Una serie de estudios han establecido que pasar tiempo mirando aparatos electrónicos y pantallas es perjudicial para los niños. Pero una nueva investigación hecha por científicos de la Universidad de Colorado, en Boulder, encontró que los pequeños que permanecen más tiempo frente a las pantallas tienen apenas una leve tendencia a desarrollar problemas de atención, sueño interrumpido o bajas calificaciones en el colegio. Además, no son más propensos a desarrollar depresión o ansiedad.
Por el contrario, el trabajo, para el que se utilizó una muestra de 12.000 niños de 9 y 10 años, encontró que ellos se benefician de este tiempo en pantallas porque así construyen amistades más cercanas. En promedio, los niños pasaron 45 minutos más al día con las pantallas que las niñas, superando las cinco horas diarias los fines de semana y las cuatro horas los días de semana.
La investigación, publicada en la revista PLOS ONE, sugiere que “aunque los padres deben estar pendientes del tiempo que pasan los niños frente a estos aparatos, no necesariamente hacerlo va a perjudicarlos”, dice Katie Paulich, autora principal del estudio, quien trabaja en el departamento de psicología y neurociencia de esa universidad.
Ocio
El tiempo libre: ni mucho ni demasiado
A medida que aumenta el tiempo libre de una persona, también lo hace la sensación de bienestar de esa persona, pero solo hasta cierto punto.
Según una investigación, demasiado tiempo libre también puede ser algo malo. Marissa Sharif, profesora asistente de mercadeo en The Wharton School y autora principal del artículo, partió de la queja de varias personas que dicen estar demasiado ocupadas y expresan querer más tiempo libre.
Su pregunta era si más tiempo está realmente relacionado con una mayor felicidad. Ella descubrió que no. Tener pocas horas discrecionales en el día da como resultado un mayor estrés y un menor bienestar subjetivo. “Sin embargo, tener más tiempo tampoco es mejor”.
La investigadora encontró que el bienestar se estabiliza aproximadamente a las dos horas y comienza a disminuir después de las cinco horas. Por lo tanto, su conclusión es que si la gente no hace algo con su tiempo libre puede resultar infeliz, así como si nunca tiene tiempo. Su investigación fue publicada en Journal of Personality and Social Psychology.
Nutrición
No es cuánto sino qué
La causa principal de la obesidad no es comer de más, dice un estudio realizado por científicos del Boston Children’s Hospital y la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Pese a que durante mucho tiempo se ha creído que la causa de la obesidad es un desequilibrio energético, el nuevo trabajo, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, señala que hay mecanismos biológicos que cumplen un papel en la ganancia de peso. Según ese modelo, la obesidad responde al alto consumo de carbohidratos lo que a su vez genera un desorden metabólico.
Así, no es cuánto come sino lo que come. Por eso el mensaje de hacer ejercicio y comer menos no ha detenido la epidemia de sobrepeso y obesidad. Este modelo dice que lo que engorda es el proceso de comer más pues la calidad de la comida impacta la respuesta hormonal.
Redes sociales
Los famosos: por encima de la ley
Facebook ha construido un sistema de vigilancia que les permite a los personajes de alto perfil quebrar las reglas de comportamiento dentro de la red social. Así lo señaló el diario The Wall Street Journal, que tuvo acceso a un informe confidencial de la compañía en el que señalan que algunos famosos pueden acosar o incitar a la violencia o decir mentiras sin que sean sancionados.
A pesar de que estas celebridades replican noticias falsas, como por ejemplo que las vacunas son mortales o que Hillary Clinton hace parte de un anillo de pedofilia, no han sido amonestadas por Facebook. El periódico reportó que en el informe señalan que “no estamos (Facebook) haciendo lo que decimos públicamente…esta gente viola nuestros estándares sin penas”.
Cifra
7.000 pasos, apenas, es lo que se requiere en la edad mediana para reducir entre 50 y 70 por ciento el riesgo de muerte prematura, según un estudio publicado en JAMA Network Open.