En pocas ocasiones, las personas padecen una afección conocida como pérdida repentina de la visión, aunque en el momento en que aparece, genera preocupación en aquellas personas que lo padecen, pues se da a gran velocidad junto con los síntomas que ésta trae.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ceguera puede ser parcial, y puede presentarse en uno o los dos ojos, y se puede dar de forma inmediata o tardar unos días en aparecer completamente.
Así mismo, hay que tener presentes las razones por las que se da la ceguera, pues puede ser consecuencia de otra enfermedad más grave, por lo que se recomienda acudir de inmediato a un médico si dicho síntoma se presenta y viene acompañado de dolor ocular, cabeza o mareos.
Una de las razones para que esto ocurra, aunque no es de las más habituales, sí es de las más frecuentes en pacientes cuando indican el síntoma de ceguera repentina, pues esto sucede cuando hay una rotura de retina, lo que genera un paso de vítreo licuado al área subretiniana.
Existen otros casos de desprendimiento, los cuales van desde la retina común hasta uno de tipo exudativo.
Esta enfermedad es más frecuente en pacientes que padecen de miopía, indistintamente del sexo y con un rango de edad de entre 40 y 70 años.
Otra posible enfermedad es una oclusión retinianas, la cual se presenta cuando hay un bloqueo repentino de las venas o arterias indistintamente del ojo.
Los expertos destacan que aunque se puede dar en ambos ojos, las oclusiones arteriales tienden a ser más bruscas y depende mucho si la arteria afectada es central o ramificada, por lo que la ceguera puede ser completa o parcial. No obstante, la vista nunca se recupera en un 100 %, pese a que existen tratamientos.
Así mismo, hay pacientes que pierden la visión por hemorragias, y suceden por lo general comúnmente antes de un desprendimiento de retina y se reconoce por la aparición repentina de sangre dentro de la cavidad vítrea del ojo.
Esto se conoce comúnmente como la rotura de un vaso sanguíneo, se le considera una hemorragia, al igual que cualquier desgarro propio de la retina.
Estas son las vitaminas que ayudan a mejorar la visión
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo cerca de 2.200 millones de personas padecen deficiencia visual y, de ellas, por lo menos 1.000 millones tienen una que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado.
Por ese motivo, es importante hacer todo lo posible para mantener una buena salud visual, y no solo a través de tratamientos médicos, también por medio de una dieta rica en vitaminas y determinados compuestos vegetales que por sus propiedades pueden contribuir a la reducción del riesgo de enfermedades como cataratas o degeneración macular, explica el sitio especializado en salud y alimentación Cuerpo Mente.
Al respecto, Medline Plus, el servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, asegura que tener una dieta saludable que incluya frutas y verduras, en especial verduras amarillas y de hojas verdes, contribuye a este propósito, así como comer pescado rico en ácidos grasos omega-3, como salmón, atún y fletán (o halibut).
Ahora bien, con respecto a las vitaminas, “Cuerpo Mente” lista algunas, entre las que se destaca la vitamina A, que contribuye al buen estado de la córnea. Asimismo, debido a que es un componente de la rodopsina, una sustancia que favorece la visión con poca luz, es fundamental para evitar ceguera nocturna, explica.
La vitamina A es un compuesto liposoluble que se encuentra de manera natural en los alimentos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés). “Es importante para la visión normal, el sistema inmunitario y la reproducción. Además, ayuda al buen funcionamiento del corazón, los pulmones, los riñones y otros órganos”, explicó el instituto.
Así, consumir huevo o lácteos, así como zanahorias, albaricoques o espinacas es una buena manera de proveer al organismo de este compuesto.
En esa misma lista se encuentra la vitamina E, también muy importante para el organismo. Según los NIH, al ser un nutriente liposoluble, actúa como antioxidante, lo que trae muchas ventajas para la salud, entre ellas la protección de las células, incluidas las de los ojos.
La vitamina E ayuda a estimular el sistema inmunitario con el fin de que pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden, un motivo más para consumirla a través de las nueces, las semillas de girasol y el aguacate.