Después de dos años del inicio de la pandemia de covid-19, en Colombia ya no es obligatorio el uso del tapabocas, pero no por ello se puede bajar la guardia con las medidas de bioseguridad. Si bien es cierto, la vacunación alcanzada en el país ya está en los niveles que, al principio de la emergencia sanitaria, se mencionaban como los adecuados para alcanzar la inmunidad de rebaño. Pero el invierno se volvió inclemente y, pese a que existen varios tratamientos contra esta enfermedad, el uso de las píldoras e inyecciones que ha creado la ciencia para atacar el virus se enfrentan a varios límites.
A nivel global, el contagio por covid-19 está retrocediendo en la mayoría de países. La expectativa es que los medicamentos, junto con las vacunas, logren salvar vidas en pacientes de alto riesgo, los cuales, aunque estén inmunizados, pueden contraer la enfermedad y resultar más afectados, por las enfermedades asociadas o su avanzada edad.
Es claro que los tratamientos, para prevenir y curar pueden ser esenciales para personas que no logran la misma eficacia de la vacuna: caso de los inmunodeprimidos. No obstante, en este momento “estos medicamentos eficaces son insuficientemente utilizados, como lo demuestra el número de muertes” por la pandemia, según dijo Antoine Flahault, director del Instituto de salud global y profesor en la facultad de medicina de Ginebra a la AFP.
¿Qué les falta a las píldoras?
La primera categoría de tratamiento está integrada por las píldoras antivirales que actúan directamente sobre el virus, para impedir su multiplicación.
Contra el covid, la más desarrollada es el Paxlovid de Pfizer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó hace una semana privilegiar su uso respecto a otros tratamientos, en especial la píldora de Merck, el molnupiravir, que es menos eficaz.
China dio luz verde en febrero al uso de Paxlovid. Una buena noticia para Pfizer que espera producir 120 millones de dosis este año.
En Estados Unidos, el gobierno de Joe Biden ha adoptado medidas para garantizar el reconocimiento y el acceso a las píldoras anti-covid.
La vicepresidenta Kamala Harris, que dio positivo al covid en esta semana, está tomando los comprimidos de Pfizer.
Pero los especialistas destacan algunos inconvenientes. Ante todo la carrera contrarreloj para administrarlos. Lo ideal es hacerlo menos de cinco días después de la aparición de los primeros síntomas, que debe ser confirmado por un test.
Algunos medicamentos, empezando por el Paxlovid, también son “delicados” en su utilización, a causa de “numerosas interacciones con otros medicamentos”, precisa Antoine Flahault.
Otro freno es que algunas variantes, como ómicron, pueden disminuir su eficacia.
Anticuerpos por vía de suero
La segunda gran categoría son los anticuerpos monoclonales, que deben ser administrados por una vía de suero o una inyección en el hospital. Esto pueden disminuir el riesgo de hospitalización y de fallecimiento hasta en 80 %.
Estos tratamientos son empleados de dos maneras, según el medicamento elegido. O son utilizados preventivamente en personas que no pueden ser vacunadas, o son administrados a enfermos hospitalizados para evitar que el cuadro se complique.
Los principales son Evusheld del sueco-británico AstraZeneca y Ronapreve de la farmaceútica suiza Roche, ambos utilizados preventivamente aunque el segundo compuesto sea también curativo.
Los plazos para administrarlos también son cortos. Y muchos de estos biomedicamentos pierden eficacia con las distintas variantes del virus.
Desigualdad en el acceso
Igual que con las vacunas, el acceso a los medicamentos anticovid es muy desigual entre países pobres y países ricos. Aquí también se agita el debate sobre un levantamiento de las patentes.
Sin embargo, en el otoño boreal de 2021, Pfizer y Merck anunciaron acuerdos de patentes bajo la égida de la ONU, permitiendo fabricar una versión genérica menos costosa de sus píldoras. Se han firmado así en marzo acuerdos con 35 fabricantes de genéricos en Europa, Asia y América Latina para fabricar Paxlovid y distribuirlo 95 países pobres.
Pero la OMS se declaró el viernes pasado “muy preocupada” por el hecho de que los países más pobres sigan teniendo dificultades en acceder al Paxlovid.
Por su lado las ONG siguen batallando. “A medida que aparecen nuevos tratamientos, sería inhumano que no estuvieran disponibles en los lugares donde los recursos son más limitados, simplemente porque están patentados y son demasiado caros” advirtió a principios de 2022, Marcio da Fonseca, consejero de Médicos sin Fronteras (MSF).
El autocuidado
Por todas esas razones, pese a las medidas de bioseguridad que se levantan en los países, entre ellos Colombia, el autocuidado es el camino. La salud está en manos de cada uno.
*Con información de AFP.