La ingesta de cualquier fruta siempre será beneficiosa para la salud. Si bien unas les aportan más bondades que otras al organismo, lo cierto es que no deben excluirse de la alimentación si se quiere prevenir el desarrollo de enfermedades.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la evidencia es clara. Tanto las frutas como las verduras son una parte importante de una dieta saludable. “Ayudan a los niños a crecer y apoyan las funciones corporales y el bienestar físico, mental y social en todas las edades”, precisa.
Esta organización asegura que estos alimentos ayudan a prevenir todas las formas de malnutrición (desnutrición, deficiencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad) y a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. “Junto con la malnutrición, las dietas poco saludables se encuentran entre los diez principales factores de riesgo de enfermedades a nivel mundial”.
El consumo regular de frutas, de acuerdo con la FAO, ayuda al crecimiento y desarrollo de los niños, a tener una vida más larga, a lograr una mejor salud mental y cardiovascular, prevenir afecciones como el cáncer, la obesidad y la diabetes, y su ingesta también mejora la inmunidad.
Frutos del bosque
En la larga lista de opciones que se tienen están los frutos rojos o también conocidos como frutos del bosque o bayas, en los que se incluyen las moras, frambuesas, fresas, ciruelas rojas y arándanos, entre otras.
Según información del portal Consumer, de España, estos frutos contienen mucha agua, vitaminas, minerales y fibra, pero lo que las hace destacar sobre otras frutas es su alto contenido en antioxidantes, entre los que se encuentran los polifenoles, como las antocianinas, que le aportan su color brillante.
La evidencia científica ha confirmado que los antioxidantes combaten el envejecimiento celular y pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo. Además, numerosas investigaciones vinculan su ingesta con una reducción del estado inflamatorio crónico, que es posible que derive en enfermedades como la diabetes, obesidad o patologías cardíacas.
Para aprovechar estos beneficios, lo aconsejable es comer la pieza entera, ya que las antocianinas se concentran más en la piel, aunque la pulpa de las fresas y las cerezas también las contienen. La cantidad de esta sustancia suele ser proporcional a la intensidad del color, aumentando a medida que el fruto madura.
Los beneficios
- Aliados de la salud cardiovascular. Los frutos rojos, especialmente los arándanos, son vasodilatadores lo que beneficia las funciones del sistema circulatorio al disminuir la presión arterial.
- Fortalecen el sistema inmune. Estas frutas, en general y, en particular las moras, hacen un aporte significativo de vitamina C y otros antioxidantes que fortalecen las defensas del organismo para prevenir enfermedades e infecciones. Su ingesta está recomendada para evitar afecciones respiratorias como la gripa, el resfriado o el asma, entre otras, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud.
- Antienvejecimiento. La riqueza en antioxidantes de estos alimentos los hacen favorables para prevenir el envejecimiento de las células. De esta manera, no solo ayudan a prevenir enfermedades, sino que también cuidan de la salud de la piel.
- Mejoran la memoria. Esto se debe a su capacidad de neutralizar los radicales libres, debido a su riqueza en antioxidantes.
- Prevención de la anemia. La mayoría de estas frutas poseen un alto contenido de hierro, vitaminas del grupo B y vitamina C que fortalecen el sistema inmune.
- Control del ácido úrico. Especialmente las cerezas son reconocidas por sus propiedades para ayudar a reducir el ácido úrico y el dolor de las articulaciones. Aportan varios nutrientes esenciales, pero se suele destacar su aporte de betacaroteno, vitamina C y potasio.
- Digestión. Las frambuesas, al igual que las fresas, contienen importantes cantidades de fibra, lo que las hace ideales para favorecer la digestión y evitar el estreñimiento. Estas frutas ayudan a mejorar el movimiento intestinal para facilitar la expulsión de las heces. Estos compuestos lubrican los desechos y facilitan su paso a través del tubo digestivo.
Normalmente, los frutos rojos se consumen frescos, en batidos o en otras serie de preparaciones, pero también puede prepararse un agua o infusión de los mismos, realizando diferentes mezclas, dependiendo de las necesidades. De igual forma, es posible usar las hojas de las plantas para obtener beneficios medicinales.