Las piedras en los riñones son masas sólidas compuestas de pequeños cristales, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Respecto a los síntomas, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, señaló que si se siente dolor agudo en la espalda, el lado, la parte baja del abdomen o la ingle, o si se tiene la presencia de sangre en la orina, se puede tener una piedra en los riñones.
Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indicó que los factores que aumentan el riesgo de desarrollar cálculos renales son los siguientes:
- Antecedentes familiares o personales. Si alguien de la familia ha tenido cálculos renales, es más probable que también se tengan. Si ya se ha tenido uno o más cálculos renales, el riesgo de que se forme otro es mayor.
- Deshidratación. No beber suficiente agua todos los días puede aumentar el riesgo de tener cálculos renales. Las personas que viven en climas cálidos y secos y las que sudan mucho pueden correr un mayor riesgo que otras.
- Ciertas dietas. Consumir alimentos con grandes niveles de proteínas, sodio (sal) y azúcar puede aumentar el riesgo de que se formen algunos tipos de cálculos renales, como ocurre con las dietas ricas en sodio. El exceso de sal en la dieta aumenta la cantidad de calcio que deben filtrar los riñones e incrementa considerablemente el riesgo de tener cálculos renales.
- Obesidad. Un índice de masa corporal alto, un perímetro de la cintura ancho y el aumento de peso se pueden asociar con un incremento del riesgo de tener cálculos renales.
- Cirugía y enfermedades digestivas. La cirugía de baipás gástrico, la enfermedad intestinal inflamatoria o la diarrea crónica pueden causar cambios en el proceso digestivo que afectan a la absorción de calcio y agua, lo cual aumenta las cantidades de sustancias que forman cálculos en la orina.
- Otras afecciones médicas como la acidosis tubular renal, la cistinuria, el hiperparatiroidismo y las infecciones recurrentes de las vías urinarias también pueden aumentar el riesgo de tener cálculos renales.
- Ciertos suplementos y medicamentos, como la vitamina C, los suplementos alimentarios, los laxantes (cuando se usan en exceso), los antiácidos a base de calcio y ciertos medicamentos utilizados para tratar las migrañas o la depresión, pueden aumentar el riesgo de tener cálculos renales.
Dicho lo anterior, el portal Mejor con Salud reveló una infusión diurética que ayuda a expulsar las piedras en los riñones y consiste en hervir dos tazas de agua y agregar una cucharadita de semillas de bardana.
De todos modos, antes de consumir alguna bebida, lo primero que se debe hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, para cuidar los riñones se recomienda:
- Tomar agua: por lo general, los hombres deberían consumir 3,7 litros de agua al día y las mujeres deberían beber 2,7 litros.
- Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
- Hacer ejercicio: la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos; o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, aunque, se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.