Los parásitos son microorganismos que viven dentro de los seres vivos para alimentarse de ellos. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que los parásitos se pueden contraer por medio de los alimentos o el agua contaminada, la picadura de un insecto o por contacto sexual.

Normalmente, varían de tamaño y van desde muy pequeños, que son organismos unicelulares llamados protozoarios, hasta gusanos, que es posible observarlos a simple vista. Una de las mejores formas de evitar que estos organismos habiten en el cuerpo humano es con la prevención. Por ejemplo, asegurándose de consumir agua que no esté contaminada.

Información del portal de bienestar y salud Tua Saúde indica que algunos de los síntomas que evidencian que se tienen parásitos intestinales son, entre otros:

Los parásitos intestinales son más frecuentes en niños. | Foto: Getty Images
  • Distensión abdominal o exceso de gases, pudiendo ocasionar un ligero malestar alrededor del ombligo.
  • Dolor abdominal.
  • Diarrea alternada con períodos de estreñimiento.
  • Disminución o aumento del apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Heces oscuras.
  • Presencia de puntos blancos en las heces.
  • Cansancio.
  • Picazón en el ano.

Epazote contra las lombrices

Si bien en algunas ocasiones se requiere de tratamiento médico para eliminarlos, también es posible recurrir a la ingesta y las bondades de algunos productos naturales que ayudan a expulsarlos. Uno de ellos es el epazote. Esta es una planta medicinal a la que también se le conoce como paico o acahualillo.

De acuerdo con Tua Saúde, sus aceites esenciales contienen propiedades vermífugas, antibióticas, digestivas y otras que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Si bien no hay mucho análisis científico, en la cultura popular se dice que es una hierba con una fuerte acción contra diferentes parásitos intestinales, como lombrices y la tenia. Esta acción estaría relacionada con la principal sustancia activa en el epazote, el ascaridol, el cual ha demostrado tener una eficacia similar a algunos medicamentos antiparasitarios, como el albendazol.

Los parásitos intestinales pueden generarse por el consumo de alimentos o agua contaminada. | Foto: Getty Images

De acuerdo con el portal Hola Doctor, beber té de epazote en ayunas, ayudaría a deshacerse de estos molestos organismos que habitan en el intestino.

Para aprovechar sus beneficios se puede preparar la bebida colocando en una taza de agua hirviendo la planta fresca con las semillas. Luego se deja reposar durante 10 minutos, se cuela y se bebe antes de consumir cualquier alimento en la mañana, pero también puede ingerirse en otros momentos del día y lo aconsejable es que no sean más de tres tazas diarias.

Además de la infusión, otra forma popular de usar el epazote es en aceite esencial, sin embargo, es importante que su uso sea orientado por un naturópata, fitoterapeuta o un profesional de la salud con experiencia en el uso de plantas medicinales.

Cómo prevenir el desarrollo de parásitos

El portal Cinfasalud, de España, brinda algunos consejos para prevenir el desarrollo de parásitos intestinales, pues es fundamental extremar las medidas de higiene con el fin de controlar la propagación de los huevos y prevenir la transmisión de la infección:

1. Lavarse las manos con frecuencia. Es importante que a los niños se les laven también, sobre todo después de ir al baño, de los juegos en el exterior y antes de comer.

2. Evitar llevar las manos al rostro. Cuando las manos están sucias es importante no acercarlas a la boca y a la nariz.

Los parásitos intestinales pueden generar síntomas como diarrea, estreñimiento y cambio de color en las heces. | Foto: Getty Images

3. Tener las uñas cortas y limpias. Con ello se evita que los huevos se alojen bajo ellas. Es clave mantener muy aseadas las de los niños.

4. Usar pijamas cerradas. Puede ser una buena idea en los niños para evitar, que si se rascan, los huevos entren en contacto con sus manos y contribuir con esto a que no se propaguen.

5. No sacudir la ropa antes de meterla en la lavadora. Así se evitará que los huevos se desprendan y depositen sobre otras superficies.

6. Lavar a temperatura superior a 55º y con cloro como desinfectante. Tanto la ropa de cama, como el pijama, la ropa interior o toallas que hayan estado en contacto con el paciente, deben ser lavadas con frecuencia y a temperaturas elevadas.

7. Limpiar las frutas y verduras. Con ello se previene el riesgo de infección a través de este tipo de productos frescos que puedan haber sido contaminados por el riego con aguas fecales.