Cualquiera pensaría que en pleno siglo XXI la mayoría de los jóvenes y adultos menores de 50 años tienen más sexo que sus papás y abuelos. Al fin y al cabo pertenecen a una época mucho más liberal, en la que tener relaciones sexuales antes del matrimonio ya no es tabú y el acceso a métodos de anticoncepción les resta estrés a esos encuentros. Y si el problema es de falta de pareja, están las aplicaciones móviles para conseguirla a la vuelta de la esquina o en el lugar más remoto del mundo. Sin embargo, para sorpresa de muchos, varias investigaciones muestran que las personas entre los 16 y 44 años tienen menos sexo que hace unas décadas, mientras que los viejos están disfrutándolo como nunca antes.El estudio más reciente, publicado en la revista Archives of Sexual Behavior, reveló que los millennials, nacidos entre 1980 y 1995, tienen menos encuentros sexuales que los de la generación X (1964-1980) y los llamados baby boomers (1946-1964). “Encontramos que las nuevas generaciones son hasta nueve veces menos propensas a tener sexo con frecuencia”, señaló a SEMANA Jean Twenge, coautora del estudio y profesora de psicología en la Universidad Estatal de San Diego, Estados Unidos. Según la investigación, para la cual los expertos entrevistaron a 56.000 adultos, el promedio de relaciones sexuales por año disminuyó 15 por ciento en un lapso de menos de diez años. Investigadores británicos y australianos evidenciaron lo anterior también en sus países, lo que hace pensar que es un fenómeno global.Sugerimos: “Que una mujer tenga sexo con varios hombres no significa que sea indecente”: Esperanza GómezLo paradójico del asunto es que la tendencia no parece afectar a los mayores de 55 años. Hace unas décadas se creía que este grupo de edad se encontraba en el ocaso de su sexualidad, debido al mito de que el sexo no era para los viejos o sencillamente por simple ‘fatiga de metales’, producto de una larga relación de pareja. Hoy ellos disfrutan del sexo más que los jóvenes. Así lo reveló un estudio hecho por científicos del Trinity College de Dublín (TCD), en Irlanda, con 8.000 adultos. Entre los hallazgos está que 59 por ciento de las personas mayores de 50 años tenían sexo con frecuencia y gozaban de una vida en pareja placentera y saludable. Varios sexólogos y psicólogos de pareja como Marie de Hennezel, autora del libro Sexo después de los sesenta, no se sorprenden con esta conclusión, pues han observado que en esta etapa muchas personas disfrutan en la cama incluso más que en sus años mozos. Las razones son variadas. En el tema de los jóvenes “en parte se debe a que la gente se casa cada vez menos”, según Twenge. Un informe del diario argentino La Nación informa que la soledad por decisión es un fenómeno de las grandes ciudades en el mundo desarrollado, y cita que de acuerdo con el censo de Japón el 45,8 por ciento de los hogares comprende una sola persona. En Estocolmo, dice el informe, ese porcentaje es del 58 por ciento, en Nueva York del 33 por ciento y en Buenos Aires del 30,6 por ciento. En Colombia, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2015, es de 11,2 por ciento, y representa un aumento de casi 2 puntos porcentuales frente al quinquenio anterior. Aunque soledad no es equivalente a ausencia de vida sexual, los encuentros sexuales son más escasos entre solteros que entre casados. Pero otros expertos señalan que la dieta de sexo de las generaciones jóvenes está ligada a la pornografía. Es un problema que afecta especialmente a los hombres, muchos de los cuales tienen su primera experiencia con la sexualidad por medio de estos contenidos. Con el porno de profesor, se afectan sus habilidades para relacionarse con los demás y muchos de ellos terminan reemplazando una relación física por una virtual. Esto disminuye la cantidad de encuentros sexuales que puedan llegar a tener durante sus vidas. Y es que el consumo excesivo de porno puede ocasionar, además de adicción, disfunción eréctil, eyaculación precoz, inseguridad y trastornos de ansiedad. Según Mauricio Delgado, secretario general de la Academia Internacional de Sexología Médica, estos problemas son muy frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes. “Crean un umbral de estímulo muy alto que después no consiguen satisfacer con una pareja normal. Su deseo no disminuye, pero sí su rendimiento en la cama y esto repercute en su vida sexual más adelante”, dijo a SEMANA.Recomendamos: Las razones por las que cada vez tenemos menos sexoEl uso permanente del celular y las redes sociales también tienen su cuota de responsabilidad. Un estudio reveló que el 70 por ciento de las personas habían sido víctimas de phubbing, un término anglosajón para denotar a quienes ignoran a los presentes por atender el teléfono móvil. Esto les ocasionó a los participantes dificultades para interactuar con su pareja y en muchas ocasiones dañó un momento de pasión y romanticismo. Aunque la tecnología parece haber ayudado a encontrar pareja más fácil, un estudio del Centro de Investigaciones Pew mostró que un tercio de los usuarios de las aplicaciones con este propósito nunca ha salido con alguno de los pretendientes que encuentra, y solo el 8 por ciento de jóvenes entre 18 y 29 años que usan Tinder salen con quienes coincidieron románticamente. Otro posible culpable de esta tendencia es el ritmo de vida moderno en el que se trabaja más de 48 horas a la semana. Un sondeo reciente hecho por el diario The Daily Mail mostró que la población entre 30 y 44 años era la más descontenta con su vida sexual. El sexólogo Peter Saddington señaló que la causa más frecuente de esa insatisfacción era la falta de tiempo para el sexo. “La gente dice que no tiene tiempo ni energía, y que se sienten presionados o que les cuesta trabajo desconectarse de los asuntos laborales”, dijo el experto al diario inglés. Los mayores, que a partir de los 57 años ya han encontrado estabilidad profesional y financiera, no tienen esos problemas. Además ya han cumplido con el estresante periodo de la crianza. “Cualquiera puede preguntarle a una persona de 30 años y le dirá que por la crianza de los hijos su vida sexual se ha visto afectada, mientras que las personas de edad mediana presentan una mejoría en sus relaciones íntimas cuando sus hijos han crecido o se han ido de la casa”, afirma Barbara Bloomfield, una de las expertas de la organización Relate en Gran Bretaña, que se dedica a asesorar a parejas en materia sexual. Y aunque después de cumplir 50 años hombres y mujeres son más propensos a sufrir trastornos sexuales por causas físicas, como por ejemplo la menopausia en ellas o la andropausia en ellos, hoy cuentan con más ayuda para gozar una vida sexual placentera.Según Bloomfield en las mujeres operan procesos psicológicos que favorecen el disfrute sexual a plenitud. “Muchas se sienten lo suficientemente maduras y seguras a esa edad. Son mucho más conscientes de sus cuerpos y de lo que les gusta en la cama y no sienten temor de decírselo a su pareja”, afirma la experta. Así mismo ha habido mucha divulgación de los beneficios de la sexualidad a esta edad. Según el estudio del TCD, las parejas que tienen relaciones con frecuencia en la vejez son mucho más positivas acerca del proceso natural de envejecimiento. También disfrutan de mejor salud y son menos propensas a la depresión gracias a las endorfinas, antidepresivo natural liberado durante el acto sexual. El sexo es un bálsamo de juventud, según otro estudio del Hospital Real de Edimburgo en el cual se evidenció que mantener la actividad sexual en la tercera edad hace lucir a las personas en promedio cinco a siete años menos que sus coetáneos sin vida sexual activa.Sugerimos: Un estudio revela el número ideal de parejas que debería tenerOtro factor que influye en ese renacer sexual a esta edad es el divorcio. Las tasas de matrimonios que se acaban a los 60 años son cada vez más altas debido a que la expectativa de vida ha aumentado y muchos no están dispuestos a colgar los guayos tan pronto. Según Bloomfield, esa soltería otoñal hace que un divorciado busque nuevas relaciones de pareja, con lo que la experiencia se vuelve más excitante. El psicoterapeuta y sexólogo Ian Kerner, autor de Ellas llegan primero, observa que hombres y mujeres recién divorciados buscan tener nuevas parejas, pues tenían un nivel de frecuencia sexual muy bajo cuando estaban casados. Pese a la evidencia, los expertos coinciden en que es necesario realizar más estudios para entender más a fondo esta paradoja. Eso sí, todos celebran que los más viejos estén disfrutando su sexualidad al máximo, pero hay preocupación por lo que está sucediendo con los más jóvenes. Algunos proponen asesorías para evitar que el cansancio y la falta de tiempo acaben con la actividad bajo las sábanas. También sugieren estrategias de comunicación para que las parejas logren transmitir sin problemas lo que les gusta en la cama. Por último, recomiendan dejar la tecnología a un lado para que ese teléfono o tableta no sea el tercero en la relación. Y eso va para todos. Al final de cuentas, lo importante es que el sexo siempre sea una prioridad sin importar la edad.