El paro cardíaco repentino es la pérdida abrupta de la función cardíaca, la respiración y el conocimiento, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
La institución explica también que los síntomas del paro cardíaco repentino son inmediatos y drásticos, entre ellos:
- Colapso súbito.
- Falta de pulso.
- Falta de respiración.
- Pérdida del conocimiento.
A veces, otros signos y síntomas preceden al paro cardíaco repentino. Entre estos se podrían incluir los siguientes:
- Molestia en el pecho.
- Falta de aire.
- Debilidad.
- Corazón que late rápido, está agitado o palpita fuertemente (palpitaciones).
No obstante, el paro cardíaco repentino suele ocurrir sin previo aviso.
Además, indicó que la causa más común del paro cardíaco repentino es un ritmo cardíaco anormal (arritmia), que se presenta cuando el sistema eléctrico del corazón no funciona correctamente.
Sobre la misma línea, debido a que el paro cardíaco repentino, a menudo, está vinculado con la enfermedad de las arterias coronarias, los mismos factores que generan el riesgo de padecer esa enfermedad también pueden crear un riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino. Algunos de ellos son los siguientes:
- Nivel alto de colesterol en la sangre.
- Obesidad.
- Diabetes.
- Estilo de vida inactivo.
Por tal razón, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos reveló que afortunadamente, hay muchas cosas que se pueden hacer para reducir las posibilidades de tener enfermedades del corazón como:
- Controlar la presión arterial: La presión arterial alta (hipertensión) es un importante factor de riesgo para las enfermedades del corazón.
- Mantener los niveles de colesterol y triglicéridos bajo control: Los altos niveles de colesterol pueden obstruir sus arterias y aumentar su riesgo de enfermedad coronaria y ataque al corazón.
- Mantener un peso saludable: Tener sobrepeso u obesidad puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Esto es porque están vinculados a otros factores de riesgo de enfermedad del corazón, incluyendo elevados niveles de colesterol y triglicéridos, presión arterial alta y diabetes.
- Alimentarse con una dieta saludable: Tratar de limitar las grasas saturadas, los alimentos ricos en sodio y azúcares agregados. Comer mucha fruta fresca, verduras y granos enteros.
- Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio tiene muchos beneficios, fortalece el corazón y mejora la circulación. También puede ayudar a mantener un peso saludable y bajar el colesterol y la presión arterial. Todo esto puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
- Limitar el alcohol: Beber demasiado alcohol puede aumentar la presión arterial y añadir calorías adicionales, lo que puede causar aumento de peso. Ambos aumentan el riesgo de enfermedades del corazón. Los hombres no deben consumir más de dos bebidas alcohólicas al día, y las mujeres no deben tomar más de una
- No fumar: Fumar cigarrillos eleva la presión arterial y pone en mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
- Controlar el estrés: El estrés está vinculado a las enfermedades del corazón de varias maneras. Puede aumentar la presión arterial. El estrés extremo puede ser un “desencadenante” de un ataque al corazón. Además, algunas maneras comunes de hacer frente al estrés, como comer en exceso, beber mucho y fumar, son dañinas para el corazón. Algunas formas de ayudar a controlar el estrés incluyen hacer ejercicio, escuchar música, enfocarse en algo tranquilo o sereno y meditar
- Controlar la diabetes: Tener diabetes duplica el riesgo de enfermedad cardíaca diabética. Esto se debe a que, con el tiempo, el alto nivel de azúcar en la sangre por la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón y los vasos sanguíneos.
- Dormir lo suficiente: Si no se duerme lo suficiente, se aumenta el riesgo de hipertensión, obesidad y diabetes. La mayoría de los adultos necesitan de siete a nueve horas de sueño por noche.