En ocasiones, la jornada laboral puede convertirse en un obstáculo para las personas que buscan una mejor condición física, sobre todo para quienes tienen trabajos de oficina. Y es que sentarse frente a un computador durante ocho horas no solo puede desencadenar problemas de postura o de visión, sino que también trae múltiples efectos que deben ser tenidos en cuenta.

Las recomendaciones de salud ocupacional varían de acuerdo al tipo de trabajo que cada persona va a desempeñar. Por ejemplo, si se trata de una labor de escritorio, las sugerencias suelen centrarse en la ergonomía (para mantener una postura adecuada), las pausas activas y el uso de lentes o filtros para pantallas, con el objetivo de prevenir efectos negativos en la visión.

Sin embargo, estas recomendaciones —si bien funcionan para prevenir algunos problemas de salud— no son suficientes para alcanzar un estado pleno de bienestar. En ese sentido, es importante tener en cuenta otros hábitos de vida saludable, como la actividad física, la alimentación balanceada y el descanso adecuado, por mencionar algunos.

Si bien la jornada laboral consume una importante porción del día, vale la pena organizar el tiempo restante para no descuidar la salud física. Algunas personas suelen ir al gimnasio, hacer ejercicio en parques o en sus casas (ya sea antes o después del trabajo), entre otras posibilidades que se ajusten a sus cronogramas.

Por supuesto, cada quien tiene un trabajo y necesidades distintas, en ese sentido, mientras que alguien tiene tiempo de ir al gimnasio, a otra persona a penas le alcanza para regresar a su casa y descansar. En dado caso es pertinente identificar qué acciones se pueden tomar para prevenir posibles problemas relacionados con la falta de ejercicio.

De acuerdo con lo reseñado en un artículo del portal Fucsia, existen algunos consejos que podrían ayudar en la disminución de esos kilos de más desde el trabajo. No se necesitan equipos de gimnasio o rutinas exigentes, lo más importante es disposición y disciplina con la puesta en práctica de las siguientes recomendaciones:

1. Una silla adecuada

Si se trata de un trabajo de oficina, es importante contar con una silla adecuada que permita mantener una posición ergonómica. De este manera, se reduce el riesgo de desarrollar una mala postura o padecer dolores relacionados a la misma. De hecho, el artículo citado menciona que la relajación de los músculos contribuye a quemar algunas calorías.

2. Comer fuera del puesto de trabajo

Algunas personas, ya sea por pereza o porque no quieren posponer sus tareas, optan por comer en el mismo escritorio en que trabajan. Al respecto, la Asociación Dietética Americana reveló que más del 70 % de los empleados toman su almuerzo en su escritorio por lo menos dos veces por semana, según cita el artículo de Fucsia.

Comer mientras se realiza otra actividad puede ser contraproducente para la digestión. Además, es importante sumar pasos durante la jornada, por lo que esa caminata desde el escritorio hasta el restaurante o área de almuerzo quemará más calorías que quedarse sentado comiendo en el puesto de trabajo.

3. Responder las llamadas y caminar

Como se mencionó en el punto anterior, sumar pasos durante la jornada es clave para incrementar la quema de calorías. En ese sentido, vale la pena aprovechar cualquier oportunidad para levantarse y caminar. Un ejemplo es cuando se recibe una llamada vía celular, si es el caso, resulta más provechoso para el cuerpo responderla mientras se está caminando que desde la quietud del escritorio.

4. Organizar adecuadamente los refrigerios

Este punto implica más que solo organizar los horarios de comida. También hace referencia a distribuir estratégicamente los alimentos. Por ejemplo, si la persona acostumbra a consumir algún tipo se snack antes del almuerzo, puede ubicar una fruta cerca al computador, en una zona que entre en su campo de visión. De esta manera, cuando tenga hambre, comerá lo primero que vea: en este caso, algo saludable.

5. Reemplazar el café por el té

Las propiedades adelgazantes y antioxidantes del té son mencionadas en varias recetas para adelgazar, en ese sentido, esta bebida podría ayudar en la disminución de calorías al mismo tiempo que contribuye en la quema grasa. Por supuesto, para adelgazar no existen atajos, por lo que el simple hecho de tomar té no será suficiente para bajar de peso. Aunque podría ayudar, debe ser complementado con otros hábitos saludables.

6. “Camuflar” los snacks

Esta recomendación apunta a reducir la ansiedad por comer. El truco es bastante sencillo, lo único que se necesita es ponerlo en un recipiente oscuro. De acuerdo con un estudio del laboratorio de la Universidad de Cornell, citado por Fucsia, “los empleados tienden a comer un 71 % más seguido cuando ponen sus golosinas en envases transparentes”.

7. Aromatizantes para reducir la ansiedad

Si el hambre asecha constantemente, otro truco reseñado en el artículo citado es inhalar esencias dulces como vainilla, manzana o menta, los cuales podrían ayudar a disminuir el apetito.

Por supuesto, es pertinente aclarar que el objetivo no es evitar la comida a toda costa, ya que la alimentación es vital para el ser humano. Sin embargo, ante la poca actividad física, resulta útil controlar la ingesta desmedida de golosinas.

8. Una sana competencia con los compañeros

El trabajo en equipo ayudará a elevar la motivación. Si bajar de peso es una meta común, competir por quién adelgaza en menor tiempo puede ser una dinámica útil y divertida.

Esta competencia también puede incluir los puntos anteriores, de esta manera, todos los compañeros de la oficina sienten que están “en el mismo barco” y pueden trabajar mancomunadamente para alcanzar la meta común: bajar de peso.

9. Escusas para ponerse de pie

En relación con el consejo sobre responder las llamadas telefónicas mientras se camina, otro truco es dejar los elementos de uso diario lo más alejado del escritorio como sea posible. De esa manera, cada vez que se necesite, la persona se verá obligada a levantarse de su puesto.

10. Escaleras en vez de ascensor

El objetivo principal es sumar movimiento. Si la persona cuenta con la opción de usar ascensor o escalera, resulta útil vencer la pereza y optar por la segunda alternativa. Es posible llegar agitado y sudando al puesto de trabajo, pero con la satisfacción de haber hecho un esfuerzo físico que será agradecido por el cuerpo.