El envejecimiento es la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales y a un mayor riesgo de enfermedad, precisa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero si bien se trata de un proceso biológico y natural en el que está involucrado todo el organismo, en muchas ocasiones las primeras señales se reflejan en la piel. Estos signos son consecuencia de la disminución hormonal que afecta a las células de la piel y a la producción de colágeno y elastina, precisa una publicación de la revista Muy Saludable, de la compañía de salud Sanitas (España).
Sin embargo, también pueden ser el resultado de otros aspectos como malos hábitos de vida, la contaminación, la exposición indebida al sol, falta de descanso y el estrés, factores que provocan un envejecimiento prematuro de las personas no solo en la piel, sino en general en el organismo.
Una de las mejores formas de hacerle frente a los avances prematuros del envejecimiento es con la adopción de hábitos saludables, en los que la alimentación es determinante. La ingesta de frutas y verduras es algo que no debería faltar; de hecho, la OMS recomienda consumir al menos 400 gramos de estos alimentos para que brinden los nutrientes que el cuerpo requiere para mantenerse saludable.
Uno de los productos que puede incluirse en esa alimentación es la moringa, también conocida como el árbol de la vida, una planta medicinal que en muchas partes del mundo es utilizada para ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre, tratar algunas enfermedades respiratorias, disminuir la ansiedad y favorecer la pérdida de peso.
Moringa para la piel
Sin embargo, también se le atribuyen bondades para la piel. Este alimento posee un elevado contenido de vitaminas y minerales como hierro, carotenoides, vitamina C, polifenoles y quercetina, que le confieren un efecto antioxidante y antiinflamatorio, según información del portal Nutrición y Farmacia.
Su parte más utilizada es la hoja y es allí en donde se encuentra la mayor concentración de antioxidantes, pudiendo ser consumidas en forma de té, cápsulas o en polvo. Además de las hojas, pueden consumirse sus semillas y otra de las formas de usarla es en aceite.
De acuerdo con el portal Medical News Today, el aceite de semilla de moringa contiene proteínas, lo que ayuda a proteger las células de la piel del daño de factores externos. También contiene elementos hidratantes y desintoxicantes.
Una publicación de la revista Vogue de México, asegura que el aceite y el polvo de hoja de moringa son muy usados para prevenir y evitar las líneas visibles de envejecimiento que pueden aparecer en la piel a medida que avanzan los años. Su uso ayudaría a reafirmarla y otorgarle brillo.
De igual forma, debido a sus propiedades antibacterianas, son productos que puede ayudar a prevenir los brotes de acné y a reducir la apariencia de manchas oscuras. Esto se debe a que su aceite ayuda a minimizar la hiperpigmentación y a igualar el tono de la piel. También reduce la apariencia de los poros.
Así mismo, es un producto que contiene vitaminas A y B, las cuales son conocidas por nutrir y fomentar el crecimiento del cabello. Ayudan a mantener los tejidos sanos y tener un buen funcionamiento de las células de crecimiento, previniendo la caída capilar, precisa la citada fuente.
¿Cómo consumirla?
Además del uso del aceite, la moringa puede consumirse en forma de té para obtener sus beneficios antienvejecimiento. Si bien no existe una dosis científica totalmente comprobada de la cantidad que se debe ingerir, algunos estudios sugieren que la ingesta sea de hasta 400 miligramos por día.
Para preparar esta bebida se requiere de una cucharada de hojas de moringa y un vaso de agua. Se coloca el agua en una olla a fuego medio hasta que hierva, luego se apaga y se agrega la moringa, se tapa y se deja reposar durante cinco minutos. Se cuela y se beben dos tazas al día.