La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento y suele comenzar alrededor de los 60 años, pero puede aparecer antes, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que los síntomas comienzan lentamente, en general, en un lado del cuerpo, pero luego afectan ambos lados y algunos son:
- Temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara.
- Rigidez en los brazos, las piernas y el tronco.
- Lentitud de los movimientos.
- Problemas de equilibrio y coordinación.
Asimismo, a medida que los síntomas empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar o hacer labores simples. También pueden tener problemas como depresión, trastornos del sueño o dificultades para masticar, tragar o hablar.
Por ello, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) reveló que aunque no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, los medicamentos, el tratamiento quirúrgico y otras terapias a menudo pueden aliviar algunos síntomas.
1. Los medicamentos pueden ayudar a tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson al:
- Tener un efecto sobre otras sustancias químicas del cerebro, como los neurotransmisores, que transfieren información entre las células del cerebro.
- Ayudar a controlar los síntomas no relacionados con el movimiento.
2. Para las personas con enfermedad de Parkinson que no responden bien a los medicamentos, el médico puede recomendar una estimulación cerebral profunda. Durante un procedimiento quirúrgico, un médico implanta electrodos en una parte del cerebro y los conecta a un pequeño dispositivo eléctrico implantado en el pecho. El dispositivo y los electrodos estimulan sin dolor áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento de una manera que puede ayudar a detener muchos de los síntomas del Parkinson relacionados con el movimiento, como temblor, lentitud de movimiento y rigidez.
3. Otras terapias que pueden ayudar a controlar los síntomas de Parkinson incluyen:
- Terapias físicas, ocupacionales y del habla, que pueden ayudar con los trastornos de la marcha y la voz, los temblores y la rigidez, y el deterioro de las funciones mentales.
- Una dieta saludable para apoyar el bienestar general: aunque no se ha probado que un alimento o una combinación de alimentos ayuden a la enfermedad de Parkinson, es posible que algunos alivien los síntomas. Por ejemplo, consumir alto contenido de fibra y beber una cantidad adecuada de líquidos puede prevenir el estreñimiento, que es común en la enfermedad de Parkinson.
- Ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la coordinación
- Terapia de masaje para reducir la tensión.
- Yoga y tai chi para aumentar el estiramiento y la flexibilidad.
4. Si bien la progresión de la enfermedad de Parkinson suele ser lenta, eventualmente las rutinas diarias de una persona pueden verse afectadas. Actividades como trabajar, cuidar la casa y participar en actividades sociales con amigos pueden convertirse en un desafío. Experimentar estos cambios puede ser difícil, pero los grupos de apoyo pueden ayudar a las personas a sobrellevarlos. Estos grupos pueden proporcionar información, consejos y conexiones con recursos para quienes viven con la enfermedad de Parkinson, sus familias y cuidadores.
De todos modos, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.