Se trata de la molécula Brichos, que se produce de forma natural en los seres humanos y se adhiere a las llamadas placas amiloides, características de esta enfermedad. De esta forma evitan que estas fibrillas entren en contacto con otras proteínas y que se formen más depósitos extracelulares que deterioren las estructuras neuronales. Los expertos señalaron que el hallazgo es revolucionario, pues abre las puertas para crear nuevos tratamientos o desarrollar una píldora similar a las estatinas que ayudan a controlar el colesterol. “Mientras conozcamos más de los mecanismos moleculares que producen alzhéimer, estaremos mejor equipados para combatir la enfermedad”, concluyó Samuel Cohen, autor principal del estudio que fue publicado en la revista Nature Structural & Molecular Biology.