistema inmunitario tiene muchas partes diferentes, incluyendo:
- La piel: Puede ayudar a evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo.
- Membranas mucosas: Son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales. Producen mucosidad y otras sustancias que pueden atrapar y combatir los gérmenes.
- Órganos y tejidos del sistema linfático: Incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea. Producen, almacenan y transportan glóbulos blancos.
Por ende, para cuidar el sistema inmunológico hay que llevar una alimentación sanada y balanceada, además, porque llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos.
Sobre la misma línea, el diario español Mundo Deportivo reveló, en su sección de nutrición, que consumir panela es bueno para el sistema inmune, ya que le aporta vitamina C al cuerpo y esta contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario para protegerlo contra las enfermedades.
Adicional, la panela aporta vitamina A, vitamina B, vitamina D y vitamina E y minerales como el hierro, el calcio, el fósforo, el zinc y magnesio. Asimismo, por su alto contenido de calcio, es ideal para el cuidado de los huesos.
No obstante, el portal reveló que este alimento no se recomienda para las personas que están bajando de peso, ya que podría aumentar el consumo de calorías. Tampoco es ideal para las personas son diabetes por el alto contendido de azúcar.
Valor nutricional por cada 100 gramos de panela:
- Calorías: 351 kcal
- Hidratos de carbono: 80 gr
- Proteínas: 0,7 gr
- Fibra: 0,27 gr
- Grasas: 0,14 gr
- Calcio: 204 mg
- Hierro: 5 mg
- Fósforo: 66 mg
- Potasio: 165 mg
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que una dieta sana incluye lo siguiente:
- Al menos, 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.
- Menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2,000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total.
- Menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las grasas no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las grasas saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo), y las grasas trans de todos los tipos, en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables), y grasas trans de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes tales como vacas, ovejas, cabras y camellos).
Hay que señalar que el doctor Marco Almerí, experto en Salud Pública, le dijo al medio de comunicación peruano Canal N que “las gaseosas, los embutidos y la comida chatarra no potencian el sistema inmunológico. Lo que sí lo potencia son las proteínas, carne, huevo, leche, frutas y verduras”.