El pie plano es una afección que se presenta cuando el arco del pie es totalmente llano, es decir, que toda la planta del pie toca el piso cuando la persona se encuentra parada.
Por lo general, esta condición puede durar durante varios años o toda la vida, pero aún así es posible vivir bien con ella, pues es una afección que no genera mayor dolor en la mayoría de los casos.
Tener los pies planos puede ocurrir porque los arcos de esas extremidades no se desarrollaron completamente durante la infancia, es más, el pie plano es normal en bebés y niños de poca edad, pues el pie no ha terminado de formarse. También puede presentarse después de una lesión, o por el simple desgaste del cuerpo con el paso del tiempo, pues se genera debilitamiento del tendón que ayuda a sostener el arco.
Según explica Mayo Clinic, institución especializada en práctica clínica, educación e investigación de Estados Unidos, “a veces, el pie plano contribuye a problemas en los tobillos y las rodillas porque la enfermedad puede alterar la alineación de las piernas”, por lo demás si no se presentan dolores y molestias, no es necesario que esta condición reciba tratamiento.
Cuando se tiene pie plano, hay mayores posibilidades de sufrir problemas relacionados a la movilidad de estas extremidades, pues la deformidad puede afectar la función articular de ciertos huesos en los pies. Siempre es importante acudir a un médico, quien en función de la edad, el grado de deformidad y de dolores, si es el caso, determinará cuál es el mejor curso a seguir para tratar un pie plano.
Una persona con pie plano puede experimentar dolor, sensibilidad o calambres en los músculos del pie y en el área del talón y el arco, que tienden a ser más fuertes cuando la persona está de pie o en movimiento. Además de hinchazón en los tobillos y dolor en las rodillas, caderas y hasta en la espalda. Son pacientes que pueden experimentar algo de desacierto al caminar y sufrir de incomodidades con cierto tipo de calzado.
Existen, además, algunos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de padecer de pie plano como la obesidad, lesiones en los pies y tobillos, la artritis reumatoide, el envejecimiento y la diabetes.
Frente al pie plano, hay ciertos tratamientos médicos que le pueden prescribir, incluido el uso de dispositivos ortopédicos, que sirvan de soporte para el arco, lo que ayuda a disminuir el dolor que causa este. No es una cura infalible pero puede ser de gran ayuda para las molestias causadas.
Además, un médico podría sugerir fisioterapia o ciertos ejercicios de estiramiento, porque en algunos casos, cuando se padece de pie plano, también se sufre por tener el tendón del talón acortado, y ejercitar y fortalecer los músculos y huesos de los pies puede ser de gran utilidad. Sumado a esto, los médicos especialistas sugieren el uso de calzado con buen soporte estructural, que resultan más cómodos para los pies con esta forma.
Por otro lado, el portal especializado Salud180 reseñó algunos ejercicios que se pueden hacer para ayudar a corregir el pie.
Ejercicio 1
Se coloca una toalla en el piso y la persona se debe colocar en el borde de esta. Se deben mover los pies como si quisiera cerrarlos para arrugar la toalla. Realizar 15 repeticiones.
Ejercicio 2
Con una pelota suave, pero con bordes salidos, se debe apoyar la planta del pie. Una vez hecho esto se debe mover la pelota hacia adelante y hacia atrás, logrando que la pelota recorra toda la planta del pie. Realizar 10 repeticiones.
Ejercicio 3
Poner en el suelo un recipiente con varios objetos pequeños. Estos deben ser recogidos con los dedos de los pies.