Los malos hábitos alimenticios y la vida sedentaria hacen que miles de personas padezcan sobrepeso y obesidad, condiciones que ya son consideradas una enfermedad por los riesgos que implican para la salud.

Para bajar los kilos de más es posible que se recurra a estrategias como los ayunos, las dietas rápidas y la práctica excesiva de ejercicio, entre otras. Sin embargo, los resultados no siempre son los esperados.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, es natural que toda persona que desea adelgazar quiera hacerlo rápidamente. Sin embargo, la evidencia demuestra que quienes bajan de peso en forma gradual y constante, entre una y dos libras por semana, logran mejores resultados para no volver a recuperarlo.

“Bajar de peso en forma saludable no se trata solamente de seguir una dieta o programa. Es un estilo de vida que incluye una alimentación saludable y actividad física regular”, precisa esta institución.

Para lograr este objetivo, sin generar efectos negativos en el organismo, es importante apoyarse en el cerebro, pues las emociones y los pensamientos son determinantes en la forma como una persona se alimenta o los hábitos que adopte para hacerlo.

Información del portal Cuerpo Mente indica que para controlar desde el cerebro el deseo de comer, es importante dominar las carencias emocionales, pues si se ingieren alimentos sin hambre, lo más probable es que se consuma alimento en exceso porque la persona estará bajo los efectos del “hambre emocional”, que es aquella que no se controla.

Esta misma fuente asegura que reeducar la mente es clave, pues mientras la persona piense que es fácil perder peso, así será. “Es importante utilizar la palabra para reprogramar la manera de pensar”, precisa. También es relevante no entretenerse viendo televisión, ni leyendo el periódico, sino concentrarse en la comida porque ayuda en el propósito de adelgazar.

Otra forma de poner la mente en favor de la pérdida de peso es siendo consciente de que la comida no es la única vía de gratificación y que los problemas no se resuelven comiendo más, que hay otras maneras de enfrentarlos.

En el proceso de adelgazar es determinante tomar conciencia de lo que se come, pues cada alimento no solo proporciona nutrientes, sino que también aporta energía y tiene impacto emocional. De acuerdo con Cuerpo Mente, una forma de hacerlo es validar cómo ha recibido el cuerpo cada uno de los platos que se le han ofrecido y cómo ha reaccionado frente a ellos. Esto permite crear una relación nueva con la comida.

Imagen ideal

Fijarse en la mente la imagen ideal es clave, aquella que se quiere alcanzar. Se puede empezar a visualizar y así el cerebro se convierte en un aliado y el cuerpo querrá llegar a hacerla realidad. De esta forma, se va dejando atrás el hecho de alcanzar la satisfacción efímera a través del consumo abundante de comida.

Mientras la persona realiza este proceso y avanza en la consolidación mental de la nueva imagen, no debe odiarse si en algún momento come más de lo debido. Lo importante es disfrutar de los sabores, las texturas, el color y el aroma de lo que se está llevando a la boca. Es una buena forma para dejar de “devorar”, precisa la citada fuente.

También es importante después de comer mucho, perdonarse y no privarse al día siguiente de las comidas, ni saltárselas para compensar. La información de Cuerpo y Mente indica que recurrir a ayunos o dietas drásticas no es la salida, pues lo más probable es que en el momento menos pensado la persona vuelva a consumo excesivo de alimentos, lo que traerá como consecuencia el efecto rebote.