La pérdida de peso sin causa aparente o de forma involuntaria, especialmente si es significativa o persistente, puede ser un signo de un trastorno médico no diagnosticado o de que algo grave se puede estar presentando en el organismo.
Algunos especialistas coinciden en que se requiere de una evaluación médica si una persona pierde más del 5 % de su peso en un periodo de seis meses a un año, especialmente si se trata de adultos mayores, indica el portal especializado MedlinePlus.
La pérdida de peso sin causa aparente puede deberse a varios factores, médicos y no médicos. En muchos casos, una combinación de cosas produce un deterioro general de la salud que trae una pérdida de peso emparentada.
Por ejemplo, esta situación puede presentarse por una pérdida de apetito, que puede obedecer a una sensación de depresión, infecciones crónicas como VIH, enfermedades crónicas como EPOC o enfermedad de Parkinson, la ingesta de fármacos, el consumo de drogas ilícitas como las anfetaminas y la cocaína, o también puede darse por estrés o ansiedad.
Según la Clínica Universidad de Navarra, el adelgazamiento puede ser la primera manifestación de algunas enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis, las endocarditis y las infecciones fúngicas y parasitarias, por ello cuando una persona empieza a perder peso de manera inesperada lo mejor es consultar al médico con el fin de encontrar las causas que lo están generando.
Por lo general, un cáncer de origen desconocido produce otros síntomas o arroja otras anormalidades en los análisis, además de una posible pérdida de peso.
Problemas emocionales
Estas situaciones suelen ser uno de los motivos por los que las personas pueden adelgazar sin estarlo buscando. Esto debido a que las emociones tienen un gran efecto en el cuerpo.
La pérdida de apetito y alimentarse de una manera inadecuada son algunos de los motivos que hacen que la persona adelgace. De acuerdo con una investigación publicada en la revista Nature Reviews Endocrinology, padecer depresión se relaciona con la alteración en los estados de apetito y saciedad, lo que condiciona una pérdida de peso innecesaria, señala el portal Mejor con Salud.
Las infecciones permanentes también pueden ser una de las razones del adelgazamiento, pues si la personas tiene un sistema inmunológico debilitado, es probable que estén expuestas a gripas, gastroenteritis y a otra serie de infecciones. En los casos de gastroenteritis, por ejemplo, la diarrea puede provocar, además de deshidratación, pérdida de peso.
Asimismo, los especialistas recomiendan vigilar si han cambiado los hábitos para ir al baño. Este tipo de enfermedades se relacionan muy de cerca con la pérdida involuntaria de peso, según afirma un estudio publicado en la revista Journal of Oncology Practice.
Enfermedad de Addison
Esta enfermedad se presenta cuando existe una insuficiencia de hormonas, en especial el cortisol, que afecta a las glándulas suprarrenales. Si la enfermedad avanza se puede presentar debilidad, náuseas y vómitos. También se le suma una alteración en la función gastrointestinal, pudiendo surgir heces sueltas. Todas estas condiciones tienen la posibilidad de generar una pérdida de peso involuntaria.
Por otro lado, los tumores del aparato digestivo, incluidos los de páncreas e hígado, pueden menoscabar tempranamente la ingestión de alimentos y producir pérdida de peso antes de que aparezcan otros síntomas, indican los especialistas.
A esto se puede sumar, según el Instituto Mayo Clinic, los cambios en el sentido del olfato y del gusto, problemas dentales, insuficiencia cardíaca, diabetes y abuso de sustancias como el alcohol.
Es importante detectar si la pérdida de peso inexplicable es momentánea o si perdura en el tiempo. En todo caso, será necesario acudir al médico para tener una valoración que permita identificar cuáles son los motivos que pueden estar detrás de este padecimiento.