Como su nombre lo indica, el pie diabético está relacionado con la enfermedad de la diabetes. Esta es una de las complicaciones cuando los niveles de azúcar son demasiados altos y dañan los nervios y vasos sanguíneos de los pies. Aunque es una afección común en las personas que padecen esta enfermedad, es importante evitarla. Según explica Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, este daño es conocido como neuropatía diabética, el cual “puede puede provocar entumecimiento, hormigueo, dolor o pérdida de sensibilidad en los pies”.
Como la persona no puede sentir dolor, puede no darse cuenta de que tiene un corte, herida o ampolla en el pie. Esta herida puede infectarse y no curarse de la forma correcta, debido a que los vasos sanguíneos dañados puede provocar un flujo sanguíneo deficiente en los pies. En consecuencia, esto puede causar gangrena y los músculos y tejidos pueden morir. Respecto a esto, los médicos deben recurrir a una amputación, para evitar mayores riesgos. En algunos casos pueden cortar dedos o parte de la pierna.
Síntomas
Sanitas, entidad de salud, señala los síntomas de un pie diabético:
- Dolor.
- Pérdida de sensibilidad.
- Hinchazón.
- Sensación de hormigueo o quemazón.
Factores de riesgo
Aunque todos los pacientes diabéticos pueden desarrollar esta afección, existen algunos factores que aumentan el riesgo de amputación. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación los menciona:
- Niveles altos de azúcar en sangre.
- Fumar.
- Lesión a los nervios de los pies (neuropatía periférica).
- Callos o callosidades.
- Deformidades de los pies.
- Mala circulación sanguínea en las extremidades (enfermedad arterial periférica).
- Antecedentes de úlceras en los pies.
- Una amputación anterior.
- Deterioro de la visión.
- Enfermedad renal.
- Presión arterial alta, más de 140/80 milímetros de mercurio (mm Hg).
¿Cuándo hay señales de problemas?
Mayo Clinic explica que es importante estar atentos a los síntomas de un pie diabético. Asimismo se debe consultar inmediatamente a un médico en caso de tener:
- Uñas encarnadas.
- Ampollas.
- Verrugas plantares (protuberancias del color de la piel con manchas oscuras que aparecen en la planta de los pies).
- Pie de atleta.
- Una llaga abierta o sangrado.
- Hinchazón.
- Enrojecimiento.
- Calor en una zona.
- Dolor (aunque es probable no sentirlo si los nervios están dañados).
- Decoloración de la piel.
- Olor desagradable.
- Una úlcera que dura más de una o dos semanas.
- Una úlcera de más de 3/4 de pulgada (dos centímetros).
- Un dolor que no mejora rápidamente.
- Una úlcera tan profunda que se puede ver el hueso por debajo.
Prevención
La herramienta clave para prevenir un pie diabético es controlar los niveles de azúcar en la sangre. Se debe revisar diariamente el estado de los pies. Mayo Clinic señala que mantener una piel sana es una forma adecuada para prevenir esta afección.
Revisión diaria: buscar cortes, enrojecimiento u otro tipo de cambios en la piel y uñas. Observar si hay verrugas o manchas. También se deben revisar las plantas de los pies.
Lavado diario: usar agua tibia y jabón. No remojar los pies. Luego de secarlos, usar talco para evitar infecciones entre los espacios de los dedos.
Calzado adecuado: los expertos recomiendan usar zapatos adecuados para brindar protección a los pies. No es aconsejable que las personas con diabetes caminen descalzos. Es importante revisar que el calzado nuevo sea cómodo y suave.
Protección del frío y calor: se debe evitar la exposición de los pies a frío y calor. Los expertos recomiendan usar protección solar y utilizar medias gruesas.
Flujo sanguíneo: es importante mantener que la sangre fluya por los pies correctamente. Para esto, se deben levantar los pies cuando se se esté sentado. Asimismo, realizar círculos durante el día.