La pérdida auditiva que aparece progresivamente a medida que se envejece es común, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1.100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.

“La audición es una facultad muy valiosa y los daños auditivos provocados por el ruido excesivo son irreversibles. La pérdida de audición merma la calidad de vida general de las personas afectadas y aumenta el costo de la atención sanitaria para la sociedad. Cuando es provocada por el ruido es prevenible, por lo que se deben invertir más esfuerzos en evitarla”, señaló la organización.

De igual forma, se reveló que algunas personas pueden ser más propensas que otras a la pérdida de audición provocada por el ruido. Además, se sabe que la predisposición genética, las enfermedades crónicas como la diabetes y la exposición al humo del tabaco aumentan el riesgo de sufrir pérdida de audición provocada por el ruido.

Asimismo, de acuerdo con MedlinePlus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, existen dos tipos principales de pérdida de audición. Uno ocurre cuando hay una lesión en el oído interno o en el nervio auditivo y el otro tipo ocurre cuando las ondas de sonido no pueden llegar al oído interno.

Así las cosas, para saber si una persona tiene pérdida auditiva, esta:

  • No responde cuando se la llama o responde de manera inapropiada.
  • Habla mucho más fuerte que lo normal, porque su propia voz le suena baja.
  • Tiene dificultades para hablar por teléfono.
  • Se vuelve introvertida, tranquila y aislada.
  • Sube el volumen para oír la televisión o escuchar música.
  • Dice que puede oír pero no entiende lo que se dice: “Puedo oírte hablar, pero no sé lo que dices”, o sea que oye los sonidos amortiguados, o le parece que los otros están murmurando.
  • Tiene el habla poco clara.
  • Tiene dificultad para oír sonidos de alta frecuencia, como timbres de puertas o llamadas telefónicas.
  • Se queja de zumbido en el oído (acufeno).

Por ello, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) revelaron que un nuevo estudio muestra que quienes tienen un patrón de alimentación saludable tienen un menor riesgo de pérdida auditiva que quienes comen bien y cuentan con un patrón de alimentación saludable que incluye muchas verduras, frutas, granos integrales y limitar el azúcar, la sal y la grasa animal.

Sobre la misma línea, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explicó que para lograr que la audición esté exenta de riesgos se debe:

  • Mantener el volumen bajo: se recomienda un volumen inferior a los 85 dB para una duración máxima de ocho horas al día.
  • Limitar el tiempo que se dedica a actividades ruidosas: alejarse de los ruidos fuertes cuando se va a un club nocturno o un lugar ruidoso.
  • Vigilar los niveles seguros de exposición al ruido: los usuarios deberían documentarse correctamente acerca del nivel seguro de exposición al ruido de sus dispositivos de audio personales informándose sobre los productos y sus características de seguridad.
  • Prestar atención a las señales de advertencia de pérdida de audición: las personas que sospechen que padecen pérdida auditiva deberían acudir a un profesional especializado.
  • Realizar revisiones auditivas periódicas: ello puede ayudar a detectar la aparición de la pérdida de audición en una etapa inicial.
  • Secarse bien los oídos después del baño: esto ayudará a que se formen hongos en la parte interna del oído.

También le puede interesar: