La vesícula es ese órgano ubicado en la parte derecha del abdomen, debajo del hígado, que contiene bilis, fluido digestivo que se descarga al intestino delgado.

La colelitiasis, más conocida como cálculos biliares o piedras en la vesícula, ocurre cuando se presentan residuos endurecidos de fluido digestivo que se forman en la vesícula biliar.

Los cálculos, de acuerdo con el sitio web de la Mayo Clinic, de Estados Unidos, pueden variar en tamaño y ser minúsculos como un grano de arena o alcanzar las medidas de una pelota de golf. Además, se indica que así como hay personas a quienes solo les aparece un cálculo, hay otras que pueden tener varios al mismo tiempo.

La presencia de piedras en la vesícula puede causar síntomas como vómitos, náuseas y molestias o dolores al costado derecho del abdomen o de la espalda. Es importante prestar atención a estos y otros síntomas, para poder acudir al médico a tiempo.

Aunque no existen unas causas claras que lo ocasionen, si se ha identificado que se pueden originar cuando la bilis contiene demasiado colesterol o demasiada bilirrubina, o cuando la vesícula no se vacía de manera correcta.

Un artículo publicado por la revista digital UnComo del sitio web Mundodeportivo recomienda la manzana como un complemento natural al tratamiento a esta afección.

“Las propias manzanas y el vinagre de manzana están repletos de nutrientes que actúan disolviendo los cálculos poco a poco y regulando la función hepática de producción de bilis y de colesterol, que es uno de los principales causantes de estas piedras”, explica dicho medio.

Para consumir este producto es posible tomar en ayunas un vaso diario de dos gotas de vinagre de manzana diluidas en agua. También, es posible preparar jugo de manzana o picar la fruta para agregarla a distintas recetas.

Cabe resaltar que existen algunos factores de riesgo que lo pueden hacer más propenso a sufrir de cálculos biliares, como tener 40 años o más, tener sobrepeso, ser sedentario, estar embarazada, tener una dieta alta en grasas o colesterol, o una dieta baja en fibra.

A esto se suma tener antecedentes familiares de cálculos, padecer diabetes o ciertos trastornos de la sangre, tomar medicamentos con estrógenos o de terapia hormonal y padecer enfermedades del hígado.

Aunque en la mayoría de los casos si los cálculos no causan síntomas, es indicador de que no necesitarán tratamiento. En caso de que se presenten agravamientos de los síntomas de obstrucción ocasionada por los cálculos, siempre es recomendable acudir al médico y practicar exámenes que indiquen cuál es el curso adecuado a seguir para tratarlos.

Además del uso de manzanas, una de las opciones es usar medicamentos recetados para ayudar al organismo a disolver los cálculos biliares. Este tipo de tratamiento para la eliminación de los cálculos puede llevar meses o años, y es probable que los cálculos biliares se vuelvan a formar si se interrumpe el tratamiento.

Otra de las opciones es practicar una cirugía para extirpar la vesícula, en caso de que los cálculos biliares reaparezcan con frecuencia. Al extirpar este órgano, la bilis fluye directamente desde el hígado hasta el intestino delgado, en lugar de permanecer almacenada en la vesícula. Esto no afecta la capacidad para digerir la alimentación, aunque sí puede causar diarrea temporalmente.